Desafío (Final)

Siete años después. Borde del territorio de la secta Yunmeng Jiang. Medianoche.
--- L-líder Jiang... piedad.
--- Mi padre se vengará.
--- ¿Acaso no sabe de qué secta soy?
Indiferente, Jiang Cheng terminó de limpiar a una Sandu ya reluciente, sentado tranquilamente sobre una roca mientras sus subordinados terminaban con los invasores, sordo a los insultos y súplicas de aquellos que ya habían sido detenidos. Miró cómo aquellos que habían tratado de huir, eran arrastrados de regreso.
Jiang Cheng no profirió gruñidos, gritos o mostró ceños fruncidos. No golpeó a nadie en un arranque de mal genio o trato de negociar.
Pero tampoco tuvo piedad.
Uno tras otro, cada cultivador que había intentado entrar a las tierras de la secta Yunmeng Jiang, había sido capturado y quizá, porque la sangre y las fracturas lo dejaban en evidencia, golpeados hasta ser sometidos.
Sus subordinados habían tomado las armas espirituales y las espadas, dejando todo en bolsas lejos de sus dueños, junto a las túnicas exteriores que les protegían del arduo clima invernal.
Yunmeng no era particularmente frío, pero el cambio de estación solía traer consigo tormentas de gran intensidad y cambios de temperatura lo bastante drásticos para afectar a cualquiera que no tomara las correctas precauciones.
Ahora los cultivadores eran colgados boca abajo en los altos árboles a la redonda, marcando una ingeniosa y muy original línea entre las fronteras de su secta y el resto del territorio.
Los ojos de oscuro azul se mantuvieron atentos e inexpresivos, casi sin parpadear.
La silenciosa silueta atemorizó tanto a los cultivadores que las voces bajaron paulatinamente, algunas incluso cambiando de la amenaza al soborno o a la súplica.
--- Terminamos, líder de secta. Los cultivadores de la secta Jin y Lan se han retirado en cuando encontramos al último invasor. Entregarán el conteo final a los líderes Lan y Jin.
--- ¿Algún error al contar?
Su segundo sonrió con inocencia fingida.
--- Quizá ocultamos a dos o tres que no han tenido rituales de purificación*.
--- Mátalos. Sus fantasmas ayudarán a proteger la frontera del territorio.
Jiang Cheng se levantó y miró la curiosa obra que había conseguido.
Quince cultivadores de sectas cercanas; diez de la zona norte del territorio; cuatro que debían venir de las altas montañas, cerca de Yunsen; y nueve más a los que no reconoció pero que tampoco habían sido un gran problema.
<< Un cuerpo cubierto en sangre, un llanto desesperado, noches enteras sin poder dormir>>
Jiang Cheng sacó a Zidian y a Sandu, acercándose al más hablador.
No hubo amenazas ni advertencias, solo el sonoro chasquido de Zidian al golpear la piel y el húmedo sonido de Sandu cortando tela y salpicando sangre.
El sonoro grito espantó a varias aves e hizo más sonoras las voces de aquellos que colgaban de las gruesas ramas, pero ni Jiang Cheng ni sus subordinaros mostraron mayor gesto, algunos incluso bostezaron mientras esperaban a que su líder terminara.
Uno a uno, cada cultivador fue marcado por las armas del temible Sandu ShengShou, las maldiciones e insultos acompañando al hedor de carne quemada y sangre fresca.
No los mataría, no como primera advertencia, pero tampoco les dejaría irse con una simple disculpa y una reverencia.
<< --Los acusa sin pruebas.
-- Creo que el líder Jiang no es imparcial.
Un golpe por cada cultivador desaparecido o muerto, una marca de látigo por cada muerte de la secta Jin y ocurrida en Yiling. >>
Un golpe y un corte, la macabra "x" formada en el pecho o espaldas de los invasores solo duraría un tiempo, los golpes de Zidian desaparecían en pocas semanas... pero la de Sandu no y la larga recuperación del ataque de ambas armas espirituales sería un buen recordatorio de no intentar de nuevo acercarse a Yunmeng.
Si las sectas querían pruebas irrefutables de la escoria que trataba de entrar a su territorio, Jiang Cheng estaba más que dispuesto a dárselas.
<< Una cálida sonrisa en un rostro de ojos carmesíes.
-- Creo que el líder Jiang es demasiado amable>>
Jiang Cheng miró al último grupo, al final de la larga fila.
Los cultivadores lo miraban con miedo, ira y burla, el símbolo rojizo en sus túnicas haciendo que el rostro de Jiang Cheng mostrara verdadera emoción por un segundo. Solo un segundo en que una profunda ira asomó por encima de aquella gruesa máscara de indiferencia, tan intensa que las venas en sus manos punzaron cuando la empuñadura de Sandu se marcó en su piel.
Cultivadores demoniacos.
Jiang Cheng tenía permitido castigar a cualquiera que tratara de robar las pertenencias de la secta, eso se acordó, así que deliberadamente dejó pistas sobre escritos y objetos del cultivo demoniaco y de su propia secta, en los alrededores.
