Consuelo inesperado

12.05.2023

" ¿Existe piedad alguna en este tormento que llamamos vida? "
A. B. Rémeny 


   Mundo de la cultivación, una semana después del final de la novela:

<< Sangre cálida bajando por su espada hasta tocar la piel de su mano.

La mirada llena de traición en el rostro de A-Yao>>

<< -- Parece que las palabras "hijo de puta" son realmente un gran punto débil para el Líder de Secta Jin, ¿eh? Con razón mataste a ChiFeng-Zun.>>

Lan XiChen suspiró, tratando de enfocarse en la concurrida calle en lugar de en sus sombríos recuerdos.

Hacía un mes desde que salió de reclusión, a insistencia de su tío y su hermano, pero era obvio que fue demasiado pronto y que su capacidad para llevar a cabo sus deberes como líder, eran en el menor de los casos, complicado. Imposible, si se hablaba con franqueza.

Se sentía ausente, distraido y desconectado del mundo, perdido dentro de sus propios recuerdos en los que ya no sabía si podía confiar.

Había rememorado con tanta frecuencia y hasta el más pequeño detalle de su convivencia con sus hermanos jurados, que los recuerdos eran ahora como gastados pinceles incapaces de mostrar trazos claros o consistentes. Las memorias tan teñidas de su propia confusión que cambiaban cada vez que accedía a ellas.

¿Había MingJue-xiong tratado de advertirle o era su propia, y nueva desconfianza, la que modificaba el tono de voz de su amigo en sus recuerdos, tiñéndola de desagrado o sospecha?

¿En realidad Meng Yao lloró la muerte de su hijo o Lan XiChen solo creía haberlo visto llorar porque, ante la muerte de un hijo, era lo que la mayoría haría?

Cada pregunta solo era acompañada por el miedo a estar confundiendo de nuevo las cosas, a estar creando las conclusiones que le dieran alivio y no, que le mostraran una verdad objetiva.

Deteniéndose en medio de la calle, miró al polvoso suelo y volvió a suspirar, sin notar las miradas que atraía, sin pensar en la imagen que daba ahí, de pie y luciendo abatido.

Antes siempre fue cuidadoso de dar la imagen correcta del clan Lan, de respetar las reglas que tan cuidadosamente habían inculcado en él, pero ahora no podía reunir suficiente energía para pensar en ello.

Así que solo se quedó ahí por largos minutos antes de reanudar su caminata, sin mirar a ningún lado en particular, sin escuchar los saludos de los cultivadores que lo reconocieron. El mundo se había diluído hasta un escenario opaco del que no encontraba la salida.

<< --... para esconder la verdad y también para sellar todos estos espíritus que se volvieron vengativos, el Líder de Secta Jin construyó un templo de Guanyin en estos terrenos.>>

<<Con una débil y derrotada voz, Jin GuangYao comenzó.

-- Er ge, lo siento.>>

El sol estaba en su punto más alto cuando por fin llegó a donde quería. Uno de los varios lugares en su larga lista que solo acrecentaba aquel pesado sentimiento en su pecho.

Ya que regresar a la reclusión habría sido inapropiado, pensó que su unica alternativa, quizá, sería esclarecer todo lo ocurrido. Ya había ido a la tumba del hijo de Meng Yao, al estudio en la torre Koi, a las aldeas y ciudades alrededor de la ciudad impura, al paso QiongQi e incluso fue a la ciudad Yu y sus alrededores.

Ahora se encontraba ante las puertas vencidas y rotas de una polvorienta estructura, donde según lo que su hermano descubrió, fue donde Xue Ye se mantuvo oculto mucho tiempo bajo la protección de Meng Yao y del clan Jin.

De altos muros y gruesas puertas que hacían un ruído agudo al ser abiertas, estaba aislado y lejos de la ciudad. No lo suficiente para necesitar de su espada para llegar, pero sí lo necesario para asegurar discreción.

¿Era necesario? se preguntó.

Suponía que el hecho de que Xue Yang había sido mantenido en las sombras, debía ser el principal motivo de tal lugar en la periferia del territorio Jin.

Sin embargo, algo en su interior creía que había más que eso detrás.

