XIX Caballo a peón blanco

24.10.2019

"El engaño y la mentira son tan versátiles y fáciles de usar. No discriminan ni hacen excepciones, en algunas ocasiones eres el mentiroso y en otras, al que mintieron "
A. B. Rémeny 


   El tiempo es algo peculiar y curioso.

En ocasiones tan fugaz, en ocasiones tan eterno.

Los habitantes del palacio vivieron a su modo el siguiente mes y medio. El paso del invierno dejó a su estela el nebuloso sentimiento de melancolía mientras la ciudad se preparaba para el festival del invierno.

Las calles se llenaron con alegres comentarios y risas, las manos se embadurnaban de pegamento y trozos de papel de los adornos que colgarían entre cada casa y tienda; agujas e hilos unían tela tras tela de ricos bordados y brillantes colores.

Incluso Xue Liang y Luo Shen no pudieron evitar contagiarse de tan brillante emoción. La hábil cocinera practicaba deliciosos platillos que deleitarían el paladar del joven amo y Luo Shen visitaba discretamente la ciudad buscando obsequios.

Xue Ye brillaba como un faro, la molestia que antes lo embargó, desaparecida.

<< - El erudito ha sido de gran ayuda para el palacio Xi, pero es complicado explicar una situación con solo palabras y algunos pergaminos.

A pesar del tiempo que habían hablado, el emperador aún se mantuvo tranquilo mientras lo escuchaba. Xue Ye intentaba convencer al terco hombre de enviar al erudito al palacio Xi, en la frontera, atendiendo a la razón de que en este lugar se encontraban todos los documentos necesarios para hacer un correcto estudio de la situación, pero el hombre no cedía.

--- Entendemos su postura, noble Gao --- dijo con aquella molesta tranquilidad que crispaba sus nervios --- pero hasta hace poco, el erudito Shao sufrió una grave herida. Le pedimos considere el estado de salud del noble.

--- Comprendo, su majestad, pero ha pasado tiempo suficiente, el sanador ha dado su aprobación.

Un lento suspiro.

--- El sanador imperial ha dicho que la herida del noble Shao Jiang ha comenzado a cicatrizar, no se mencionó la posibilidad de un viaje.

Xue Ye estaba más que exasperado de la facilidad con que el emperador seguía deshaciendo sus argumentos.

¿No podía solo ceder?

--- Con todo respeto, majestad, pero el viaje desde el otro imperio...

LanHuan lo detuvo con un gesto.

--- Ese viaje fue necesario y como se esperaba, comprometió la salud del erudito.

¡Xue Ye ya sabía eso!

El jefe de espías maldijo a ambos emperadores por hacer peligrar la vida de su erudito, La herida era profunda y estaba en un punto riesgoso, una infección mal tratada bien podía terminar con la vida de Shao Jiang en pocas horas. El viaje fue extenuante, aun no pasaban las puertas del palacio y el erudito ya mostraba signos de fiebre.

Pero el emisario del palacio Xi no sabía que LanHuan jamás estuvo de acuerdo, pero la situación precaria no le había dejado más opción. Traidor o no, el erudito debía salir del palacio Baixue ese mismo día.

Esta situación era distinta.

--- No creo que se prudente arriesgar más su salud.

--- Pero si su majestad enviara al sanador...

Una negación silenciosa que detuvo sus palabras con firme efectividad.

--- El erudito Shao no esta aquí como un invitado, emisario Gao, sino por orden del emperador Song. Si sale del palacio será condenado como traidor.

Xue Ye tensó la mandíbula. Sabía que el emperador sospechaba del papel del erudito en todo esto, pero jamás imaginó que sería al grado de mantenerlo prisionero dentro del palacio.

Deseaba tanto tener al erudito en su propio territorio y llenarlo de tantos lujos como pudiera, pero parece que sería imposible mientras el emperador Yun lo tuviera bajo sospecha.

--- Este noble entiende --- aceptó, decepcionado. --- le pido disculpas a su majestad por contrariarlo.

LanHuan asintió, su voz amable.

--- Comprendemos su situación, emisario, enviaremos una misiva al palacio Xi para extender su estadía en el palacio tanto como lo necesite.