Si algún cultivador trataba de entrar por estas zonas, solo tendría el propósito de robar y saquear. Así que castigarlos era su derecho.
Sin embargo, había una notable excepción a la regla.
Cualquiera que se probara como un cultivador demoniaco, podía ser ejecutado sin justificación ante otras sectas. La secta Jin y Lan solían expulsarles de sus territorios con la clara advertencia de respuestas hostiles en caso de volver a intentar entrar, pero Jiang Cheng no era tan amable y todos lo sabían.
El grupo de nueve cultivadores frente a él, manejaban la energía resentida y tenían el atrevimiento de usar el símbolo de un cuervo rojo sangre, el supuesto emblema de los seguidores de...
<< Sangre atravesando cálida piel, el eco de una voz que llamaba su nombre, un abrazo que le robó la poca esperanza que tenía>>
--- Jiang Zhao.
Su segundo se acercó presuroso mientras el resto de los cultivadores se mantenía a la espera de más instrucciones.
--- Sí, líder de secta.
--- Deja a estos últimos dos noches a merced de los animales de la montaña. Arrójalos al lago antes de que mueran.
--- ¡¿Cómo se atreve?!
--- ¡Te maldeciré cuando me convierta en fantasma!
Las maldiciones y exclamaciones llenas de terror ensordecieron por un momento a todos los presentes, incluso aquellos que sangraban pudieron escucharlos a través de la agonía de las heridas.
Hasta que una se sobrepuso.
--- ¡No me matará, no soy como ellos, soy mejor! ¡Le ayudaré a obtener venganza!
Jiang Cheng se detuvo ante eso último.
Tomando de cuello de la túnica al que habló, lo acercó hasta que pudo apreciar cada poro en el sucio rostro. De cabello castaño claro y una sonrisa patética, el cultivador tragó saliva, nervioso por lo inexpresivo del cultivador que le sostenía.
Sabía que Sandu ShengShou había jurado dar muerte a cada cultivador demoniaco que encontrara, pero él había estado aquella noche del asedio, le había visto ser llevado lejos con heridas sangrantes, había escuchado sus lamentables ruegos por salvar al cultivador oscuro de la secta Lan.
El líder Jiang tenía una gran y única debilidad y él la conocía.
--- ¿Venganza dices? --- la voz era tan grave como neutra, sin inflexión alguna que traicionara ninguno de sus pensamientos. Era tan vacía como el brillo apagado de aquellos ojos azules --- ¿y de qué querría vengarme?
--- Es, es obvio --- dudó un poco, pero volvió a recordar el cuadro de aquel cultivador sosteniendo el cadáver de Lan XiChen. Todos susurraban sobre ello, aunque nadie había tenido el valor de hablarlo abiertamente. Ahora, era su mejor arma para protegerse de ser asesinado --- Le tendieron una trampa para asesinar a Lan XiChen, pero otros tomaron el crédito de su muerte. Q-querrá vengarse de que le quitaran el poder del jade, de que le quitaran su única arma contra los clanes y sectas.
Una leve sonrisa.
Una leve sonrisa que hizo al cultivador desear no haber hablado nunca.
Jiang Cheng soltó al pedazo de escoria y comenzó a alejarse.
Nadie hablaba de aquella noche en su presencia, ni siquiera Nie Mingjue había tenido la osadía de mencionar algo al respecto cuando se habían reunido hace varias semanas atrás.
Cuando Jiang Cheng estaba cerca, era como si el mundo olvidara el nombre de Lan XiChen y había una razón muy buena detrás de ello.
--- Corten su cabeza.
--- ¡¿Qué?! ¡No, líder Jiang, le ayudaré! ¡No puede matarme!
Los estruendosos gritos y llantos del cultivador solo aburrieron, ofendieron o provocaron gracia en los cultivadores de túnicas violetas, después de todo, Lan XiChen fue un gran apoyo para el crecimiento de la secta, lo que aprendieron del oscuro cultivador, les había ayudado a ganar renombre a gran velocidad. Después de lo ocurrido siete años atrás, muchos guardaban un fuerte rencor hacia esta clase se escoria.
Jiang Cheng, por su parte, no mostró ninguna emoción, pero sus palabra fueron crueles.
--- También corten sus extremidades y entiérrenlas por separado --- miró al patético hombre lloriqueante --- quemen su torso hasta las cenizas para que no pueda volver ni siquiera como un cadáver andante y si se atreve a regresar como un fantasma, destrúyanlo --- miró al resto, que temblorosos y pálidos, parecían haber perdido la voz --- ¡Que sirva como advertencia para todo aquel que trate de entrar de nuevo a mi territorio! ¡No habrá clemencia ni piedad!
--- ¡Sí, líder de secta!
Dando media vuelta, Jiang Cheng regresó a Muelle de Loto mientras dejaba a un grupo de sus cultivadores para llevar a cabo su orden. Su segundo al mando, con paso irregular y expresión feroz, sacó su espada y cortó la garganta del imbécil que aun pedía por clemencia, la sangre salpicando el fangoso suelo.
