XXIII Arrepentimiento

"En la tiniebla del pasado, en las sombras de mi propia mente, puedo sentirte, percibo tu aroma y escucho tu voz, ¿dónde estás? ¿en qué dirección debería caminar para estar de nuevo a tu lado?"A. B. Rémeny
Jiang Cheng maldijo para sus adentros de infinitas formas mientras intentaba pensar en cómo se supone que debería actuar ante el emperador.
Considerando que aun traía puesta la túnica oscura que usaba para mantener su identidad oculta, hacer una reverencia y fingir que no ocurría nada extraño era una tontería, pero se negaba a postrarse de rodillas y rogar por su vida como se supone que debía hacer como súbdito. Era lo más prudente, pero su orgullo lo mantuvo en su sitio.
Prefería comer tierra que hacer tal acto humillante ante Yun XiChen.
Una gota.
Dos.
El sonido amortiguado de la lluvia en el exterior apenas fue notado por las dos personas en el interior de la habitación, ambos atentos al otro en medio de una creciente tensión que solo esperaba a romperse.
--- ¿Podría explicarme que hacía tan tarde en la noche fuera del palacio? --- la suave voz de Yun LanHuan crispó los nervios del otro. --- No recuerdo ser informado de que saldría al exterior.
Jiang Cheng dudó, intentó pensar en algo qué responder, pero su mente estaba tan en blanco que era ridículo.
No podía solo decirle que estaba buscando la manera de detener otro posible ataque, de evitar una guerra que Hong BaiHe estaba deseosa de comenzar... ni siquiera podía intentar crear alguna excusa. Hablar solo llevaría a preguntas y al final solo una cosa era cierta.
Jiang Cheng no podía probar nada de lo que dijera.
"Intentaba asesinar a la noble Hong BaiHe, sí, sé que para usted es una simple noble pero en realidad es quien nos asesinó en otra vida. Y ahora estamos aquí porque insistí en una venganza que parece más y más estúpida a ratos"
Tensó los labios hasta formar una delgada línea. Sí, podía ver cómo de bien saldría eso.
Como era obvio que la verdad no era fácil de explicar y que tampoco sería prudente intentarlo, trató con algo distinto.
--- ¿Cómo supo que estaría fuera? --- la tangente podría distraer al emperador.
Pero el suave suspiro de Yun XiChen fue todo lo que recibió por respuesta.
Frunciendo el ceño con sospecha, observó con cuidado la expresión del jade mientras este se levantaba de su asiento y se acercaba a él con pasos tranquilos.
Culparía a lo que ocurriría después a la infinidad de preguntas sobre como lo había descubierto rondando en la periferia de su mente, quizá incluso al hecho de que la habitación estaba iluminada por una vela detrás del biombo que ocultaba la cama, y no le permitió notar la repentina frialdad en los ojos del jade.
Pero en menos de un parpadeo, Yun LanHuan desenvainó la espada en su cintura y apuntó directo a la garganta del erudito.
¡Clanc!
El choque de acero contra acero resonó en la habitación, la espada corta de Jiang Cheng contra la espada doble del emperador.
Jiang Cheng maldijo nuevamente. Supo que había cometido un error en el momento en que detuvo el ataque. La espada del emperador en realidad se detuvo antes de tener una cercanía mortal, pero el instinto había actuado antes de que pudiera controlarlo, delatando la existencia de su arma y su familiaridad al usarla.
Ahora ya no podría fingir ser un erudito indefenso.
La respiración de Jiang Cheng, anormalmente rápida producto de la sorpresa, tocaba el filo de ambas espadas, detenidas una contra otra sin moverse un solo centímetro. Ambos mirándose con la comprensión de lo que esto había revelado.
Fuera, la lluvia pronto pasó a ser una tormenta, golpeando con fuerza contra las ventanas hasta abrir una, el viento azotando la madera contra la dura pared y un ruidoso relámpago cruzando el cielo, iluminando el cuarto mientras aquella solitaria vela se apagaba.