Xue Ye se tensó por la orden velada.

Con otra inclinación, Xue Ye se levantó y salió del estudio.

Hong BaiHe tendría que pensar en otra manera de alejar al erudito de la familia imperial.>>

Así, un resignado y enamorado jefe de espías, pasaba sus mañanas hablando con el objeto de su amor y las tardes, planeando cómo invitaría a Shao Jiang al festival de invierno y qué harían al llegar.

Hong BaiHe solo observaba a Xue Ye con fastidio infinito. No le importaba dejarle cortejar a sus anchas al erudito si con eso mantenía alejado al peón de sus asuntos, pero lo mataría si se atrevía a traicionarla, así que mantenía un ojo atento al chico.

Al mismo tiempo y escribiendo cartas y saliendo cada tanto del palacio, Hong BaiHe dirigía a sus piezas cada vez más cerca de su objetivo. Fuera de Yue Lan, la joven consideraba al resto como un grupo de torpes idiotas que le daban más problemas que el rey negro.

Por un lado, tenía al primer ministro que no parecía entender lo precario de su situación y alternaba su tiempo entre viajes al imperio Song y Yunlan, dificultando a BaiHe avanzar en su juego; por otro, tenía al jefe de los comerciantes perdiendo el tiempo y retrasando las entregas "porque los caminos son peligrosos y se requiere precaución". Lo único que la satisfacía en medio de tanta estupidez, era ver al entrometido peón cada vez más agotado. Shao JiangCheng podía disimular cuanto deseara, pero las sombras bajo sus ojos y el rostro palideciendo más y más lo delataban, era tan patético verlo esforzarse sabiendo que no llegaría a ningún lado.

El chico era demasiado frágil para su posición, pero si el rey negro lo quería a su merced, Hong BaiHe no desaprovechaba la diversión. Se aproximaba en cada oportunidad que tenía y "conversaba", atormentándolo con amenazas veladas contra la familia imperial, sus sirvientes y su finca, disfrutando en sobremanera las dificultades que tenía el chico para disimular su tensión frente a otros.

Este niño no estaba hecho para lidiar con ella.

Y por desgracia, Bai Huanghou no se equivocaba, al menos no del todo.

En efecto Jiang Cheng estaba agotado, aunque por más motivos de los que su enemiga imaginaba. Desde el encuentro con Suibian, las pesadillas habían vuelto, adquiriendo tintes extravagantes que lo volvían susceptible mientras más días pasaban, ¿cadáveres y lirios sangrientos? Jiang Cheng casi extrañaba tales imágenes en comparación a las pesadillas de ahora.

Lidiar con el entrometido de Hanguang-jun, dirigir a sus sirvientes en la finca desde la lejanía, hacerse con nuevas piezas, mantener su fachada frente a Hong BaiHe y Xue Ye, los entrenamientos nocturnos y evitar a Lan XiChen... había demasiado por hacer y el día o la noche, nunca parecían durar lo suficiente.

Había regresado, sin notarlo, a su rutina de dormir poco y comer aún menos, lejos de la vista de aquel solitario emperador.

Uno que también se sentía al límite de sus fuerzas.

Yun LanHuan apenas podía salir del palacio interior. Había obtenido información de la noble Hong BaiHe, pero lidiar con la situación aún requería una cuidadosa planeación, apenas solucionaba un problema y uno nuevo aparecía, así que solo le pedía hablar con él cada cierto tiempo.

Una cosa a la vez.

Ahora estaba ocupado mandando soldados a la frontera del noroeste y del norte, pero el tiempo apremiaba; enviar a Mo XuanYu a dirigir a los soldados apenas le daría algunos días de descanso.

El único de confianza que lo ayudaba en el palacio, era su hermano, pero aun este se notaba distraído y sombrío.

Pasaban horas entre memoriales y mapas con Yun LanHuan ocupado con la interminable lista de deberes de un emperador y el deseo de ayudar a su hermano, queriendo alejar la tristeza en la cristalina mirada, pero con el conocimiento de que sin importar cuanto preguntara, su hermano aún se negaría a decir qué ocupaba su mente.