Era su deber como cultivadores de la secta Yunmeng Jiang, proteger el territorio y a su líder.
Ya habían fallado una vez... no volvería a ocurrir.
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<< Jiang Cheng miró los pergaminos que rodeaban el pálido cuerpo, cubriendo las heridas imposiblemente profundas.
Entonces miró las vendas en sus propias muñecas, donde los cortes habían asegurando un buen flujo de sangre para escribir no uno ni dos, sino cientos de pergaminos que remplazarían a los ya colocados.
Wei WuXian se había enfadado como nunca cuando le encontró pálido y apenas consciente, gritado y tratado de golpearlo, pero Jiang Cheng no había escuchado y tampoco le importaba. Estaba decidido a salvar a Lan XiChen aunque eso implicara arriesgar su propia vida.
No sabía cuándo sus sentimientos cambiaron o qué fue lo que motivo dicho cambio, pero ese sentimiento era la razón por la que dejó de tomar el medicamento en secreto, queriendo, no, necesitando el recuerdo de cada encuentro íntimo; fue el motivo por el que había arreglado aquella habitación en Muelle de Loto para uso exclusivo del jade, con la mejor vista del lugar y lleno de cualquier cosa que pudiera necesitarse; el mismo por el que siempre terminaba poniendo un libro o pergamino nuevo en los estantes, cualquiera que pudiera ser de interés para Lan XiChen.
No podía perderlo ahora.
No así.
No esta manera.
--- No sabemos si funcionará.
Jiang Cheng aceptó el plato de suave sopa de loto que le tendió Hanguang-jun. El líder Lan no solo le había acompañado cada día en la vigilia, sino que era quien se aseguraba de que comiera y durmiera un poco mientras Wei WuXian y Wen Qing hacían lo posible por encontrar una forma de mantener a Lan XiChen con vida.
--- ¿Y que si es así? ---Jiang Cheng sentía la voz rasposa, débil --- ¿Se rendirá solo por eso?
--- No
--- Entonces no hay nada qué pensar. >>
Muelle de Loto. Inicio del Mao Shi (5-7 a. m.)
Cálido.
Cosquilleante.
Jiang Cheng gimió al sentir un calor húmedo rodeando su pezón, antes del picor al ser succionado y mordido. Las suaves caricias de una lengua inquieta aliviaron la incomodidad y aumentaron la sensibilidad del pico perlado, hasta que Jiang Cheng se debatió entre el deseo de más y el deseo de alejarse.
Estirando un brazo hasta el espacio vacío a su lado, dejó que la pesadez del sueño lo arropara, por un momento incapaz de notar que su pezón era dejado en favor del otro, el estímulo repitiéndose hasta que ambos puntos eran del color de las cerezas, atrayendo la mirada de cierto cultivador oscuro.
Por unos segundos, Jiang Cheng fue cobijado por un mundo onírico sin sentido.
Pero fue sacado bruscamente por la presión en aquella zona íntima y secreta, una presión insistente. Incómoda. Caliente. Pulsante.
Comprendiendo de pronto lo que estaba ocurriendo y la persona con quien compartía su lecho, hizo lo posible por despertar.
Pero su cuerpo había sido abusado de tantas formas y por tanto tiempo la noche anterior, que el cansancio parecía ser parte de sí mismo.
Solo pudo entrecerrar los ojos por un momento, vislumbrando la silueta, y sostener la gruesa muñeca junto a su cadera.
--- No --- se quejó con voz ronca e irregular, la presión aumentando, estirando poco a poco su entrada hasta que esta no tuvo más opción que aceptar la intrusión --- no de nuevo.
--- Shh --- el arrullo no ayudó a tranquilizarlo, por el contrario, Jiang Cheng comprendió que no importaba qué dijera, no sería escuchado --- no dolerá, tu cuerpo me ha aceptado. No dolerá.
--- Un demonio... --- gimió, su interior ardía por el maltrato --- no lo hará.
Se obligó a despertar, parpadeando hasta enfocar aquel rostro casi etéreo en su belleza.
El largo cabello estaba suelto y caía de lado, enmarcando la bella línea de la masculina mandíbula, ojos oscuros que lo miraban con tanta atención que casi podía sentir el toque contra su piel, y por supuesto, aquella exasperante sonrisa que le hizo bajar escalofríos por la espalda.
Los anchos hombros y el desnudo cuerpo lo hicieron sentir incómodo.
Sabía que Lan XiChen era más corpulento que él, pero en esta posición, era terriblemente obvio.
Molesto por el breve sentimiento de estar siendo intimidado, chasqueó los dientes, tratando de no pensar en los rastros de aquel rostro cubierto con sangre y suciedad, en lo pálido que estuvo en aquella cama por tantos meses.
En el terror que no lo abandonó hasta que le vio abrir los ojos de nuevo.
--- Será mejor que se detenga --- otro diminuto empuje --- Tengo deberes que atender.
--- ¿Los tiene?
Lan XiChen se inclinó hasta que pudo enterrar el rostro en su cuello, donde besó y mordió la piel.