Entonces lo vio, en medio de la luz platinada que iluminó el cuarto. Justo ahí. Aquel brillo apagado en los ojos dispares de Lan XiChen era uno que recordaba con mucha claridad, la impresión de esa mirada fue como si el rayo lo golpeara y recorriera su cuerpo entero.
Él lo sabe
--- Nos ha estado engañado todo este tiempo.
La voz ronca del emperador inquietó aún más a Jiang Cheng, quién ya hacía un notable esfuerzo por contener la maraña de sentimientos desconocidos que parecían quemar su interior después de notar aquel filo en los ojos dispares del otro.
Había visto esa expresión en el pasado.
Desde aquella pelea en medio del bosque, Zewu-jun había cambiado. Al comienzo no fue algo evidente, pero entre las discusiones ocasionales y breves peleas verbales entre ellos, Jiang Cheng comenzó a notar cierta aura en el jade. Era como si después de cada confrontamiento, el jade comenzara a comprender cómo tratarlo, a ser más racional cuanto más irascible era Jiang Chengm y a extender ese comportamiento al resto de las personas que trataban de manipularlo.
En pocos meses el cambió fue notable.
No era sarcástico como Wei Wuxian ni mucho menos elocuente como el anterior líder Jin; no, el jade solo hablaba con palabras directas y una obviedad que te dejaban con la sensación de estar siendo infantil. Era como un maestro reprendiendo a su estudiante.
Tragó saliva, su boca repentinamente seca.
Algunos le agradecían y quedaban en buenos términos, otros se ofendían al nivel de agredir verbal o físicamente al Lan y luego estaba Jiang Cheng, quien solo pudo mirarlo sin saber qué decir.
Jamás pensó que sería objeto de la afilada inteligencia del jade. Tenía el ridículo sentimiento de ser un criminal enfrentando su sentencia.
Lo que Jiang WanYin no sabía, es que con sus acciones solo había confirmado las sospechas que el emperador ya tenía.
Hace varias semanas atrás, Yun LanHuan había hablado con uno de los sirvientes que el erudito había traído consigo. La elocuente cocinera no había dudado en elogiar al joven amo al que servía, describiendo su gran amabilidad, tal, que incluso mandó a hacer un cuchillo de cocina que "cortaría el acero mismo" según las palabras de Xue Liang, quien gustosa le extendió el obsequio para que lo admirara. Era cuchillo era lo bastante pesado para cortar con solo hacer un mínimo de fuerza, la curvatura y el largo eran perfectos para que no importara la forma de empuñarlo, su eficiencia no se vería disminuida.
Eso junto a las palabras del anciano bibliotecario, que aseguraban que el erudito solo buscaba libros de la historia del imperio Yun, de mapas y comercio, hicieron que una oscura sospecha naciera en el noble corazón del emperador.
¿Por qué un simple erudito se tomaría la molestia de aprender tanto sobre el imperio Yun? ¿Cómo un simple joven, cuya especialidad era el estudio de los escudos y símbolos, tendría tal conocimiento sobre armas?
Todo podría explicarse de infinitas maneras, algunas inocentes otras no tanto, pero Yun LanHuan se negaba a dejar que su juicio se nublara; así que mantuvo la vista en el erudito, vigilándolo y tratando de controlar ese inexplicable deseo de acercarse y hablar con él.
Pudo mandar a hacer el cuchillo como hacen otros nobles. No necesariamente tiene que saber de armas.
Pero ahora que comprobó las habilidades marciales del erudito, la determinación y el dolor tomaron vida propia en su interior, cualquier esperanza de haberse equivocado en sus sospechas encontrando un inevitable final.
En medio de tormenta, ambas figuras separaron sus armas con calma forzada, sus auras tan distintas entre sí como una ventisca invernal y una tormenta.
--- Es bueno saber que el erudito sabe cómo defenderse.
La acusación no verbalizada por fin hizo reaccionar al antiguo cultivador, su voz, profunda y afilada, estaba llena de ofensa cuando respondió.
