Aroma a licor

23.08.2020

"Y en medio de recuerdos y cicatrices, veo tus ojos y siento el calor de tus manos. En medio de la oscuridad, anhelo tu voz"
A. B. Rémeny 


--- Los padres de Jingyi han regresado de Muelle del loto hace dos días atrás. Escuché que el líder Jiang los escoltó personalmente, aunque ha dejado al joven en Yunmeng.

Lan XiChen llenó de nueva cuenta la taza de su tío, pensando con una sonrisa en los progresos de los estudiantes de Gusu en Muelle de loto.

Lan Jingyi había estado bajo la tutela directa del líder Jiang desde hace algunos meses atrás, así que era extraño que no llegaran juntos al receso de las nubes.

--- Creo que el joven Luo Shen lo iba a llevar a una cacería a dos días de distancia.

Lan QiRen acarició su barba mientras recordaba al robusto cultivador que no solo era de los principales cultivadores de la secta Jiang, también estaba a cargo de los entrenamientos de los jóvenes.

--- Luo Shen tiene inteligencia y sabe mantener la calma, les dará una buena enseñanza --- A diferencia de cierta persona revoltosa.

No lo dijo en voz alta, pero era tan frecuente que Lan QiRen usara cualquier oportunidad para cuestionar al joven Wei, que Lan XiChen no necesitó escucharlo para saber lo que pensaba.

--- Aprenderán mucho --- estuvo de acuerdo, tomando un poco de su propio té.

El pequeño grupo que había estado alternando sus entrenamientos entre el clan Lan y el clan Jiang no solo demostraban una mayor capacidad de organización, también tenían una mejor relación con los cultivadores errantes y los aprendices de sectas pequeñas.

Aquel trato que hizo con el líder Jiang hace casi un año atrás estaba dando frutos inesperados pero muy prometedores. Si lograban que esto se transformara en una rutina aceptada por otros clanes, las probabilidades de desarrollo de cultivación en los aprendices serían mayores.

<<Para ti es fácil decirlo, da-ge>>

Con un suspiro muy sutil, bajó la taza y miró el paisaje otoñal del exterior.

Quizá, si A-Yao hubiera tenido la oportunidad de desarrollar su cultivo lejos de las expectativas de su padre, hasta encontrar un estilo de pelea que le diera seguridad en su propia fuerza...

<<Solo tú te obsesionas con el pasado con tan poco disimulo>>

Como siempre que aquellos arrepentimientos llegaban a él, era la voz fastidiada y orgullosa del líder Jiang lo que le regresaba un poco de estabilidad.

Jamás se imaginó que desde aquel encuentro en la ciudad de Yunping, cambiaría tanto su relación hasta el cálido sentimiento que lo acompañaba cada día.

--- Creo que Lan JingYi debería regresar pronto a la secta. No será bueno que se mantenga en un ambiente tan hostil por demasiado tiempo.

Eso borró la tranquila reflexión de Lan XiChen.

Hostil.

Las frecuentes discusiones, la tensión y las palabras afiladas entre los miembros de la secta; la constante insubordinación que el líder Jiang tenía cada vez más dificultad para controlar y desde hace una semana, una extraña enfermedad que aquejaba a varios de los cultivadores y aprendices del clan.

Hostil bien podía definir la actual situación de la secta Jiang.

Dado que varios de los discípulos del clan Lan y Jin entrenaban en muelle de loto, tanto él como su hermano visitaban la secta con frecuencia, pero la presión de los ancianos de los tres clanes, había forzado a Jiang Cheng a aislar a los aprendices de otros clanes en la ciudad para evitar que enfermaran o cayeran en algún conflicto.

La enfermedad no parecía ser contagiosa, pero mostrarse en extremo precavido ayudaba a tranquilizar las preocupaciones de los ancianos.

Sin embargo, se sentía como tapar un enorme agujero con la punta de un dedo.

No importaba cuanto ayudara Lan XiChen a solucionar algunos de los conflictos, la mayoría solo malentendidos, él no era el líder de la secta ni tenía un poder real en ella.

--- Iré a Yunmeng en dos semanas, preguntaré al líder Jiang si Lan JingYi estará listo para terminar su entrenamiento para entonces.