Su imperio tenía problemas, su hermano parecía una sombra de sí mismo y ni hablar de sus preocupaciones personales.

Los sueños habían adquirido una claridad inesperada, Yun LanHuan casi podría pensar en ellos como una parte más de sus recuerdos. Las voces y los rostros eran nítidos, pudo incluso percibir la temperatura, el roce suave de sus túnicas y la vibración en su espada cuando enfrentaba temibles criaturas.

Y si bien esto algo bueno, el problema radicaba en que estos se habían estancado.

Una y otra vez se repetía aquella escena en medio de la tormenta y la luz de las velas, entre palabras afiladas y crueles que lo hacían sentir confuso y herido.

El sueño se cortaba justo cuando las puertas del templo se abrían con fuerza atronadora y se reanudaba cuando el filo de su espada atravesaba tela y piel, con él apuñalando el estómago de la persona en la que había puesto su confianza.

A-Yao, por fin escuchó su nombre.

A-Yao matando a Mingjue.

LanHuan hiriendo de gravedad a A-Yao.

Entonces la imagen se intercalaba, con el rostro de su más cercano amigo cambiando al de un vulnerable erudito, con ojos caoba llenos de traición, cambiando a un increíble color azul violáceo. Vestido en sencillas túnicas moradas y el cabello amarrado con una larga cinta del mismo color, Shao Jiang lo miraba con ojos fríos y llenos de ira, la sangre manchando su tersa piel.

Temiendo la dirección de sus sueños, había querido hablar con Shao JiangCheng, observar su rostro limpio de sangre y asegurarse de que su mirada no tenía rastro alguno de aquel odio devastador.

Pero había sido imposible, las pocas veces que lograba salir al palacio exterior, no podía encontrarlo por ningún lado, todo lo que había podido conseguir era vistazos lejanos mientras caminaba en los jardines, donde lo vio hablando con el emisario del palacio Xi o algún otro noble del palacio, mostrando una esporádica sonrisa que comenzaba a sospechar, era falsa.

Su sonrisa debería ser más... ¿afilada? ¿burlona?.. ¿sarcástica?

No podía poner nombre a ello.

Agotado, se iba a dormir cada noche preguntándose qué quería decirle su propia consciencia con aquellos sueños, despertando a la mañana siguiente sintiéndose aún más confundido.

Era una interminable rutina que lo mantenía en un constante debate entre la confusión y la sospecha.

-

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Así pasaban los días entre las claras paredes y los bellos jardines del palacio. El frío viento y las largas noches acompañando cada sentimiento, cada pensamiento y cada palabra.

Pero algo se acercaba, como una bruma ennegrecida y tóxica, invisible a los ojos. La oscuridad alejaba su cobijo de los esclavos y exponiendo sus rotas almas a la luz, los dejaba a merced de los temibles monstruos sedientos de violencia.

Pronto, algo pasaría.

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Semana y media después. Mitad del You Shi (5-7 p.m.)

--- XiChen... Lan XiChen.

Yun LanHuan probó el nombre en sus labios en un susurro silencioso, mientras miraba la extensión de la capital.

A diferencia de la gran mayoría de sus antepasados y de otros imperios, LanHuan había decidido que la ciudad de Yunlan sería la capital del reino. Si bien estaba cerca de la frontera, era el único lugar del imperio que no contaba con una defensa natural, no había grandes montañas o ríos que bordearan el lugar, el clima era en su mayoría templado y solo moderadamente frío en invierno. No había una sola defensa natural o climática contra un ejército enemigo.

Era un acto deliberado de confianza en su propia fuerza.

Con tantas personas de los imperios vecinos estableciéndose en la región, había forzado a sus líderes a mantener un acuerdo silencioso de paz hasta que la invitación que Yun LanHuan había esperado, llegó.

Ahora, con el acuerdo de paz firmado por ambas cortes, no tendría que preocuparse por una invasión del emperador SongLan.

Por desgracia era solo un indulto en el siempre cambiante destino de las grandes dinastías, y Yun LanHuan lo sabía.

--- LanHuan.

Con una profunda respiración, se giró para mirar a su tío.