--- No sé de qué está hablando.
Jiang Cheng solo había expresado su negación a la implicación de haber traicionado al jade pero debido a la situación y la desconfianza sembrada en el emperador, sus palabras fueron malinterpretadas como un intento de negar lo evidente.
--- Le agradecería que evitara los rodeos innecesarios al responder --- ambos habían bajado sus armas, pero Yun LanHuan no relajó su postura ni guardó su espada, así que JiangCheng tampoco lo hizo, su orgullo ganando sobre su sentido común --- no después de lo que acabo de ver y menos aún después de detener mi espada con tal habilidad.
Ese "algo" en los ojos del emperador empeoró, hizo sentir a Jiang Cheng confuso y desconcertado. El jade se comportaba como si... como si... bien, no podía ponerle nombre a la expresión del jade, pero como sea que eso se llamara, lo hizo sentir culpable y eso solo avivó su mal genio.
Jiang Cheng no era una persona que reaccionara bien al remordimiento, jamás fue capaz de aceptar la gravedad de sus acciones sin poner una resistencia agresiva antes.
--- No lo intentaba. Tampoco tiene motivos para acusarme de engañarlo.
Comprendía que acababa de destrozar su fachada de un joven frágil que fue herido sin aparente razón. Pero eso solo lo hacía de sus motivaciones algo desconocido, el emperador no sabía qué estaba haciendo en el exterior, ni de dónde venían sus habilidades... no merecía esa mirada de absoluta desaprobación, ¡no después de arriesgarse una y otra vez para protegerlo!
Él no recuerda nada.
Intentó recordarse una y otra vez, tratando de poner una correa a las crudas emociones que buscaban desbordar.
Él no recuerda nada, es normal que te acuse, él no recuerda nada.
Mientras Jiang Cheng tenía un momento difícil consigo mismo, tratando con todas sus fuerzas el no dejar traslucir en su rostro o en su cuerpo la tensión que lo embargaba, el jade, colocando su espada al costado, dio un paso hacia Shao Jiang. La apariencia del emperador era tranquila y estable en un crudo contraste con las hirientes emociones en su interior.
--- Transformó su provincia en un lugar próspero en solo unos meses mientras a otros les toma años conseguir la mitad de ello. --- Ambas miradas se mantuvieron unidas como si una fuerza invisible los obligara --- Y si bien eso solo es admirable, acabo de ser testigo de cómo entró a mi palacio sin delatarse ante los guardias y escaló hasta su habitación con tanto sigilo que de no haber estado aquí, jamás lo habría notado. Dígame, erudito, ¿alguien con tales habilidades realmente podría haber sido envenenado sin saberlo y luego herido tan gravemente por un desconocido? --- Yun LanHuan dio otro paso, mismo que Jiang Cheng retrocedió sin darse cuenta.
Las mejoras en su ciudad eran algo reciente, apenas discernible aun para quienes vivían cerca, ¿exactamente desde cuándo había estado siendo vigilado por Yun XiChen? ¿cómo es que conocía sobre el estado de la finca y la ciudad?
--- Eso no tiene nada que ver --- trató de defenderse. Irracional, pero incontrolable en su impulso. Reaccionaba a la frialdad de una mirada que jamás se había dirigido a él.
--- Usted lo dijo aquel día en la corte, tenía información valiosa que dar al emperador. --- otro paso cerca y otro alejándose, las palabras suaves asemejando seda sobre acero --- Este emperador quiso creerle, pero es complicado imaginar que el erudito no pensara que estaba en peligro. Que, pese a la delicadeza del asunto, no solo saliera de su hogar y fuera todo el camino hasta el palacio, sino que aceptara encontrarse ante dos emperadores en un lugar abierto... es como si buscara ser atacado.
La traición en los ojos del jade cortó el interior de Jiang Cheng con tanta intensidad, que este casi tocó su piel para asegurarse de no tener ninguna herida física.