Según los registros que encontró en el antiguo estudio de Meng Yao y en la cámara oculta tras el espejo, mismos que se mantuvieron intactos por diversas razones y motivos, fue Jin GuangShan quien había comprado y mantenido este lugar, dejándolo en manos de Meng Yao para que supervisara que la zona se mantenía en secreto del resto de las sectas.

Eso podía entenderlo, el antiguo líder Jin había sido una persona con motivos ocultos y una mal disimulada codicia, ocultar a Xue Ye lo bastante cerca para sacar provecho de sus habilidades en el cultivo demoniaco, era algo fácil de deducír cuando sabías de su intervención en la caída del joven Wei, hace años atrás.

No era eso lo que le tenía tan inquieto, sino la magnitud del edificio y las numerosas casas de tejado oscuro en su interior.

El lugar era demasiado grande para una sola persona.

Ahora comprendía el por qué su hermano había parecido reticente a darle detalles, el día que lo visitó en medio de su reclusión.

<< Su hemano WangJi se quedó en silencio por un largo tiempo. A pesar de la sorpresa de verlo, mucho de lo que hablaron fue poco grato, sombrío y no ayudó en demasia en aliviar la incertidumbre de Lan XiChen.

Pero su hermano menor no era el tipo de persona que solo hablara por hablar, WangJi había buscado una solución o camino para lidiar con el actual remodimiento de Lan XiChen. Era la versión de su hermano de un consuelo, lo más cercano a un abrazo que podía dar.

Y funcionaba... creía.

Porque si bien le pedía terminar con su deliverado aislamiento, también le estaba dando una lista entera de lugares y personas que le podían ayudar a comprender todo lo que sus hermanos jurados habían hecho a espaldas del mundo de la cultivación.

Aunque mucho de ello, solo lo hiciera sentir como si una nube oscura se alzara en el horizonte, con la clara promesa de más confusión y dolor.

-- ¿Fueron tu y el joven amo Wei a ese lugar?

Lan WangJi asintió.

-- Ya no hay protecciones y las almas ancladas están casi intactas, sería fácil convocarlas -- Lan WangJi tensó las manos sobre su regazo. Era clara su reticencia de darle tal información, aunque comprendía que era lo correcto y por eso se obligaba a seguir -- pero creo que investigar más, es innecesario >>

Lan XiChen sintió escalofrios apenas cruzó las gruezas puertas de metal, oxidadas pero aun funcionales, llegando a la gran plazoleta llena de plantas silvestres y algunos objetos abandonados y rotos. Las rejas y jaulas alrededor, junto a los trozos de ropa y huesos blanqueados por la exposición al aire, creaban un solitario llano que parecía llorar con silenciosa fuerza.

¿Un gran edificio aislado? ¿Un cultivador de cuestionables prácticas de cultivo? ¿Gruesas puertas de metal y altos muros que amortiguarían cualquier sonido, por estridente que fuera?

Su hermano había tenido razón, este lugar ofrecía respuestas sin necesidad de dar más de un vistazo. Había un denso aire alrededor a pesar de lo brillante del sol, como si la luz misma se atenuara con el eco de pesadillas y crueldad.

Podía imaginar con facilidad lo que Xue Yang había hecho aquí, precisar con exactitud qué era lo que Jin GuangShang había deseado obtener del cultivador oscuro.

Pero Lan XiChen no había venido aquí para comprobar los métodos e ideas amorales del antiguo líder Jin.

No. Lo que él quería saber solo podría descubrirlo desenterrando lo que, tanto Meng Yao como Jin GuangShan, se habían esforzado tanto por borrar.

Así que con un doloroso nudo en su interior y la certeza de estar haciendo algo para lo que no estaba listo, Lan XiChen sacó a Liebing y se preparó para tocar inquiry.

-

-

-

Torre Koi, un mes depués de la pelea en el bosque.

<< -- ¡Jin GuangYao! ¡¿Qué es lo que estás haciendo?! Es más que suficiente si me matas, ¡¿Por qué metes a toda mi secta en esto?!