Yun QiRen había envejecido con nobleza, su porte recto y su expresión severa no disimulaban el gran atractivo con el que contó en su juventud, pero los años sustituyendo los deberes del emperador hasta que LanHuan tuvo edad suficiente, habían dejado su marca. El largo mechón de cabello platinado, que adornaba la sien derecha de su tío, dejaba en claro las dificultades a las que se había enfrentado.

Ataviado con una pulcra y pesada túnica de colores cobre, QiRen miraba a su sobrino esperando una respuesta... no, eso sería demasiado ambiguo. Yun QiRen esperaba el acuerdo tácito de su sobrino.

Y aunque Lan Huan sabía eso, aún se abstuvo de decir las palabras que su amado tío esperaba.

--- Tío, con todo el respeto, pero creo que ahora no es el momento adecuado.

Su tío tensó los labios y frunció un poco el ceño.

--- La situación de un imperio siempre va a ser problemática, esperar un momento mejor carece de sentido. Y es precisamente por esa razón que un emperador no puede dejar de lado su responsabilidad.

--- El imperio ya tiene a Yun SiZhui.

--- Yun Sizhui es el hijo de tu hermano, no tu heredero. Para tus subordinados es importante saber que cuentan con la bendición del cielo y eso es lo que tu primogénito va a representar.

Quizá, pero para Yun LanHuan tener un hijo no era algo a tomar a la ligera. No solo procurarlo era un deber importante, más si se le iba a formar como futuro gobernante, sino que para él, era prioridad darle un verdadero hogar.

Un matrimonio por conveniencia no lograría eso.

Malinterpretando el silencio de su sobrino, Yun QiRen creyó que podría convencerlo.

--- La sobrina del ministro de guerra es una noble hermosa y de buena educación, ha mostrado una gran valía en su música y dibujo. Sería una buena compañera.

LanHuan recordó a la joven de vestido amarillo que se había mantenido la mitad de la noche, cerca del erudito. Hizo una diminuta mueca.

--- Creo que hace poco golpeó hasta casi la muerte a un sirviente por desobedecerla.

--- ¿Y el hermano menor del terrateniente Yong? Es un joven tranquilo y de buen aspecto. La familia Yong es reconocida por su lealtad.

Tomando la piedra de tinta, Yun LanHuan comenzó el proceso de tallarla con movimientos lentos.

--- Aprecio la preocupación tío, pero un noble que acaba de cumplir 15 es demasiado joven.

Yun QiRen asintió ante la mirada divertida de su sobrino. LanHuan siempre había sido su orgullo, le tranquilizaba ver que aún mantenía esa nobleza de carácter pese a las responsabilidades que cargaba.

--- La joven Hong --- dudó por un segundo --- sé que es cercana a la familia de tu hermano. He escuchado muchas cosas buenas sobre la joven y su buena educación.

--- La noble Hong BaiHe es una informante, tío, una que viene del imperio del este.

--- No será una informante por siempre y su matrimonio solo reforzaría la buena relación con el otro imperio. Te vi hablar con ella la noche del banquete.

Yun LanHuan mojó la punta de su pluma en la tinta.

--- El cargo de consorte imperial es cansado y trae consigo tareas arduas, la noble Hong BaiHe es una mujer con un pasado doloroso, no creo que deseé tal pesada carga.

La implicación estaba clara, LanHuan no creía que la joven pudiera lidiar con un ambiente tan agresivo como era una corte imperial.

Yun QiRen acarició su barba con aire pensativo, su mente enumerando y descartando nombres y rostros hasta que se detuvieron en uno que podría satisfacer las expectativas de su sobrino.

--- El erudito invitado. --- Yun LanHuan detuvo el suave deslizamiento de la pluma. Yun QiRen continuó ante el prologando silencio de su sobrino. --- El erudito invitado es un joven de buena apariencia, tiene un arduo deseo de conocimiento --- dijo, rememorando la cantidad de veces que lo vio en la biblioteca, cada ocasión con un libro distinto --- he notado su gran habilidad para llevar una buena relación con otros nobles.

--- Tío...