¿Traición?, la confusión pareció nublar cualquier otro pensamiento, aumentando la intensidad de unas emociones que no comprendía, embargándolo como el agua del exterior comenzaba a llenar los jardines y pasillos, Yo no te traicioné, jamás te traicioné.
De haber tenido recuerdos, quizá Yun LanHuan no habría confundido la tensión de Jiang Cheng, por desgracia, a ojos del emperador el erudito parecía que el erudito se resistía a aceptar su culpabilidad.
--- Este emperador puede ser joven, pero aún cuenta con la lealtad de su corte. El sanador imperial me ha informado que su herida aún sangra. Los sirvientes del palacio también mencionaron la cantidad de ocasiones en que se le ha buscado en su habitación al anochecer sin encontrarle, con un sirviente distinto abriendo la puerta en cada ocasión --- la voz de Yun LanHuan bajó un poco cuando la opresión en su garganta creció. No sabía que reacción buscaba provocar en el erudito, pero no era este silencio --- ¿Por qué no atendía usted la puerta? ¿por qué no informó que había más sirvientes a su cargo? ¿Cómo entraron esos sirvientes al palacio sin ser registrados antes? --- La súplica en la voz de Yun LanHuan casi rompió la resistencia de Jiang Cheng --- ¿qué es lo que en verdad está ocurriendo, que lo lleva a tales acciones confusas?
Jiang Cheng apretó los puños hasta que la empuñadura de la espada lastimó su palma. La correa que lo contenía se tensó aún más, a poco de romperse.
Ira, dolor, frustración y otra infinidad de emociones le hacían imposible concentrarse cuanto más lo presionaba el jade.
'Dile.'
La suave voz de Sandu vibró en su oído.
Alarmado, miró en dirección a la espada que descansaba cerca de la puerta. Brillaba tenuemente pero la casi inexistente luz se mantenía escondida por los truenos y relámpagos del exterior.
'Puedes usarme, dile la verdad, yo te ayudaré.'
Sandu susurraba muy bajo, Lan Huan no pareció notarla en lo absoluto.
--- No le diré.
Ambas voces se intercalaron tras la seca negativa del joven, una tensa y la otra suplicante.
--- Erudito Shao Jiang, sus acciones son sospechosas --- 'Dile, dile la verdad' --- solo esto podría llevarlo a ser arrestado --- 'Podemos convencerlo...' --- necesito una explicación para evitarlo.
La voz de Yun LanHuan y los insistentes susurros de la espada lo hicieron sentir mareado y asfixiado. El ruido de la tormenta que golpeaba a su espalda, el temor de que el jade descubriera la espada y la alta silueta tan cerca suyo lo estaban poniendo ansioso de una mala manera.
--- No puedo --- la voz de Jiang Cheng fue vergonzosamente baja, pasando a través de una garganta apretada, fue más un bajo aliento que un sonido real, pero tanto Sandu como Yun LanHuan la escucharon. --- No puedo decirlo.
Jiang Cheng intentó respirar pero todo en su interior se reveló ante la posibilidad de contarle a Yun LanHuan la verdad.
Podría decirle, si tengo la ayuda de un emperador, sería más fácil.
El vago pensamiento fue arrojado lejos con tanta prontitud como se formó.
No, involucrarlo sería agregar más objetivos para Bai Huanghou. ¿Pero y si solo le decía una parte? De nuevo se negó, dudaba que el otro se conformara con solo un poco.
¿Convencerlo, involucrarlo, negarse, amenazarlo?
...no puedo respirar...
Yun LanHuan dio otro paso y de nuevo, él retrocedió.
--- ¿Por qué? Si el erudito teme por su seguridad o que no le crea, --- 'Sí puedes, me mostraré ante él'--- por favor, le ruego confíe en que escucharé, --- 'creerá en cuanto comprenda que soy real' --- intentaré creer en sus palabras.
Basta, pensó con su respiración agitándose.