En un gesto indefenso e involuntario, Jiang Cheng terminó por girar el rostro con un bajo sonido, exponiendo la vulnerable zona a los deseos del otro.
--- Sí, --- reafirmó, empujando el hombro de Lan XiChen para intentar quitarlo de encima. Empujó con más fuerza cuando sintió como aquel miembro salía un poco del interior de su cuerpo --- los tengo.
Lan XiChen sonrió con aparente comprensión.
--- Tiene razón, hay mucho que hacer el día de hoy. --- sostuvo la delgada cadera, acariciando la zona con su pulgar. --- Cuidar de los discípulos y asegurarse de que entrenen correctamente. Escribir a las otras sectas en respuesta a las invasiones en el territorio de Yunmeng la noche anterior --- besó la mejilla, adorando en leve sonrojo que la teñía.
Jiang Cheng se relajó, asintiendo ante las palabras del jade.
--- Hacerlos colgar de cabeza no creo que sea suficiente advertencia. Esos imbéciles volverán a entrar apenas vengan por ellos sus compañeros de secta.
--- Ya le he dicho que debió cortar sus gargantas. ---las caricias se mantuvieron suaves y sensuales a pesar de la crueldad de las palabras --- Es más efectivo si usamos a uno o dos de ellos para proteger las fronteras del territorio. No se acercarán si reconocen el rostro de sus compañeros entre los cadáveres.
Jiang Cheng frunció el ceño con molestia.
No negaría cuan tentado se había sentido a ello, pero había un buen motivo para negarse, uno que no le permitiría al jade a poner en duda.
<< --- Lan XiChen prometió dejar a mi familia mientras yo no le traicione --- Jin ZiXuan sostuvo la mano de YanLi, sonriendo a su amada esposa --- así que pagaré con la misma moneda. La secta Jin les protegerá mientras el jade no vuelva a despertar cadáveres o lastimar inocentes >>
<< -- Mi hermano no ha actuado con crueldad en los últimos años, no aceptaré que le castiguen por algo que no ha hecho, pero tampoco permitiré que vuelva a exceder los límites. >>
--- No repetiré mis palabras. He dicho que no y seguirá siendo un no. Solo morirán después de ignorar la primera advertencia, si vuelven después de ser marcados por Sandu, no volverán a ser vistos. Fue lo que dije ante las otras sectas y cumpliré con ello. --- un beso en su cuello que trató de pasar por alto.
--- No le debe nada a las sectas, y tanto Jin ZiXuan como WangJi cumplirán su palabra mientras no sea yo quien ejecute el castigo. --- Lan XiChen raspó sus dientes contra la delicada piel de la clavícula --- El líder Jiang puso esa condición solo porque disfruta de hacerlos sufrir, de verles suplicar cuando los captura la primera vez y luego someterlos cuando hacen un segundo intento. Sé que entrega personalmente cada carta que anuncia la muerte de algún cultivador a sus líderes, y sé --- un beso breve en los sonrojados labios --- que lo hace para ver la reacción de cada uno de ellos, ver el conocimiento en sus rostros de que no podrán hacer nada en su contra porque está siguiendo una ley que ellos aceptaron. --- sonrió al rostro sonrojado y reticente --- La promesa solo es para que usted juegue con los intrusos, como haría un pequeño gato con su presa.
Un largo cruce de miradas, uno en el que Lan XiChen pudo notar la sádica satisfacción en el austero rostro.
No necesitó más para dar veracidad a sus palabras, aun si el otro no lo admitió abiertamente.
--- Tengo cosas que hacer. Apártate.
--- ¿Tienen tanta prioridad?
Sin responder, Jiang Cheng intentó incorporarse y de paso, sacar el miembro que aún dilataba su entrada, la intrusión cada vez más incómoda.
Pero grande fue su sorpresa cuando en su lugar, el jade lo hizo caer de nuevo contra la cama con una mano en su pecho, para acto seguido, comenzar a acariciar y pellizcar sus pezones con gestos ociosos.
Besos, mordiscos y caricias en la sensibilizada piel.
Sin poder evitarlo, sus caderas se movieron, cambiando la incomodidad por la leve penetración, por una sensación muy distinta.
--- Dije...
--- Me temo, líder Jiang, ---- susurró el jade cerca de su oído --- que olvidó un asunto importante que atender, uno que debería ser su máxima prioridad --- incorporándose lo suficiente para morder aquellos suaves labios, continuó con voz grave --- su compañero de cultivación tiene un terrible dolor que solo usted puede aliviar.
Sin más advertencia, enterró su miembro hasta la base en un único empuje, tomando en su boca el corto grito de sorpresa y dolor que salió de la garganta de Jiang WanYin.
Ese sonido.
Quería escuchar más. Más, hasta que las lágrimas adornaran las sonrojadas mejillas y la garganta se lastimara lo suficiente para que cada grito y gemido se volvieran sonidos roncos y sensuales, haciéndole hervir la sangre de deseo.
Quería ver al orgulloso líder Jiang suplicando por misericordia.
--- Bas...tardo. --- gimió Jiang Cheng entre jadeos, su cuerpo tratando de ajustarse, de adaptarse.