Jin GuangYao miró hacia abajo y arregló sus mangas, aún sonreía -- ¿Acaso no fuiste tú quien me lo recordó justo ahora? Aún si te mato, yo no estaré en eterna tranquilidad. La secta TingshanHe rebosa de talento y, de ahora en adelante, se unirán y jamás se rendirán. Me aterré bastante. Así que, después de mucho pensarlo, esta fue la única cosa que se me ocurrió.>>

Lan XiChen miró los papeles de propiedad de aquel escalofriante edificio, el recuerdo de lo que aquellas almas le habían mostrado, sintiéndose frescas y dolorosas.

Y sin embargo, reflexionó, no lo incapacitó como en aquel entonces, hace algunos mese atrás, el mundo no se desdibujó ni sus pensamientos se volvieron caóticos. Dolía, sí, pero no era un dolor lacerante que lo paralizara.

Era la primera vez que eso ocurría.

Todavía pensaba al respecto cuando el joven enfrente suyo sacó tres papeles más y los puso en el escritorio. El joven Jin Ling se había alzado formalmente como el nuevo líder de la secta hace apenas unos días atrás, pero llevaba con orgullo su título y se esforzaba mucho por volver a levantar la imagen que sus antecesores casi destruyeron.

Por desgracia, aun enfrentaba resistencia por parte de varias personas y joven como era, su capacidad para razonar con el consejo de ancianos lo superaba. Era de hecho el motivo por el que Lan XiChen estaba ahí cuando habría preferido declinar la petición. Algunos en el consejo pensaron que él podría escuchar al joven líder y "ofrecer un poco de razón", así que enviaron a algunos discipulos quienes insistieron hasta no dejarle más opción que aceptar.

--- Creo que estas son todas las que quedan.

Lan XiChen se recompuso y tomó las otras dos propiedades abandonadas del clan Jin. Una era una construcción a medio terminar de una torre de vigilancia y la última solo era un fragmento de terreno cuyo propósito nunca fue decidido.

Las tres propiedades valían lo suficiente para ayudar a mejorar las condiciones de la secta pero el joven líder estaba teniendo problemas para hacer uso de ellas.

--- Es comprensible la opinión del consejo --- admitió Lan XiChen, todavía leyendo las condiciones de propiedad del terreno --- si otros clanes saben que la secta Jin esta vendiendo sus propiedades, puede minar su imagen como una secta de gran alcance, y aun así saben que necesitan el recurso. Los pone en una situación difícil.

Suspirando, Jin Ling tomó los papeles y planos de un edificio al borde del territorio, uno que por alguna razón el líder Lan había dejado de lado y preferido revisar el resto. No es que a la secta le faltara dinero, pero con la deserción de muchos de los discipulos y la falta de peticiones o cacerías nocturnas a las que les permitieran participar, la secta podía verse en dificultades en pocos años.

Sus antecesores se habían aferrado al poder y atrincherado sus fronteras, pero Jin Ling había encontrado algunos pergaminos que su padre escribió, unos donde el poder de la secta no se concentraría en un gran territorio, sino en pequeños terrenos a lo largo del país. Les daría un gran alcance y una gran reputación sin necesidad de invadir a otros clanes.

A Jin Ling le gustaba esa idea, así que quería combinar el uso de las torres de vigilancia y el plan de su padre. Haría, pensaba, de la secta Jin algo nuevo y grande.

Así que era importante administrar bien los recursos ahora que los tenían y no cuando comenzaran a escasear, en especial si Jin Ling lograba su plan de hacer de la secta Jin la de mayor número de discipulos y mayor influencia en el mundo de la cultivación.

--- ¿Por qué sería importante cómo nos ven los clanes? --- murmuró, frustrado por los problemas que no tenía idea alguna de cómo resolver. --- La secta todavía tiene suficiente poder para mantener su puesto junto a la secta Nie, Lan y Jiang.

Solo después de hablar, recordó con quién estaba. Tragando saliva, estaba por pedir disculpas por su forma maleducada, pero su preocupación fue innecesaria, Zewu-jun ya estaba respondiendo.