Si estuvieran en su mundo anterior, Jiang Cheng solo habría gruñido molesto o gritado alguna obscenidad. Pero eso fue antes de ser cruelmente torturado hasta el punto de destruir cualquier confianza que tuviera en sus habilidades o en sí mismo.
--- No lo haré --- repitió de nueva cuenta, esta vez con un toque duro y cruel.
La mirada del emperador se entornó con derrota.
--- Entonces no me dirá donde estaba.
El antes líder Jiang solo pudo retroceder ante la presión, su vista nublándose y el latido de su corazón tan fuerte que lo confundió.
--- No
' Solo debes ser honesto, Hanghuang-jun te creyó.'
--- ¿Y sobre qué hacía o por qué?
Necesito pensar.
JiangCheng apretó la mandíbula.
Ya cállense ambos, maldición.
--- No diré nada.
--- ¿Explicaría entonces si en verdad hay más sirvientes a su cargo? ¿Si ha investigado deliberadamente mi imperio?
Jiang Cheng se mesó el cabello con frustración. El jade lo estaba tratando como a un niño desamparado o un juguete y eso lo frustraba como nada más conseguía.
--- Ya sabe la respuesta a eso.
Sin poder ayudarse a sí mismo, Yun LanHuan presionó aún más al tenso erudito, lo acorraló a pesar de que una parte de él quería detenerse, evitar que aquella tensión del erudito creciera. Dejó de prestar atención al creciente sentimiento de estar cometiendo un error.
Ya había dejado al erudito hacer muchas cosas a sus espaldas por seguir aquel sentimiento. No podía permitir que eso continuara.
--- ¿Y sobre el veneno en su cuerpo? --- ' Dile, WanYin.' --- ¿sabe quién fue el culpable?
'¡Solo habla!'
Antes de continuar, ocurrieron tres cosas simultáneas que destrozaron el control de Jiang Cheng.
Tras el siguiente paso del emperador, su espalda chocó contra la ventana, el susurro molesto de Sandu aturdió sus oídos y el sonido especialmente fuerte del relámpago cegaron su vista por un segundo.
La privación sensorial fue lo que rompió la correa.
Con un sonido ahogado saliendo de su garganta, Jiang Cheng tiró la espada corta al suelo y empujó con fuerza los anchos hombros del jade, apartándolo de su camino.
--- ¡Ya cierra maldita la boca! --- gritó, sin saber si hablaba al emperador o a Sandu.
Habla, habla, habla.
¡Solo sabían exigir sin ver que Jiang Cheng no podía hablar con libertad!
Caminando a grandes pasos, tomó a Sandu y la guardó en el interior del ropero, cerrando las puertas con fuerza, harto de escuchar sus susurros.
Con la respiración entrando en veloces ráfagas, se giró hacia un sorprendido Yun XiChen, la furia en su expresión haciendo juego con la rudeza de su tono.
Al demonio todo.
Querían que dijera lo que sabía, querían respuestas. Pues bien, al igual que con Hanguang-jun, Jiang Cheng les daría lo que querían y al infierno lo que pasara después.
--- Sí, sabía del veneno y sabía del ataque --- ignoró la mirada herida del otro, así como la dolorosa punzada que le provocó. Se cruzó de brazos con arrogancia para mitigar la sensación --- ¡Y lo sabía porque yo lo planeé! Yo contraté a la persona que disparó la flecha y antes de que lo pregunte, el objetivo era yo ¿Feliz de saberlo ahora?
Yun LanHuan observó la mueca que torcía la boca del erudito, provocando una naciente punzada en su cabeza lo distrajo un poco. Era como si ver esa expresión le recordara algo, pero el recuerdo se mantenía vago y lejano, algo que podía percibir pero no ver.
Entonces la comprensión le hizo olvidarlo por completo.
--- Usted lo planeó --- repitió, como necesitando confirmar si había escuchado correctamente.
--- Sí.
--- ¿Por qué? --- el desconcierto y la desesperanza hicieron de su voz algo extraño --- ¿Porqué hacer algo así?