Lan XiChen no era precisamente pequeño y su cuerpo estaba adolorido, tal brusquedad sólo maximizó el dolor que ya sentía desde que despertó.
--- ¿Acaso es demasiado para usted? --- se burló el jade, saliendo solo lo suficiente para volver a entrar, disfrutando de los quejidos y bajas maldiciones del otro, de la vista de aquel ágil cuerpo curveándose para intentar alejarse del dolor --- ¿desearía que fuera más amable, más delicado? Puedo pensar en usted como una mujer si así lo desea.
Furioso, Jiang Cheng golpeó el hombro del otro, la mueca feroz luciendo sus nacarados incisivos en una clara amenaza.
--- No soy débil, imbécil retorcido --- se interrumpió con un quejido cuando una nueva penetración maltrató su interior, pero pronto retomó su discurso --- soy el líder de la secta Yunmeng Jiang --- sin medir su propia fuerza, enterró la mano en el sedoso cabello del jade para acercarlo --- no importa lo que hagas, lo soportaré.
La sorpresa hizo parpadear al jade por un segundo, antes de que una verdadera sonrisa llena de maliciosa satisfacción curvara los delgados labios.
--- El líder Jiang es en verdad admirable.
Sin más juegos, se soltó del duro agarre y tomándolo de las muñecas, forzó los brazos arriba, exponiendo su rostro, negándole el ocultarse a su mirada.
Sostuvo la cadera del otro con un poco de cultivo, antes de con un duro empuje, enterrarse en el caliente y sedoso interior del líder Jiang.
Una y otra vez.
Estableció un ritmo duro y rápido, los quejidos y esporádicos gritos bajos que exclamaba el líder Jiang, tan agradables como satisfactorios.
Podía decir lo que deseara, pero sabía que al líder Jiang le gustaba ser sometido, podía sentir como lo apretaba con más fuerza cuando usaba su cultivo para inmovilizarlo, cuando marcaba la dulce piel con sus dientes y labios.
Su propia respiración se agito cuando el placer siguió creciendo, la presión en la base de su espala rogando por alcanzar la cima del placer.
Y aun Lan XiChen se contuvo, manteniendo los empujes rítmicos hasta que notó como el miembro del líder Jiang comenzaba a endurecerse, el abdomen contrayéndose y la piel erizándose cuando el dolor de sus empujes despertó algo más en el masculino cuerpo.
Una delicada lágrima bajó por el borde del ojo del líder Jiang, quién los había cerrado cuando se humedecieron hace algunos minutos atrás.
La patética vista llevó a Lan XiChen por encima del borde, el orgasmo recorriendo cada pulgada de su cuerpo en un placer insuperable.
Por fin, aquella espinosa sombra en la mente de Lan XiChen, aquella que despertaba cada cierto tiempo, ronroneó satisfecha.
Desde que despertó en Yunsen, hace cuatro años atrás, las voces que antes lo atormentaban se habían convertido solo en impulsos, como un fragmento dentro de su mente que se mezclaba con sus propios pensamientos.
Durante los tres años que se mantuvo dormido, las transferencias de energía se volvieron innecesarias, la oscuridad transformándose en una parte integral de su mente, su cuerpo y su cultivo.
Y no solo él había cambiado a lo largo de los años que tardó en recuperarse.
--- ¿Ya... te has cansado? --- la voz de Jiang Cheng era inestable cuando entreabrió los ojos. Fue obvio que estaba adolorido, pero lo retaba a continuar a pesar de ello --- creí... que no sería delicado.
La referencia a su burla anterior borró la sonrisa del jade, quien jadeante, dejó que el deseo que bombeaba en sus venas fluyera hasta quemar cualquier otro pensamiento.
--- Es aburrido si el líder Jiang es tan silencioso --- saliendo por un momento de aquel cálido cuerpo y soltando las ahora enrojecidas muñecas, admiró su obra. Las marcas en su propia piel, hechas por los dientes del líder Jiang, azuzaron más la oscuridad en su núcleo --- Hay que hacerlo divertido. A diferencia del líder Jiang, de niño nunca pude divertirme, así que tendrá que ayudarme.
Un segundo escalofrío bajó por la espalda de Jiang Cheng.
Conocía muy bien ese tono de voz, esa expresión en el rostro del jade.
Fue entonces que, subiendo sus piernas y sosteniéndolo en la humillante posición, el nuevamente erecto miembro besó su enrojecida entrada.
Cuando comenzó a entrar, tan lento que Jiang Cheng podía ver con cristalino detalle como su cuerpo luchaba por ajustarse, el pulsante destello de un hormigueo lo recorrió entero.
Conforme más entraba, más fuerte era el hormigueo en su piel.
--- Espera, Lan XiChen --- Jiang Cheng tembló. Esto lo hacía perder el control y Lan XiChen lo sabía, sabía cuánto odiaba cuando eso ocurría --- No te atrevas.
Lan XiChen se burló.
--- El cultivo dual es el propósito de un acoplamiento. Líder Jiang, la oscuridad susurra en mi oído y necesito su ayuda para apaciguarla.