Lan QiRen asintió, el cansancio en su expresión tan marcada como en Lan XiChen.

Por mucho que este último deseara ayudar en muelle de loto, el clan Lan tenía sus propios problemas.

Desde hace un tiempo varios cultivadores habían perdido contacto y se escuchaban rumores de desapariciones. No era alarmante, pero debían tener cuidado, el mundo a su alrededor estaba cambiando la manera de ver la cultivación y esto podría traer consecuencias graves. En las ciudades, los pobladores los veían con recelo y a diferencia de hace un año atrás, ya no se acercaban a los límites de la secta ni buscaban su ayuda.

Había pasado casi cuatro meses desde que nadie en Caiyi mencionara algún problema sobrenatural. Todas las peticiones para exorcismos habían llegado de ciudades lejanas, justo al borde de su territorio.

No entendía qué había ocurrido ni qué había hecho cambiar tanto la forma en que los pobladores los veían.

Cansados, ambos hablaron solo un poco más antes de levantarse.

-

-

Respirando el aire fresco de Gusu, Lan XiChen caminó mientras los distintos problemas se repetían en su cabeza. Una enfermedad desconocida en Yunmeng, el rechazo de los pobladores hacia la secta Lan, las sequías y tormentas en el territorio de la secta Nie y los continuos conflictos entre la secta Jin y otras sectas más pequeñas.

En verdad, había ocasiones en que la vida podía ser especialmente dura para el mundo de la cultivación.

Con tanto disimulo que para los pocos cultivadores que lo vieron pensaron que solo estaba acomodando el cuello de su túnica, Lan XiChen tocó el delicado dije que colgaba a la altura de su corazón.

Ver el gemelo de dicha pieza brillando sutilmente entre la ropa violeta del líder Jiang, ahora colgando de su cuello en lugar de su cintura, había confortado aquel sentimiento en su interior.

Sea lo que sea que el futuro deparara para las sectas, Lan XiChen solo esperaba que trajera consigo la tranquilidad deseada.

Por ahora, todo lo que podían hacer era disfrutar de estos breves respiros de tranquilidad.

Y hablando del orgulloso líder.

Apenas pasó el jardín de gencianas, vio a su hermano muy quieto a la entrada del Hanshi, observando con cierta molestia al par de cultivadores que se sentaban en la baja mesa de madera pulida.

--- WangJi --- saludó.

--- Hermano.

Apenas comenzando la tarde, recibió un mensaje de WangJi para reunirse en el Hanshi. Le dio curiosidad el lugar de reunión, pero ahora, viendo las jarras de sonrisa del emperador a cada lado de los dos cultivadores, comprendía el mensaje.

El Hanshi era el único lugar donde el líder Jiang y el joven Wei Wuxian, tendrían la privacidad para hablar y quebrantar las reglas de Gusu sin que nadie avisara de ello a su tío.

La relación entre el joven Wei y el líder Jiang era incómoda y cortante en el mejor de los días. Lan XiChen recordaba las palabras de A-Yao sobre que el núcleo dorado del líder Jiang en realidad pertenecía al anterior cuerpo del joven Wei, pero ya que se trataba de un tema personal, Lan XiChen no había indagado más al respecto.

Aunque era fácil notar lo mucho que eso dificultaba la interacción entre ambos cultivadores. Hoy, parece, el joven Wei intentaba hacer arreglar los malentendidos.

Pero en lugar de hablar o pelear, como Lan XiChen había esperado, ellos solo se miraban el uno al otro, serios y sirviendo la copa del contrario antes de, en un acuerdo tácito y silencioso, beber la copa completa de un solo trago.

Ambos Lan observaron por dos rondas, antes de que Lan XiChen se girara a su hermano, quien lucía más y más molesto. Suponía que ser ignorado por el joven Wei no era nada cómodo para él y menos aún para dar su atención al líder Jiang. Por alguna razón que no comprendía, el líder Jiang y su hermano no tenían la mejor de las relaciones.

--- Creí que intentarían arreglar sus diferencias.

--- Eso hacen. Compiten por quién puede beber más licor.