Jiang Cheng gruñó, su mandíbula tan tensa que era doloroso.
--- No importa.
--- Lo hace. La flecha estuvo muy cerca de atravesar su corazón.
--- Pero no lo hizo.
--- Por muy poco. Pudo morir, ¿por qué arriesgar su vida de esa manera?
Porque quería morir.
JiangCheng se quedó anormalmente quieto cuando el pensamiento rompió en su cabeza con extraña claridad, sus brazos y sus emociones agresivas perdiendo fuerza, atenuándose más y más entre cada latido hasta hacerlo sentir como si la lluvia helada corriera por sus venas en lugar del exterior.
--- Yo...
No fue por eso, se intentó convencer, prometí que no buscaría la muerte hasta destruir a Bai Huanghou y a todas sus ratas.
Pero no importó cuanta determinación puso, todavía se sentía como si estuviera engañándose a sí mismo. Desconcertado, tomó una profunda respiración antes de hablar, los breves pasos de algún sirviente caminando a lo largo del pasillo fuera de la habitación, recordaron a Jiang Cheng donde se encontraban.
Contrólate, este no es momento para dejarte llevar.
Intentó de nuevo calmar su agitación. Hong BaiHe seguía afuera, no importa lo que Yun XiChen pensara, aun debía detenerla.
Aclaró su garganta, resuelto y un poco más lúcido.
--- Descubrí que alguien buscaba romper el acuerdo de paz --- Jiang Cheng debía dejar esto de lado cuanto antes, si esto se prolongaba más, perdería la mínima contención que obtuvo y dejaría que su verdadero carácter saliera a la luz... aún más. --- Era una buena manera de advertirlos.
Creyó que eso bastaría, pero parece que subestimó la perspicacia del emperador.
--- Es del círculo de confianza de su majestad Song Lan, si le hubiera dicho, él seguro lo habría creído y tomado medidas.
Jiang Cheng chasqueó los dientes.
---No hay pruebas, nada que sustente mis palabras.
Y era cierto.
Pero de nuevo, la velocidad de deducción del emperador lo sacó de equilibrio.
--- ¿Y por qué una acción tan drástica? Erudito, si su plan fuera solo advertirnos, había muchas maneras de conseguirlo, fingir una enfermedad, poner alguna trampa, provocar algún ruido estruendoso e inesperado... --- entonces, mientras Jiang Cheng bajaba la mirada con culpa, la comprensión llegó a Yun LanHuan con un regusto amargo y lacerante. Era tan claro que estaba sorprendido de no haberlo deducido antes. --- cualquier otro método habría dejado pistas atrás, pistas que lo habrían señalado. Si le dijera a Song Lan sus razones para hacerlo, ahí habría terminado todo --- Yun LanHuan recordó las sospechas y testimonios en su contra, el vago intento de culparlo por el incidente. Una cruel resignación lo hizo enderezar los hombros con tensión --- Desde el inicio planeó manipular las pruebas y a las personas involucradas.
Los brazos de Jiang Cheng cayeron a sus costados, la negativa en sus labios muriendo cuando comprendió la exactitud con que el otro dedujo su plan.
Pero el jade no había terminado de hablar, fijó sus ojos dispares e intensos en él, haciendo que un escalofrío bajara por su espalda. No sabía lo que diría, pero algo le hizo pensar que no le iba a gustar.
Y tuvo razón.
--- Ese día en la corte se mostró dócil, cedió a la presión de los otros nobles después de pocos argumentos --- la frialdad retornó al jade, su rostro inexpresivo y determinado --- la falta de preocupación por un segundo ataque, las constantes reuniones con el noble Gao... mintió. Usted ha mentido desde el comienzo. --- una profunda exhalación --- Me mintió.
Jiang Cheng palideció.
<<No importa lo que ocurra o la gente que haya alrededor. No me mienta, no a mí>>
No, él no lo hizo, él mintió a la corte de Song Lan, pero no había mentido a Yun XiChen, técnicamente hablando, solo no le dio ningún tipo de información.