--- El poder y la extensión del territorio no lo son todo, líder Jin --- aquellos ojos solo lo miraron por un segundo antes de regresar a los papales del escritorio --- si carece del respeto de las sectas pequeñas, sus cultivadores tendrán dificultades para cumplir con sus tareas en territorios ajenos al suyo. No puede menospreciar la opinión de otros solo porque no compartan su estatus.

Jin Ling se encogió un poco. Jamás se había sentido más inmaduro que ahora, en especial porque sabía que Zewu-jun tenía razón. Si bien esa no era su intensión, era así como había sonado.

--- Tiene razón, me disculpo por lo que dije.

Hubo un silencio incómodo, antes de que el jade dejara los papeles a un lado en una ordenada pila.

--- Creo que lo mejor será que siga la decisión del consejo. Venda el terreno. Pero como sugirió el líder Jiang, hágalo a comerciantes o civiles y no a cultivadores, para evitar los rumores. Eso debería darle el suficiente capital para terminar la torre o demoler el edificio al borde del territorio.

--- Yo... --- ante la negativa del jade a mirarlo, Jin Ling solo pudo asentir, intimidado por la frialdad del otro. Había esperado un mejor consejo que ceder ante la presión del consejo de ancianos o de obedecer a su tío Jiang como si aun fuera un niño, pero parece que no había opción y eso solo le frustró más --- bien... um, gracias líder Lan.

Un pequeño gesto de despedida.

--- Me retiro entonces.

Todavía sintiendo una profunda decepción y temor, Jin Ling miró los papeles.

Siempre se había sentido intimidado por los gemelos de jade, así que en el pasado evitaba cruzar camino con ellos tanto como era posible. El trato con Zewu-jun era más accesible, su sonrisa era uno de sus recuerdos más frecuentes mientras crecía, gracias a sus constantes visitas a la torre. Pero después de lo ocurrido con su tío Yao, aquella sonrisa en el primer jade había sido mucho más pequeña, apenas una curvatura leve, y carecía por completo de cualquier emoción abierta, más bien, parecía apagada, vacía.

Eso había sido incluso más intimidante que el rostro serio de Hanguang-jun.

Ahora, sin embargo, su expresión parecía menos tensa, más real. Y quizá fue eso lo que le hizo alzar la voz antes de poder pensarlo mejor.

--- ¿L-lídel Lan? --- Jin Ling esperó hasta que el jade se volteara en su dirección. Tomó todo su valor para seguir hablando, pero, se recordó a sí mismo, él ya no era un niño, era un líder de secta que podía hablar como un igual con otros líderes --- ¿Me odia?

Lan XiChen se sorprendió por la pregunta, tanto, que le tomó algunos segundos responder.

--- No lo odio.

--- Pero --- Jin Ling frunció el ceño, mirando con ferocidad el escritorio. La respuesta tampoco era lo que esperaba. Nada en el comportamiento de Zewu-jun era lo que debería de ser. --- Muchas personas me odian por ser el heredero de la secta, así que sé de eso y usted me trata igual. --- una vez las palabras salieron, ya no pudo detenerlas, balbuceando un poco en su afán ---No fue el consejo quien le pidió venir, sino que he sido yo, pero creí que si lo sabía se negaría. Le vi ayudando a mi tío Yao y creí que podría darme algún consejo, Lan SiZhui también creyó que era la mejor idea. --- su voz tembló, pero logró contenerse si bien sus palabras aumentaron un poco de volumen --- Mi tío Jiang aun me ordena como si fuera un niño y el consejo sigue en desacuerdo con mi posición, así que nada de lo que yo diga tiene importancia, y pensé... pensé que usted me diría qué hacer, algo que no me haga parecer inmaduro, algo que me... ¡Pero en su lugar solo le dio la razón al resto! ¡No ha hecho más que mirar lejos e irse apenas le he dado la oportunidad! ¿Acaso no es eso señal de que me odia?

Temblando, Jin Ling esperó una respuesta apropiada. Se sentía herido y solo, todo era un caos y pensó que Zewu-jun, quien tenía fama por ser razonable y justo, le daría un camino a seguir que fuera seguro.

Pero si ni siquiera Zewu-jun quería ayudarlo, nadie más querría.