Pese a sus palabras, Jiang Cheng sabía que no era una petición de ayuda real, el jade ya no necesitaba las transferencias de energía para regular su temperamento, ya no había voces para combatir.
Como si su cuerpo no lo entendiera, su propio núcleo comenzó a responder, liberando pequeñas descargas de poder en respuesta a la malévola energía que lo llenaba cuanto más adentro lo penetraba el jade.
Entre duros jadeos, se retorció, empujando con sus piernas para intentar evitar el acoplamiento.
--- Bastar... do.
Volvió a maldecir cuando al sacar un poco el enhiesto miembro, su interior pulsó y hormigueó en queja, contrayéndose y apretando la dura carne que lo invadía. Como si se resistiera a dejarlo ir.
La masculina risa del jade solo lo hizo enojar más.
--- No se preocupe, líder Jiang, no me detendré.
--- ¿Quién mier...
Su enojada diabitatriba se cortó bruscamente cuando con un duró empuje, el jade lo llenó por completo, la energía del jade golpeándolo como un trago de fuerte licor que aturdió sus sentidos y dilató sus pupilas.
--- XiChe...
Otro duro empuje, otro golpe de energía que arqueó su espalda con fuerza.
Sus ojos se abrieron y su vista se desenfocó, su núcleo absorbiendo con avidez lo que le era brindado e intentando devolverlo con su propia fuerza.
Un cuarto empuje que le hizo apretar lo puños hasta marcar sus palmas.
El acoplamiento comenzó, acompañado por una gran cantidad de energía del jade, llenándolo hasta entremezclar el dolor con el placer en una combinación enloquecedora. Cada dura penetración era como recibir golpe tras golpe de una potente droga que le hizo olvidar a qué se resistía, por qué combatía, ya no podía ni siquiera recordar que hora era o dónde estaban.
Todo lo que podía pensar era en cuando llegaría el siguiente golpe adictivo. Ni siquiera notó cuando sus piernas fueron bajadas hasta rodear la cintura del jade.
Entonces las duras estocadas cambiaron a un ritmo lento y constante que lo hicieron sentir como si su cuerpo fuera llenado con un calor abrazador, un lento avance que consumió todo a su paso, que lo llenó de ansiedad cuando en lugar de la destructora oleada de energía, solo recibió un susurro de esta, como quien da a oler alimento al que muere de hambre.
--- Lan XiChen --- Gimió.
Ya no hubo más palabras después de ello.
Lamiendo sus labios con anticipación, el jade liberó energía al ritmo de sus perezosas penetraciones, golpeando con fuerza una vez entre las suaves estocadas en el cada vez más apretado interior, antes de volver a un ritmo más pausado, continuando por un largo tiempo intercalando entre penetraciones lentas y alguna que otra profunda y dolorosa, disfrutando de los jadeos y sonidos ahogados que acompañaban cada movimiento de sus caderas.
--- Hermoso. --- susurró embelesado --- es en verdad hermoso.
El sonrojo en las mejillas de Jiang WanYin había adquirido un tono intenso y bajado hasta los níveos hombros, los apretados pezones parecían clamar por que los mordiera y succionara, las cortas uñas que se clavaban en sus muslos ya no buscando devolver el dolor, sino aferrarse a algo mientras el placer crecía.
Los quejidos cambiaron por gemidos y jadeos, la boca abierta con maldiciones atascadas en la garganta. El ceño fruncido de antes fue sustituido por una expresión ausente y lastimera mientras los sonidos obscenos llenaban el cuarto.
Lan XiChen ni siquiera tuvo ya la necesidad de sostener las rodillas de WanYin, estas se aferraban por su propia cuenta alrededor de su cintura.
Era en verdad una vista hermosa, una que gustaría de rememorar cuando viera a dicho cultivador caminando entre los edificios de la secta, erguido y arrogante.
El contraste entre lo que los demás veían y lo que tenía enfrente era magnífico, pensó mientras el placer explotaba en un corto pero muy satisfactorio clímax.
--- No... dentro --- la queja de Jiang Cheng salió sin aliento mientras la presión volvía a aumentar. Estaba tan lleno que uno podía vislumbrar una ligera curvatura en su vientre que no había estado ahí antes.
Respirando agitado, Lan XiChen mantuvo un leve vaivén, sus ojos brillantes observando el movimiento de dicho bulto conforme su miembro seguía semi erecto.
El interior de WanYin estaba tan inflamado que exprimía hasta la última gota de su liberación, acariciándolo en cada escalofrío esporádico de su miembro.
--- Muy tarde ---murmuró, el fluido provocando un sonido vulgar cada que se movía un poco.
La sonrisa volvió a sus labios cuando una particular idea cruzó por su mente.
Saliendo del delicioso calor que abrazaba su miembro, giró a un sudoroso Jiang Cheng hasta poder admirar la estilizada curvatura de su espalda y los elegantes músculos que bajaban hasta un par de redondeadas mejillas.
Amasando la suave piel, las abrió hasta que pudo vislumbrar aquel lugar íntimo que solo le pertenecía a él.