--- Yun LanHuan, por años cuidé de tu padre y de ustedes mis sobrinos, no deseo que todo ese esfuerzo quede en nada. La corte y los habitantes de este imperio desean la tranquilidad de formar una familia y tener con que alimentarla, es tu deber como gobernante darles el buen ejemplo de esa vida.

LanHuan volvió a suspirar y miró al exterior, a la lejana extensión de las montañas.

No podía explicarle a su tío la realidad de la presencia del erudito en el palacio. Y aunque lo deseara, dudaba ser capaz de encontrar las palabras para describir las conflictivas emociones que el noble despertaba en él o el amargo sabor en sus labios desde aquella mañana, hace una semana atrás.

El conocimiento es una bendición que, a su vez, trae consigo un gran dolor, pensó con la mirada sombría.

--- Lo pensaré.

Yun QiRen negó con la cabeza, pero ya no habló más del tema, si su sobrino deseaba pensarlo un poco, lo permitiría por algunos días.

-

NOTA: La siguiente escena puede ser un poco gráfica para algunos lectores. Si eres sensible a las escenas de violación, puedes solo leer el diálogo y saltar hasta el párrafo marcado (**)

Dos noches después. Zona Sur de la capital.

En la habitación más alejada de una elegante residencia, dos figuras se movían en medio de las sabanas de seda en un lascivo ritmo de vaivén. La solitaria vela en una de las esquinas, dando un cierto énfasis de salvajismo y lujuria a los movimientos del hombre mientras penetraba con abandono el delicado cuerpo femenino bajo él.

Y quizá alguna mente despistada podría pensar que el cuadro que ofrecían era el poema más primitivo entre dos amantes, pero para un ojo observador, sería imposible pasar por alto las manos que apretaban con dolorosa tensión las sábanas, la palidez casi mortal en el rostro de la doncella o la dolorosa tensión en sus músculos. Hacían parecer su cuerpo como fina porcelana, fracturándose un poco cada vez que el primer ministro golpeaba en su interior sin el menor cuidado.

Mei Yang apretó la mandíbula cuando sintió acelerarse el ritmo de las penetraciones, para después reprimir un sonido de protesta, cuando sintió un calor líquido golpear en su interior.

¡El bastardo se quedó dentro!

Asqueada, apretó los ojos cerrados mientras sentía al ministro salir de su cuerpo y levantarse de la cama, el calor líquido escurriendo de su flor.

--- Dime querida, ¿Dónde estaba?

Escuchando el roce de la ropa mientras el ministro se volvía a vestir, respondió a la pregunta que le hacía el bruto cada vez que entraba a su habitación en la mitad de la noche.

--- Encerrado en su estudio desde el You shi.

--- ¿Y tú?

--- En mi habitación, reparando un vestido que se rasgó.

Soportando la caricia lasciva en uno de sus senos y en su zona secreta, escuchó a medias al ministro comenzar a parlotear sobre su esposa y otras nimiedades, mientras su mente era demasiado consciente del dolor en su interior y las punzadas en sus muslos.

Fue solo después de tocarla un poco más que por fin salió, cerrando la puerta silenciosamente detrás suyo.

Con el estremecimiento que había detenido antes recorriendo su cuerpo hasta su cuero cabelludo, se levantó de la cama, tropezando varias veces por sus piernas adoloridas y temblorosas, antes de poder llegar al pequeño balde de agua que reservaba para estas ocasiones.

Se limpió tan rápido como pudo, intentando no vomitar cuando sintió el líquido espeso y blanquecino resbalando por el interior de sus muslos.

**Tan absorta estaba en limpiar su cuerpo, que no notó la sombra entrar por la ventana y deslizarse hasta una esquina de la habitación.

--- Hay caldo de azafrán y canela en el tazón[1].

Mei Yang se sobresaltó cuando escuchó esa voz, suave y elegante, que parecía siempre llegar cuando más humillada se sentía. Pero era una humillación que soportaría cada noche si con eso pudiera devolver la bondad del hombre en su habitación.

Se giró en la dirección de la que la voz había provenido, apenas capaz de distinguir la silueta vestida de negro en medio de la penumbra y las sombras danzantes que provocaba la vela.