--- Joven Jin --- abrió los ojos cuando un pequeño toque en su hombro llamó su atención. El jade por fin lo miraba, no solo los breves vistazos de antes, sino una mirada en forma. --- no le odio.

--- Pero mi tío Yao...

Un pequeño gesto negativo.

--- Antes, su... --- Lan XiChen se trabó un poco. Cualquiera de los títulos con los que pudiera llamar a Meng Yao se sentían incómodos e incorrectos, así que al final optó por un camino más ambiguo --- Antes di mi consejo, pero me temo que no se le dio el uso que yo esperaba. --- una sonrisa más bien triste que Jin Ling pudo comprender. --- Así que ahora intento no exceder mis palabras aun si me es requerido. Me disculpo si eso le ha dado la impresión equivocada.

Por desgracia, Jin Ling lo entendía, nada de lo ocurrido en el templo se había borrado de su memoria.

--- Pero quiero escuchar su consejo. Sé lo que hizo mi tío Yao, pero yo no haré lo mismo, yo no usaría a las personas de esa forma. Sé que somos familia, pero no somos iguales.

Lan XiChen guardó silencio, no ofendido sino más bien desconcertado consigo mismo.

Sé que no hará lo mismo, quiso decir, pero por primera vez, se dio cuenta de que no podía porque no eran sus verdaderos sentimientos y eso lo sorprendió.

En su afán de no caer en los mismo errores del pasado, había, sin notarlo, actuado como si el título de "líder de la secta Jin" fuera sinónimo de quien lo portara, transformando al cultivador con el título, en alguien poco confiable o de intenciones poco claras.

Tratar al joven Jin con frialdad había sido parte de un reflejo casi instintivo. No había sido deliberado, solo era su esfuerzo absurdo de olvidar un pasado doloroso. Pero su comportamiento, se dio cuenta, era muy fácil de ser malinterpretado.

El joven Jin se fue apagando poco a poco ante el prologando silencio, mirando el suelo en actitud abatida, aunque su barbilla sobresalía un poco, como si tratara de mantener algo de su orgullo.

Eso le hizo pensar con más dureza sobre su propia actitud.

Jamás se había visto a sí mismo como alguien mezquino, pero después de escuchar al joven Jin, se sintió justo de esa manera.

--- Usted --- comenzó. Había querido pedir disculpas, pero no había manera de explicar la complejidad de sus sentimientos sin reforzar la idea de un odio irracional. Así que mejor optó por algo distinto, algo que le había desconcertado y que quizá fue el motivo de su frialdad inconsciente --- aun le llama con familiaridad.

El primer instinto de Jin Ling fue reaccionar con agresividad por lo que se sintió como un reproche, pero había algo frágil en el otro hombre, algo que resonó dentro del mismo Jin Ling y que le obligó a pensar más allá de los prejuicios que todos habían tratado de imponerle.

No había acusación alguna en Zewu-jun, por el contrario, parecía sentirse tan perdido como el mismo Jin Ling.

--- Yo... sí, lo hago.

--- ¿Puedo preguntar el por qué?

Jin Ling notó entonces que el jade jamás refirió a su tío, ni por su título ni por su nombre. De hecho no recordaba que le mencionara en algún momento a lo largo de este tiempo. Y reía que entendía la razón porque por varios meses él hizo lo mismo.

--- Sé que hizo muchas cosas crueles e incorrectas --- su boca se torció un poco. El verdadero rostro de su tío, la que vio en el templo, fue un duro golpe del que aun se estaba recuperando. --- cuando me amenazó, no sé si de verdad me habría matado para escapar o si solo era un engaño, todos parecían creer que era capaz, incluido yo mismo. Pero cuanto más lo recuerdo, menos seguro me siento de ello.

Lan XiChen lo recordaba. La palidez en el joven Wei y el líder Jiang cuando aquella cuerda había rodeado el cuello del joven Jin Ling.

--- Me temo, que yo tampoco podría darle una respuesta a eso --- admitió con derrota.

Pero Jin Ling no se molestó o trató de defender a Meng Yao, en su lugar, dijo algo que se quedaría en Lan XiChen por varios meses después de ello.