--- Oh. --- Él no planeaba entender cómo eso servía, pero ya que la relación del joven Wei y el líder Jiang siempre había parecido algo con carácter propio, no cuestionó este extraño comportamiento. --- Supongo entonces, que el líder Jiang ha aceptado la ayuda del joven Wei Wuxian.

Lan WangJi asintió.

--- Ya tienen una pista de lo que podría estar ocurriendo, pero por los conflictos, el líder Jiang no puede intervenir directamente.

Lan XiChen fingió no escuchar la frialdad en la voz de su hermano al hablar del líder Jiang.

--- Sé que parte mañana al amanecer, he de suponer que irán con él.

--- Nos iremos en dos días, para evitar que los responsables se oculten.

--- Catorce

La voz del líder Jiang los distrajo de su conversación.

--- Mocoso competitivo --- el bajo murmullo de Wei Wuxian apenas le importó al otro.

Jiang Cheng miró satisfecho la copa número catorce en la mano de Wei Wuxian, aun llena con el transparente líquido mientras la suya estaba perfectamente vacía.

A diferencia de él, las mejillas de Wei Wuxian comenzaban a colorearse.

Parece que su nuevo cuerpo no era tan resistente al alcohol, apenas habían vaciado cuatro jarras de sonrisa del emperador y Jiang Cheng tenía resistencia de sobra.

Era una lástima que no pudiera verse a sí mismo a través de los ojos de los jades de Gusu o habría notado que sus propias mejillas presentaban un toque rosado, ni hablar de la sonrisa presuntuosa en su rostro que era demasiado evidente.

Sobrio, jamás mostraría su satisfacción de manera tan clara y menos ante alguien hacia quien sentía tanto recelo.

--- Te dije que podía superarte.

Wei Wuxian bufó.

--- Con este cuerpo hasta los discípulos más jóvenes podrían superarme.

--- Hump, no comiences con esa costumbre tuya de menospreciar las habilidades de otros. Esto no es cultivo así que no tienes excusa alguna.

Con un puchero, Wei Ying tomó la copa hasta vaciarla.

Al comienzo del día, tuvieron una plática incómoda y cortante, en especial por parte de Jiang Cheng, después pelearon como era su costumbre. Pero ya que Wei Ying no quería meter a Lan Zhan en problemas si los descubrían dentro del receso de las nubes, logró convencerlo de llevar el enfrentamiento fuera de la barrera. Al final, cuando fue obvio que Wei Ying no tenía la fuerza para competir con el otro y que Lan Zhan intervendría en cualquier segundo, optaron por algo que no incluyera ni cultivo ni la atención del resto de los habitantes del recinto.

Lo que Wei Ying jamás espero, es que la baja resistencia de Jiang Cheng al vino hubiera incrementado a ese nivel, ¿exactamente cuánto había bebido durante los años que estuvo muerto?

¿Por qué Mo XuanYu no podía tener una mejor resistencia?

--- ¿Quién esta menospreciando nada? Quince.

Sirviendo la copa de Jiang Cheng mientras este hacía lo mismo, tuvo que admitir sentirse aliviado por esto.

Después de todo lo ocurrido, jamás pensó en que podría recuperar un poco de la relación que tenía con Jiang Cheng. Con aquella tendencia a mantener el pasado fresco en la memoria y un orgullo que debía ser más grande que la montaña Dafan, pensó que jamás podría siquiera cruzar su camino con él.

Nunca recuperarían el vínculo que tuvieron en el pasado, pero al menos ya no intentaba matarlo, aunque las miradas hostiles seguían ahí, estaba tan acostumbrado a ello que apenas le dio importancia.

Sonriendo un poco detrás de su copa, debió el contenido y sirvió la siguiente ronda.

-

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Era el inicio del Hai Shi y la lluvia había pasado de una sonora caía a un leve susurro de agua, cuando por fin con una mueca, Jiang Chen bebía su copa número treinta.