Omitir información no era mentir.
¿Pero entonces por qué JiangCheng sentía que de alguna forma había traicionado al jade? ¿En verdad había sido tan descuidado que había roto, sin advertirlo, la promesa que hizo aquella vez?
...
No, pensó entornando la mirada con culpa, no fue descuido.
Yun LanHuan tenía razón. Hubo muchas maneras y ocasiones en que pudo decir la verdad sobre la identidad de Hong BaiHe, tiempo más que suficiente para planear qué y cuánto decirle al emperador para obtener su ayuda sin tener que retomar nada del pasado.
Pero no lo hizo.
Todo porque una parte de él aún consideraba a esta persona como alguien parecido al antiguo líder Lan, pero sin ser el jade. Negarse a decir nada sobre Hong BaiHe había sido solo una manera de poner distancia entre un desconocido y él.
La compresión revolvió su estómago. El odioso sentimiento de haberse equivocado lo ahogó.
--- Lo... lo siento.
La disculpa sorprendió a Yun LanHuan, aunque no de manera grata. Esa disculpa solo confirmaba que Shao Jiang le había engañado pero que todavía se negaba a decirle la verdad.
El erudito no confiaba en él.
Con movimientos lentos, Yun LanHuan guardó su espada, el frío en su corazón cortando con despiadada eficiencia cualquier sentimiento hacia el otro.
--- ¿Planea conspirar contra alguno de los imperios? --- su voz sonaba hueca a sus propios oídos.
Jiang Cheng miró los ojos del jade con tanta honestidad y arrogancia como pudo reunir.
--- No.
El emperador asintió, pero no lo dejó así. En sus sueños, alguna vez perdonó la traición de un amigo, pero pagó esa confianza muy caro y si bien había sido un sueño, lo tomó como una señal. Tal vez sus sueños lo habían querido advertir del engaño del erudito.
--- No puedo confiar solo en sus palabras --- apartó la vista de la confusión y dolor que parpadeó en los ojos azules del erudito. Extendió su mano con la palma expuesta mientras la furia de la tormenta en el exterior pareció hacer eco de su propio sentir. --- he visto el dije de madera y sé que es importante para usted. Lo conservaré como una prueba de que no trata de atacar el acuerdo de paz.
La mano de Jiang Cheng se movió hasta aferrar el dije en su cuello, la irracional negativa pugnando por salir entre sarcasmo y maldiciones. Era tonto, pero de verdad no quería darle el dije.
No seas idiota, solo dáselo y termina con esto.
La mano del jade bajando un poco y la decepción en sus ojos fueron lo que por fin hizo a Jiang Cheng moverse.
--- ¡Bien! --- gruñó.
Con brusquedad, se quitó el dije y lo puso en la palma del jade. Pero si creyó que esto había sido malo, lo que ocurrió después lo superó. Yun LanHuan apretó la pieza en su palma y caminó hasta la puerta, pero se detuvo antes de abrir y habló.
--- Mandaré una misiva a su majestad Song Lan asegurando su inocencia. Pero alguien está siendo culpado por el crimen de envenenarlo y su atacante sigue desaparecido. --- Yun LanHuan suspiró de nuevo --- Tiene tres días para resolver esto y salir del palacio.
Jiang Cheng apoyó una mano contra el ropero, sintiéndose inestable.
--- ¿Qué...?
--- Ya que usted planeó todo, este emperador confía en que podrá resolverlo sin involucrar a ningún inocente. --- Yun LanHuan miró al erudito por última vez, preguntándose cómo había permitido tal engaño --- Terminando el asunto ya no tiene ningún motivo para estar en este país y tampoco deseo tener cerca a alguien en quien no puedo confiar plenamente. No detendré sus actividades clandestinas, pero prefiero no ser testigo de estas. --- con una determinación que Jiang Cheng odió, Lan Huan dijo lo último que se escucharía esa noche --- Tiene tres días para irse de mi imperio y por favor, erudito Shao Jiang, no vuelva.