Se arrodilló con respeto, sosteniéndose del balde para no caer de bruces en el suelo. Él le había informado de la muerte de su querida hermana a manos del bastardo del primer ministro, él le había dado la oportunidad de velar el cuerpo de XinQian y ahora, él la cuidaba cada vez que debía "acompañar" al primer ministro.

--- E-esta humilde dama le da la bienvenida, por favor, perdone a Mei Yang por el estado de su vestimenta. --- se aferro al borde cuando el dolor en su cuerpo aumento por la posición --- Mei Yang sabe el insulto que debe parecer mi aspecto y el estado de mi hab...

--- No necesito tantas excusas.

A pesar de lo afilado de las palabras, la silueta se acercó con calma, ayudándola a sentarse en un mueble cercano cuando sus piernas tropezaron, como si el aroma del primer ministro o el estado desastroso de su cabello y de las sábanas en la cama no existieran. Con cuidado, le acercó el tazón con la mezcla que aseguraría su tranquilidad*.

Bebiendo poco a poco la desagradable mezcla de aroma perfumado y dulce, Mei Yang observó aquellos ojos nublados por la tela que cubría la identidad de su guardián. Cuando se acercó a ella, no solo desconfió, se negó a darle una respuesta directa cuando le ofreció un trato por su ayuda a cambio de hacer pagar al primer ministro. Después de todo, no servía de nada saltar de la olla al fuego*.

Pero al final, este hombre solo había sido tan terriblemente honesto con sus intenciones, cumpliendo su palabra ante cada exigencia que ella hizo, que por más que lo deseara, no podía evitar confiar en él.

El tazón estaba casi vacío, cuando la oscura silueta volvió a hablar.

--- Necesito que hagas algo...

-

--- Viste al noble que ha llegado.

--- ¿Te refieres al joven amo, el que iba en compañía del general Wei?

--- Dicen que es invitado del emperador.

--- ¡¿Del emperador?!

Entre risas nerviosas y algunas exclamaciones de morbo, la gente de la ciudad observó en dirección al palacio.

Hace tiempo atrás, el emperador había regresado a la capital en compañía del segundo príncipe y de los hermanos Hei, pero era el otro joven el que había llamado la atención de más de uno.

Solo habían tenido vistazos de él a través de las cortinas, pero prometía ser una gran belleza. Los sirvientes del emperador habían confirmado eso, exagerando su porte noble y ojos de un cambiante azul.

<< Es tan hermoso, que seguro fue enviado por el cielo para su majestad >>

Los exagerados rumores solo aumentaron la expectativa de la gente en ver al emperador tomar pronto a un consorte o quizá, si los dioses los bendecían, un consorte imperial*.

--- ¿Pero no está también aquella joven? La chica del imperio del este.

--- Oh, cierto, cierto.

--- Ella llegó antes.

--- Pues yo escuché que la noble Hong ya es cercana al segundo príncipe.

--- Debe ser favorecida por su majestad, si ya es cercana al segundo príncipe.

--- Tonterías, tonterías.

Las risas y demás comentarios hicieron eco mientras un rostro infantil con grandes ojos fruncía el ceño con molestia.

Con mucho cuidado, el niño tomó dos manzanas más antes de salir a escondidas del lugar y corriendo entre las laberínticas calles, hizo sonar la campanilla en su mano. De inmediato, el ladrido alegre de un enorme perro asustó a varios comerciantes y demás gente.

--- Ese asqueroso animal, un día de estos, voy a...

--- Tranquilo hombre, no seas desagradable.

Ambos vendedores miraron al desgarbado niño correr junto al perro hasta perderse entre la multitud.

--- Ese mocoso debió robar algo de nuevo.

--- Mejor no hables de más, tú mismo le diste un pan hace dos días.

El otro hombre gruño y desvió el rostro.

--- No tengo idea de lo que estas hablando.