--- Creo que no importa --- Jin Ling tocó el emblema de la peonía bordada en su túnica, sonriendo un poco --- creo que puedo odiarlo por amenazar mi vida, pero también extrañarlo y querer honrar lo que me enseñó. --- cuando el otro no respondió por un largo tiempo, Jin Ling se puso nervioso, sintiendo que necesitaba explicarse. --- verá, muchos lo recuerdan como alguien vil y cruel, y tienen razón, pero mi tío Yao fue quien me dio a Hada cuando me sentía solo y también era muy hábil para convencer a las personas de escucharlo. No le dio el uso adecuado, pero... me refiero a que era como una espada, eso, espadas. Él era como una espada... bueno, él me decía que las palabras eran como una espada y creo que tenía... razón...

Su voz se apagó cuando se dio cuenta de que no tenía sentido nada de lo que decía, sin embargo, el jade no le regañó.

Sino todo lo contrario.

Dulce, cálida, tan baja como corta, una pequeña risa salió del líder Lan. No había malicia en ella, sino el más puro alivio. Fue la primera vez en mucho tiempo que Jin Ling veía al jade de antaño.

Con aquellos ojos todavía con rastros de calidez, Lan XiChen asintió.

--- Entiendo lo que quiso decir y le doy la razón. Es un buen rasgo para aprender de un superior.

Ahora, el que sintió un inmenso alivio fue Jin Ling. El jade en verdad no lo odiaba y eso le hizo tomar confianza, hablar sobre algo que nadie más había deseado escuchar y que había contenido en su interior por un largo tiempo.

--- La mayoría de la gente, incluso en la secta, se niegan a visitar su cenotafio o encender incienso para mi tío. Y sé que estuvo mal lo que hizo, sé que hay muchas cosas peores que solo él sabía y nunca dijo... pero era mi familia. No quiero odiar a mi familia --- vio las consecuencias en su tío Jiang, en su tensa relación con Wei WuXian, en la falta de recuerdos que tenía de sus padres porque nadie quería hablar de ellos, ya sea por desinterés o tristeza --- No le perdono lo que hizo, a quienes lastimó, pero no fue una persona mala todo el tiempo, al menos yo solo conocí a un tío amable y cariñoso. Lo que vi aquella noche no es para nada como el tío a que quiero.

Lejos, se escuchó una voz grave y afilada que ambos reconocieron, pero que en Lan XiChen causó un efecto distinto. El líder Jiang estaba en la torre para ayudar a su sobrino como solía hacer cada cierto tiempo, pero debió encontrar algo que le desagrado lo suficiente para alzar la voz.

Sin darse cuenta tocó el borde de su faja, justo donde uno de los golpes de Zidian había dejado un hormigueo por varios días después de su pelea amistosa.

<< ¿Por qué los Lan insisten tanto en ocultar lo que sienten?>>

El líder Jiang lo había preguntado de forma retórica, pero era verdad. Lan XiChen había estado tratando de ocultar lo mucho que todo esto le lastimaba, convencido de que nadie sería capaz de dar voz a lo que tenía en su corazón. Para el resto, Jing GuangYao había sido una figura importante en el mundo de la cultivación, que de la nada se había mostrado como un villano.

Para ellos no significaba nada porque no compartían ningún tipo de aprecio.

Pero inesperadamente, el joven frente a él en realidad lo comprendía. Para el joven Jin Lin, también se trataba de alguien importante con quien compartió buenos recuerdos. Tanto Lan XiChen como Jin Ling, presenciaron una versión de Meng Yao que no conocían y fue tan impactante pero tan breve, que en realidad no habían podido comprenderlo antes de que todo terminara.

Un mejor amigo, tan cercano para incluso quererle como a un hermano.

Un tío, un fragmento de una familia que se había perdido en su mayoría pero que había ofrecido consuelo y apoyo.

Para ellos, una persona importante es sus vidas era, de la nada, alguien a quien debían rechazar porque era lo correcto. Debían repentinamente, desechar cada sonrisa o palabra compartida que antes guardaban con cariño.