--- ¿Quiénes eldébil ahora? --- balbuceó azotando el recipiente en la mesa. Señaló con un dedo acusador al otro, quién ya estaba casi acostado entre la mesa y el suelo --- Weu Wuzian, siempre menos... menos... --- frunció el ceño cuando no pudo completar la frase, sentía la lengua entumecida, así que cambió sus palabras --- ¡soy el mejor bebbendo enYunmeng!

--- Lan Zhan --- lloriqueó Wei Ying --- ya dile que se calle.

Lan WangJi se acercó y rodeó la cintura de su compañero de cultivación, apoyándolo en su costado cuando este casi cayó de espaladas.

--- Suficiente.

--- Pero Lan Zhan, yo todavíapuedo bbeber... --- parpadeando con la mirada desenfocada, luego se abrazó al cuello de Lan Zhan --- no puedobbeber, noppuedo beber. Lan Zhan sostenme, tu aromaayudaa calmarme. Si te alejas demasiado podría vomitar.

El rostro de WangJi se tensó un poco, pero aun mantuvo a Wei Ying estable.

Divertido y a la vez preocupado por su hermano y el futuro de su túnica, Lan Xichen puso en la mesa dos grandes vasos con agua cristalina y se llevó el licor lejos.

Pero aun abriendo las puertas del Hanshi para dejar entrar el aire fresco del exterior, tardaron casi una hora en disminuir los efectos del vino en ambos cultivadores.

Al final, Lan WangJi optó por cargar a su compañero mientras Lan XiChen ayudaba a un tambaleante líder Jiang a sentarse en el exterior.

--- Creo que lo mejor será que el líder Jiang duerma aquí para que ni el tío ni otro cultivador lo descubra.

--- Mmm.

--- Lan Zhan, nome cargues como princesa. Lan Zhan, quiero mi gallina, antes me diste una gallina pero me la quitaste...

Tomando eso como una señal, Lan Wangji ajusto su agarre y comenzó su camino.

Lan XiChen se despidió de su hermano con un gesto y los vio alejarse, sonriendo un poco cuando notó el sonrojo en los oídos de Wangji ante lo que sea que el joven Wei decía por lo bajo.

Solo cuando la blanca silueta desapareció colina abajo, se giró hacia su inesperado huésped.

El líder Jiang se mantenía sentado con un ceño fruncido, sus ojos cerrados y recargando un hombro en la gruesa columna de madera, aunque el curvo soporte no era el más adecuado para su actual sentido del equilibrio.

Era obvio que el hombre apenas lograba mantenerse en esa posición y Lan Huan dudaba que, de ponerse en pie, lograra caminar más de dos pasos sin caer.

Divertido sin poder evitarlo, se acercó con calma hasta sentarse a lado del líder Jiang, disfrutando de la apacible noche y el delicado aroma de las gencianas y magnolias mojadas por la lluvia.

El líder Lan disfrutaba de la quietud mientras que el líder Jiang, no era adepto a hablar sin necesidad. Era un silencio cómodo.

Silencio roto por la baja maldición del líder Jiang cuando por cuarta ocasión, estuvo a punto de caer sobre su espalda.

Y así habría sido de no ser por los rápidos reflejos del líder Lan, quién sin mayor problema, sostuvo los hombros del otro, dándole estabilidad.

--- Creo que el líder Jiang bebió más de lo que esperaba.

JiangCheng gruñó, el mundo daba vueltas cada que intentaba enfocar algo, así que solo le dio un breve vistazo al rostro del jade antes de volver a cerrar los ojos.

Agradeció la firmeza de su agarre, que disminuía un poco la sensación de ligereza etílica.

--- Bebí mucho ---su voz sonaba arrastrada y un poco ronca a causa del licor, provocando algo extraño en Lan XiChen, algo que no pudo definir --- mucho... --- de la nada, el líder Jiang lo agarró de las solapas de su túnica, acercando sus rostros. Jiang Cheng no pareció darle importancia a la expresión sorprendida del jade mientras lo miraba con cierta dificultad, sus párpados bajos y sus ojos brillando violáceos --- bebí más que WeuWuxian*.

Una leve pausa.

Su aliento... tiene el aroma dulce del licor.

Lan XiChen vagamente pensó mientras asentía con expresión amable. Sus manos aún quietas y en los hombros del otro.

--- Así parece.