El tímido agujero punzaba y se contraía como si clamara por ser llenado, el caos de fluidos blancos y transparentes dieron un lindo énfasis a las brillantes gotas carmesíes del comienzo de su encuentro.
Inclinándose hasta poder sentir la suavidad de la espalda ajena en su pecho, lamió y mordió un poco el sonrojado lóbulo, acariciando con la punta de sus dedos la piel erizada de WanYin. Sus manos brillando de un negro y azul cambiantes mientras continuaba pasando parte de su energía.
El bajo gemido de Jiang Cheng confirmó que la transferencia funcionaba.
--- Parece que ha sangrado un poco --- con brusquedad, introdujo dos de sus dedos en el apretado espacio, la exclamación consecuente fue disminuida por la ropa de cama, para disgusto del jade. --- Será mejor curar esto antes de continuar o será incómodo para el líder Jiang.
Concentró su energía en la punta de los dedos y comenzó a sacarlos y meterlos, abriéndolos para mantener dilatado el músculo.
Jiang Cheng ya no podía pensar en nada, su enfoque centrado en el pesado cuerpo encima de su espalda que le impedía tomar aire correctamente, en los largos dedos que castigaban su interior y en las pulsaciones de energía que recorrían sus canales espirituales, sensibilizando su piel.
El qi del jade era como la suave caricia de la seda y el calor del vino joven, la energía resentida en ella transformándola en el golpe ardiente del fuego en una noche invernal, como el filo de una navaja que te recuerda cuán vulnerable eres.
La combinación era un veneno adictivo que lo hizo retorcerse. Su propio núcleo se estremecía en demanda.
Pero Jiang Cheng aún se resistió, negándose a entregar su propia energía más allá de la poca que alcanzaba a filtrar. No solo por rebeldía y orgullo, sino por el simple placer de negarle al jade lo que quería.
Hasta que se detuvo.
Perplejo, un sonido extraño salió de su garganta, sus manos se apretaron las sábanas de forma compulsiva mientras su núcleo vibraba hasta doler, dando pinchazos en su interior.
Aquel veneno se había detenido y su cuerpo clamaba por recuperarlo. Un poco más, parecía decir, necesitaba solo un poco más y estaría satisfecho.
Un grito ahogado escapó de su garganta cuando su interior volvió a ser llenado por el miembro del jade, las rítmicas penetraciones golpeando su punto dulce en el interior y llenándolo le placer.
Pero no era suficiente, pensó mientras su cuerpo era sacudido con cada penetración, su propio miembro acariciado por las sábanas debajo suyo.
Necesitaba más, más de aquel poder que no tenía límites ni control, que devastaba todo a su paso.
Ansioso, retorció sus caderas para profundizar más las estocadas, gimiendo cuando las manos del jade pellizcaron y castigaron sus sensibles pezones, la mordida en su cuello apenas notada mientras su interior gritaba en necesidad.
--- Necesito --- gimió, jadeo --- Er ge, dame... necesito...
No podía reunir suficiente lucidez para formar las palabras correctas y eso solo empeoró el desespero.
Lan XiChen volvió a morder el vulnerable cuello, perdido en su propio disfrute mientras su miembro era apretado y acariciado, las suaves mejillas que lo acunaban otorgando un placer adicional.
--- No puedo dar más energía, líder Jiang.
--- ¡Sí puedes! --- otro gemido necesitado.
--- Es verdad, puedo, pero quiero la energía del líder Jiang a cambio.
Saliendo por un segundo, giró a WanYin de nuevo sobre su espalda y lo volvió a penetrar, las sábanas un desastre húmedo enredándose en uno de los delgados tobillos.
Los ojos oscuros brillaron con admiración ante la expresión compungida del líder Jiang. De los ojos escurrían lagrimas cristalinas, los labios sangraban después de morderse y un delgado hilo de saliva daba el toque correcto de decadencia. Quería molestarlo un rato más, pero su propio núcleo exigía a gritos por Jiang WanYin.
--- Tan sedoso y apretado --- murmuró con plena consciencia de lo mucho que afectaba al otro escuchar tales frases obscenas --- me succionas en tu interior como si desearas que me quedara por siempre ahí.
Lamió y mordió los duros pezones y acarició la dura erección hasta que en un espasmo, Jiang WanYin se corrió sobre todo su abdomen, algunas gotas de blanco líquido tocando la barbilla y cuello del cultivador.
Lan XiChen se detuvo por un segundo, intentando detener su propio placer, el deseo de llegar al orgasmo como un canto en su mente que apenas lo dejaba pensar.
--- Dame lo que pido. --- exigió entre duras respiraciones.
Jiang Cheng agitó su cabeza, su cuerpo temblando sin control.
Pero no era una negación, al fin, el jade había obtenido lo que quería, Jiang Cheng ya no tenía más resistencia y solo se agitaba en necesidad.
--- Lo haré --- cedió, las penetraciones reanudando su ritmo --- lo haré.
--- ¿Esta seguro?
--- S-sí...
--- No puede faltar a su palabra.