--- Yo tampoco le odio --- admitió, sus propios temores resonando pero encontrando empatía en alguien que no esperaba. --- y debo admitir, no sabía que no lo odiaba hasta ahora. Creo que solo escuché con demasiada atención los rumores y palabras de otros, que insisten en que lo correcto es rechazar su recuerdo y acciones.

Jin Ling soltó un bufido muy familiar, incluso habló con casi el mismo tono desdeñoso de cierta persona.

--- Los rumores son estúpidos, la mayoría de la gente que los repite ni siquiera estuvieron ahí cuando las cosas pasaron.

Todavía sonriendo, Lan XiChen le dio la razón.

--- ¿Ha sido el líder de la secta Jiang quién ha dicho eso?

Jin Ling enrojeció hasta la raíz del cabello, pero lo admitió de mala gana.

--- Le he dicho que puedo odiar a Jin GuangYao por amenazar mi vida y lastimar a mucha gente, pero extrañar a mi tío Yao y sus consejos --- se encogió de hombros con timidez --- pero no ha querido escuchar y dice que son tonterías.

Eso sonaba muy propio del líder Jiang.

--- Quizá, pero creo, joven Jin, que usted es mucho más sabio de lo que todos esperábamos. Tomaré su consejo en cuenta y quizá, le acompañe a visitar el cenotafio un día de estos. --- Y ese era, en realidad sus exactos sentimientos en ese momento. Esperanza, algo que creyó perdido. Tomando los papeles del escritorio, invitó al otro líder a tomar asiento --- Ahora, sin embargo, creo que debemos tratar con otro asunto.

-

-

Más tarde aquel día, mientras veía al líder Jiang y al líder Jin discutir sobre algún tema, se daría cuenta de la ironía de que el mismo hombre que le había dado una de las reprimendas más difíciles en su vida, era tío del mismo joven que le dio el consuelo más inesperado pero valioso que alguna vez escuchó.

Ambos eran, o podrían ser, susurró aquella diminuta esperanza en su interior, personas de gran importancia en su futuro. Un buen amigo que era incapaz de mentir y un joven aprendiz que no sabía como ocultar sus emociones.

Suspirando con una diminuta sonrisa, Lan XiChen miró alrededor de la torre, notando los pequeños cambios que se habían realizado en las decoraciones. Mas prácticas y sutiles que la elegancia que caracterizó a Meng Yao.


No.


No Meng Yao.


A- Yao.

<< Puedo odiar a uno y extrañar al otro>>

Lan XiChen había tratado de forzar un sentimiento de odio que en realidad no sentía, demasiado enfrascado en las implicaciones y daños que su ciega confianza habían traído. No sentía odio, se dio cuenta, sino una profunda y dolorosa tristeza por lo que creyó que podía ser el futuro de ellos tres y una hiriente decepción consigo mismo.

<< No necesitas confiar ciegamente en otros >>

<< No fue una mala persona todo el tiempo >>

Él no se dio la oportunidad de llorar la pérdida de sus hermanos jurados, porque creyó que estaba fuera de lugar, que no era lo correcto. Y no lo era para el mundo de la cultivación para quienes Jin GuangYao y Nie MingJue solo habían sido dos prominentes líderes de secta... pero para él fueron sus más cercanos amigos a lo largo de demasiados años. Lan XiChen no era solo un cultivador, con ellos también fue maestro, consejero y amigo.

El joven Jin Ling le había dado un indulto a su autoimpuesta tortura. Podía lamentar la pérdida de sus hermanos como Lan Huan, como el tercer hermano jurado y alguien que perdió a sus dos amigos y confidentes.

Pero también podía desaprobar lo ocurrido como Zewu-jun, el líder de una secta y cultivador de alto rango que presenció, y sabía, de la tiranía de dos cultivadores de renombre y demasiado poder.

De nuevo, miró al par que se habían cansado de discutir a voz de grito y ahora solo se miraban con igual obstinación. Un único sentimiento y certeza naciente en su interior:

Él me entiende.

.




NOTA

Los fragmentos en << >> y las descripciones del edificio abandonado, fueron tomadas textuales del extra "Amigos villanos" de la novela original y de capítulos anteriores de este mismo fic.

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