--- Bebí más y usted lo vio.

--- Lo hice.

Jiang Cheng bizqueó un poco por la cercanía, pero aún se esforzó por observar al jade. Lan XiChen le mantuvo la mirada sin titubear, aquello desconocido en su interior agitándose otro poco.

Entonces el agarré en su túnica se aflojó mientras la cabeza del líder Jiang se ladeaba un poco.

Lan XiChen contuvo su diversión cuando comparó el gesto, con el de aquel pequeño gato que se aferró a su túnica hace un año atrás.

--- Gané ---dijo el líder Jiang, pensativo.

--- Ganó.

--- No, no. ---Jiang Cheng lo miró molesto, ese ceño fruncido regresando a su expresión --- Yo gané.

Lan XiChen se sintió confuso.

--- ¿Es que acaso el líder Jiang tiene dudas de su victoria?

Jiang Cheng puso los ojos en blanco, un gesto infantil que de nuevo, cautivó al líder Lan.

Jamás lo vio hacer eso con tal exagerado fastidio, era muy parecido a los gestos que solía hacer el joven Jingyi cuando niño.

Era un poco... ¿tierno?

--- Ya sé que gané, pero yo gané. ---una sonrisa afilada adornó el rostro de Jiang Cheng, acentuando el sonrojo en sus mejillas y el delgado mechón de cabello que rozaba los labios llenos --- mañana eseidiotta no podrá levantarse. Peroyo gané. ---un parpadeo breve de confusión, antes de que una breve y baja risa saliera --- Eso hará valer la pena mi propio dolor de cabeza, así que gané.

Comprendiendo ahora a qué se refería, Lan XiChen le palmeó suavemente el hombro.

--- Comprendo entonces que el líder Jiang no solo bebió más jarras de sonrisa del emperador, también sentirá con mayor fuerza las consecuencias de esto. --- reflexionó un poco más antes de continuar, a medias divertido a medias sorprendido de la competitividad del líder Jiang --- ¿saber que el joven Wei se sentirá enfermo por la mañana es una tercera victoria, entonces?*

--- Así es, gané.

--- En ese caso, lo felicito por su triple victoria, líder Jiang.

De haber otra persona, ésta habría notado la sutil burla en la voz del jade, pero dada la situación actual, Jiang Cheng solo asintió con satisfacción, antes de soltarlo y mirar al frente... o al menos lo intentó por unos segundos, antes de marearse y terminar recargándose en el líder Lan, su mente tan confusa por el alcohol, que no le dio importancia a la cercanía.

Lan XiChen por otro lado, se quedó tan quieto cómo fue posible, aquella inquietud en su interior transformándose en un pulsar recorriendo sus venas.

Con mucho cuidado, bajó una mano y con la otra, aquella que rodeaba los hombros del líder Jiang por la espalda, lo acercó hasta que este descansó la cabeza en su hombro. El suspiró de satisfacción del líder Jiang, haciéndole sentir extrañamente complacido.

Estar en este lugar siempre provocaba en él emociones conflictivas de melancolía y añoranza, fruto de los recuerdos lejanos de su madre; pero parece que la compañía del líder Jiang, intensa como una tormenta a punto de ocurrir pese a su actual estado, cubrió sus emociones con un velo delgado. Era como si el peso de aquellas memorias fuera algo lejano y vago.

Se sintió agradecido por este raro sentimiento de paz.

No recordaba cuando fue la última vez que pudo solo relajarse y disfrutar del jardín frente a él, aunque era irónico que la persona más emocional que había conocido, justo le diera el regalo de la tranquilidad.

Los minutos pasaron, la brisa del agua se transformó en una constante lluvia, creando un fresco ambiente de aromas entrañables.

Jiang Cheng parpadeaba adormilado, cuando el leve pinchazo de electricidad lo despertó.

--- Mis disculpas, eso fue grosero.

Parece que Zewu-jun había querido tocar a Zidian, lo que provocó que el arma reaccionara.

Enderezando solo un poco la cabeza, pudo notar el brillo de curiosidad en la mirada caoba antes de que el jade lo ocultara. Bufando por lo bajo ante el gesto mal disimulado, dio la orden a Zidian de mantenerse inactivo.