El niño, por supuesto, pensaba que había robado, pero era imposible que nadie notara a tan desgarbada figura torpe y seguro nadie pasaría por alto los gruñidos de su pequeño estómago. Como en cualquier situación desafortunada, muchos le trataban con recelo y amenazaban, guardando la mercancía lejos de su alcance, otros le agredían y alejaban como si de una terrible peste se tratara, pero había algunos pocos, como esos dos vendedores o la dueña de la posada, que aun sentían lastima por el pequeño huérfano y fingían no notar cuando tomaba algo de sus cestas.

Pero a Jin Ling eso no le interesaba, su pequeña mente de seis años solo sabía que estaba en un lugar extraño y que si bien al principio creyó que estaba solo, su esperanza creció hace dos noches atrás.

'No deberías robar.'

Jin Ling ignoró a Suihua mientras ponía la comida en una desgastada tela.

La espada de su padre había sido su mejor amigo desde que despertó en medio de una casa vieja y llena de polvo, había sido él quién lo llevó hasta el pueblo en el que ahora se encontraba.

El templo abandonado no había sido el lugar más cómodo para dormir pero la espada había insistido en que debían quedarse.

Molesto, Jin Ling había querido llorar, pero una noche escuchó una voz grave y fría, una que le hizo apretar el estómago con anticipación. Temblando por el frío, se asomó entre los tablones con una leve sensación de déjà vú, un recuerdo vago de haber encontrado algo horrible entre la podrida madera en otra ocasión.

Pero no había nada aterrador del otro lado, sino dos figuras hablando entre sí. Ansioso, espero hasta que uno de ellos se movió, su pequeño corazón latiendo con fuerza al vislumbrar el grueso anillo en la mano.

Tío.

Pensó emocionado cuando esos rasgos tan familiares dejaron de ser ocultados por la espalda de la otra persona. Era obvio que lucía mucho más joven a como lo recordaba y ni su ropa ni su cabello eran iguales a los de la secta Jiang, pero eso no le importaba.

¡Es tío Jiang!

Estaba por salir y abrazar a su tío, cuando la alta figura entrando al patio lo detuvo.

Era Hanguang-jun, con una ropa extraña, pero aun tan temible como siempre, tanto, que para cuando sus piernas dejaron de temblar, su tío ya se había ido.

Ahora, extendiendo la mano, escribió con trazos torpes e infantiles en el polvoso suelo.

Esta vez lo encontrare y me quedare con tío.

El ladrido de Hada hizo eco a su sonrisa optimista.




NOTAS:

[1]El azafrán y la canela era conocidos en la antigüedad por sus propiedades abortivas. Por eso este caldo "asegura la tranquilidad" de Mei Yan, de no quedar embarazada.

A partir de este punto, Mei Yan "el peón blanco" es comido y se transforma en la pieza de JiangCheng. Ella es un nuevo "peón negro". (recuerden que el ajedrez tiene 8 peones, en juego aun quedan 6 peones para JC)

Saltar de la olla al fuego:empeorar su situación.

Festival de invierno:Dongzhi Festival, se celebra en China en el solsticio de invierno. Es una fiesta milenaria, considerada la segunda festividad más importante del calendario chino. Durante el Solsticio de Invierno es costumbre, en algunos lugares de china, ofrecer sacrificios al cielo y a los ancestros. Siendo la noche noche más larga del año, se suele visitar a los familiares, llevar regalos, y divertirse hasta altas horas de la madrugada. Como en todas festividades chinas suelen estar acompañadas de la gastronomía típica, se degusta el tangyuan, dumplings y los wonton. Esta celebración tiene su origen en la creencia del "yin y el yang", que representan el equilibrio y la armonía en la vida. El "yin" es considerado como la oscuridad y frialdad, que son más fuertes en esta época del año. A pesar de eso predomina el optimismo, porque se trata de un momento de cambio, que da paso a la luz y el calor del "yang".(Fuente: cuandopasa.com/index.php?v=v39333d)

Consorte vs. consorte imperial:Cabe aclarar que las concubinas no eran llamadas así, eran llamadas consortes, mientras que la consorte imperial es lo que después llamarían emperatriz. Me sorprendió bastante cuando leí al respecto, pero supongo que tiene lógica desde que los hijos de las consortes también eran considerados como herederos al trono, con los hijos de la consorte imperial los más favorecidos para ser el próximo emperador.

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