--- Ahora puede tocarlo. ---murmuró.

--- ¿De verdad no le importa?

--- Sí va a decir tonterías, mejor no hable.

Un breve parpadeo resignado antes de que Lan XiChen, con movimientos lentos y cuidadosos, acunara aquella mano de elegantes dedos hasta poder tocar el anillo.

Como cultivador, la existencia de tal arma despertaba su fascinación.

Zidian era un arma con características inusuales, usaba una cantidad mínima de energía espiritual y era capaz de crear un daño significativo y atroz, sin embargo, en una contradicción, cuando sentía una disminución en los poderes de su portador volvía a su forma pasiva, dejando desprotegido a su dueño.

Un arma capaz de reconocer a un único portador, pero que no parecía capaz de protegerlo en situaciones extremas.

Jiang Cheng quiso volver a acomodarse, pero el brillo en los ojos del jade lo mantuvo distraído. Se preguntó si sería esa la expresión que pondría él de niño, cuando tocaba a Zidian en la mano de su madre.

--- Una vez, Zise Zhizhu me dejó verlo, cuando era niño. Pero mi tío me reprendió cuando intenté tocarlo.

Jiang Cheng miró por un segundo el anillo, la inclinación llevando sus rostros lo bastante cerca, para que en cada respiración el aroma a sándalo y roble del jade, llenara sus pulmones en un agradable estupor, tan denso como el provocado por el licor, pero más cálido.

Sus voces bajaron a un íntimo murmullo sin que fueran conscientes de ello.

--- Nunca pensé que Lan QiRen sería más estricto que mi madre.

El aliento de la corta risa de Lan XiChen rozó sus labios en un breve pero dulce toque.

--- Admito que mi tío puede ser un poco rígido con las reglas, pero creo que es su manera de cuidarnos.

Jiang Cheng sintió como sus sentidos se agudizaban cuando ambos levantaron la mirada, ojos azul violaceo cruzándose con el caoba brillante.

Repentinamente fue demasiado consiente del calor de aquella masculina mano acariciando a Zidian con movimientos rítmicos; del sonido de las gotas de agua chocando contra las hojas de los árboles y la madera del techo, creando una melancólica melodía, creando un mundo propio donde solo ellos existían.

Le requirió varios intentos poder recordar de qué hablaban.

--- Cuatro mil reglas aun parece algo excesivo.

La leve curva de los labios atrajo la atención de Jiang Cheng. Jamás había notado que justo en el borde superior de la boca de Zewu-jun, había una delgada palidez, una línea blanquecina que solo recorría un fragmento del labio.

¿Quizá una cicatriz?

Por otro lado, Lan XiChen se preguntó si era posible verse afectado solo por la esencia del vino, cuando respiró una y otra vez el perfumado aroma que emanaba de los labios del líder Jiang. Sus sentidos estaban nublados y solo parecían capaces de enfocarse en el hombre frente a él. Atrayéndolo hasta quedar a solo un suspiro de distancia.

--- Cuando lo intente tocar por primera vez --- murmuró con voz casi inaudible --- me preguntaba, si Zidian, sería frío o cálido.

---... ¿y ahora?

El bajo susurro fue el aliciente que rompió la resistencia del líder Lan.

Jiang Cheng sintió el roce de aquellos finos labios tocando los suyos, el suave cosquilleo de fresco aliento interrumpiendo sus palabras con tanta efectividad, que en otra situación sería gracioso.

Ahora, lo paralizó.

Lan XiChen se alejó apenas un poco, pero cuando el líder Jiang no se resistió, se acercó de nuevo.

Un nuevo roce, estimulando, invitándolo a sumergirse en la suavidad de los labios que acariciaban los suyos.

La diminuta succión en el labio superior sorprendió a Jiang Cheng, pero sus propios labios respondieron sin apenas pensarlo, aprisionando el sedoso roce por un segundo. El toque titubeante robando su línea de pensamiento mientras una nueva caricia hacía hormiguear su piel.

¿Qué era ese extraño sentimiento, ese entumecimiento en su piel que parecía intensificarse a cada segundo, con cada toque?

Curioso de descubrir más de aquella sensación, repitieron los breves toques y caricas hasta que Jiang Cheng no pudo resistir más. Abrió los labios y con la punta de su lengua, tocó aquel borde pálido que tanto llamó su atención antes, el diminuto jadeo de Lan XiChen alertándolo de su propio atrevimiento.

¿Qué acabo de...

Sorprendido de sus propias acciones, estaba a punto de alejarse cuando la pálida mano de Lan XiChen acunó su mandíbula, manteniéndolo en su lugar.

--- Z,zewu-j...

Su pequeño intento de protesta se perdió en un nuevo beso, este de alguna manera, más intenso...

¿Beso? ¿Así que esto se sentía besar? ¿Podía llamarse un beso aun si ambos eran hombres?

Los pensamientos vagos se perdieron cuando sintió el toque húmedo y titubeante de la lengua de Zewu-jun en el sensible interior de su boca, provocando un temblor que bajó desde su cuello y a lo largo de su espalda.

Jadeó ante tan descarada caricia que no hizo más que repetirse una y otra vez.

De inmediato, sus manos se aferraron a la túnica blanca del primer jade, ¿para acercarlo, para quitarlo de encima? No lo sabía y tampoco podía reunir la suficiente lucidez para definirlo, no cuando el resbaladizo toque estímulo un punto particularmente sensible que obligó a su cuerpo a responder.

Imitó el movimiento con su propia lengua, estremeciéndose cuando su acción reveló una capa nueva de sensaciones e impulsos.

Pronto el calor recorrió el cuerpo de ambos, llenándolos de pensamientos indescriptibles y confusos, dos personas descubriendo por primera vez la intensidad de un roce íntimo.

Fue solo cuando Jiang Cheng se quedó sin aliento alguno, que sus manos por fin parecieron recuperar algo de fuerza para alejar al jade, su garganta dejando salir un sonido entrecortado mientras intentaba llevar aire a sus pulmones.

Sorprendidos, los dos se quedaron viendo a los ojos del contrario, ambas respiraciones agitadas y temblorosas, sus cuerpos aun en medio de un abrazo a medio camino entre lo íntimo y lo formal.

--- Yo... --- la ronca voz de Lan XiChen se perdió.

Dudó, su mente en blanco. Jamás había tenido tantas dificultades para concentrarse, pero en este momento, solo podía mirar al otro sin saber qué decir.

¿Qué debería hacer ahora?

Bajó los brazos con movimientos torpes. Estaba a punto de intentar hablar, cuando Jiang Cheng tomó la decisión por ambos.

Soltando su apretado agarre, acomodó a Zidian en su mano y miró al frente, ocultando su expresión con aquel suave cabello negro.

--- La lluvia ha disminuido, Zewu-jun debería regresar a su habitación.

Lan XiChen también miró al frente y se aclaró la garganta. Su cerebro aun incapaz de hilar sus pensamientos correctamente.

---T-tiene razón. Seguro mañana será un día ocupado.

Levantándose y acomodando innecesariamente su ropa en un gesto nervioso, estaba a punto de comenzar a caminar, cuando la voz de Jiang Cheng lo detuvo.

--- Zewu-jun...

Se giró, solo para ver un rostro ardiendo en vergüenza mientras Jiang Cheng intentaba ocultarlo mirando a un costado.

--- ¿Si?

--- Aun no me puedo poner en pie.

--- Oh, mis disculpas.

Así, con el líder Jiang apoyando su brazo sobre los hombros del líder Lan para poder llegar a la puerta del Hanshi, fingían no notar el sonrojo en el rostro del otro, las manos temblorosas o el rápido latir de sus corazones.

Jiang Cheng incluso adjudicó la debilidad en sus piernas al alcohol y no a lo que había ocurrido bajo aquel toldo.

-

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-

Mucho tiempo después, en la habitación de una humilde posada, un par de ojos azules de abrían después de recordar en sueños, algo que había querido olvidar.

Aun en la neblina del sueño etílico, Jiang Cheng tocó sus labios que juraba, hormigueaban por la intensidad del recuerdo.

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