Con un profundo y entrecortado gemido, Jiang Cheng por fin liberó la restricción en su interior.
Lan XiChen gimió cuando pudo sentir la energía de Jiang WanYin entrando en su cuerpo. Era como un golpe de electricidad que lo llenaba de energía y euforia, tan candente y doloroso que se sintió estremecer hasta su misma alma.
Absorbiéndola como un hombre sediento y muerto de hambre, dejó que su cuerpo siguiera su instinto mientras su mente se empapaba de la tormentosa energía. Los impulsos viciosos perdieron cada vez más fuerza, su propio sentido de la realidad y de sí mismo adquiriendo definición y claridad hasta que de nuevo se sintió como el cultivador que alguna enfrentó al mundo de la cultivación sin temor alguno.
Lo absorbió hasta que le frío susurro del pasado despareció, los restos de aquella pesadilla por fin alejándose.
Se deleitó en el grito de placer que desgarró la garganta de Jiang WanYin con una voz que solo salía en sus momentos de intimidad. Jiang Cheng se aferró a los anchos hombros mientras su cuerpo era abusado sin piedad, su interior cantando cuando el flujo se reanudó.
--- Más, dame más --- rogó, sus ojos vidriosos y desenfocados de nuevo, el orgasmo a solo un respiro de distancia. --- quiero más.... ah... m-más...
Parece que ya no era capaz de formar ninguna oración compleja, pero tampoco era necesario, Lan XiChen estaba tan ebrio de poder como él mismo, devorando su boca como si necesitara tomar en su interior cada jadeo que daba Jiang Cheng.
El verdadero cultivo dual solía tener ese efecto en los cultivadores de alto rango, la resistencia y fuerza de un cultivador experimentado transformaba la unión en un acto desenfrenado y largo, extendiéndolo por días si se tenía la suficiente habilidad.
El sonido de piel golpeando piel, de la cama moviéndose y los gritos sin aliento o gemidos guturales, llenó la habitación hasta que ambos alcanzaron su límite.
La espalda de Jiang Cheng se arqueó con tanta fuerza que alzó ambos cuerpos, su interior apretándose tanto que Lan XiChen no tuvo más que rendirse y dejar que lo drenara, llenando el interior de WanYin por tercera ocasión.
Gimiendo sin pudor entre respiraciones, Jiang Cheng se regodeó en el orgasmo mientras su núcleo pulsaba con energía infinita, como si este también hubiera alcanzado el clímax.
El sudor deslizándose sobre su piel lo hizo dar cuenta de sus débiles extremidades, una de sus piernas caídas a un lado mientras la otra estaba entrelazada con la del jade; sus manos aún se aferraban a los antebrazos de Lan XiChen con tanta fuerza, que fue doloroso relajar su agarre; su garganta se sentía seca pero no podía cerrar los labios el tiempo suficiente para hidratarla, el aire no llegaba con la suficiente velocidad a sus pulmones.
Abrió los ojos cuando sintió los largos dedos del jade quitando los oscuros mechones que se aferraban a su sudorosa frente y a sus inflamados labios.
<<Dame más. Necesito más>>
Cerró los ojos con un suspiro cuando el recuerdo de su propia voz, casi afeminada en su necesidad, le hizo desear arrojarse al lago y ahogarse ahí.
--- Bastardo --- murmuró.
La dulce sonrisa del jade besó su frente en un gesto de absoluta adoración, la mano de Jiang Cheng acariciando la larga cicatriz en la espalda del jade con una delicadeza que contradecía la dureza de su insulto.
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Caía ya la tarde cuando Jiang Cheng regresó al edificio principal de la secta. Venía de entregar a los cultivadores que invadieron su territorio, los respectivos líderes había llegado a la frontera para recogerlos con distintas muecas de odio y resentimiento, pero sin palabra alguna más que un saludo y una despedida rígida.
Tocando con mucho disimulo su adolorida cadera, habló con algunos de los comerciantes y aceptó los regalos que le ofrecieron.
El esplendor de muelle de loto crecía cada día bajo la dura autoridad de Sandu ShengShou y el frío poder en las sombras que era Zewu-jun.
--- ¿El Lan se está recuperando?
Jiang Cheng asintió a la baja pregunta de la anciana, el secreto de la existencia de Lan XiChen en el interior del territorio, era uno guardado celosamente por los pobladores.
Cuando supieron sobre el ataque, parcial o exagerado como solía ocurrir con los rumores, decidieron que era su deber proteger al jade. Jiang Cheng ni siquiera tuvo que pedirlo, el aprecio de los pobladores hacia Lan XiChen era algo que había arraigado sin que lo notara.
La mujer le entregó una enorme canasta de panecillos para los menores de la secta. Parece que su nieto había entrado hace poco para comenzar su formación como cultivador, así que quería dar algo como obsequio de agradecimiento.
--- Le diré que venga a visitarla y que traiga a su nieto con él.
--- Oh, eso sería maravilloso, líder Jiang --- La anciana palmeó el hombro de Jiang Cheng con una fuerza notable para su avanzada edad --- esta anciana espera con ansias su visita. Le diré a los demás, prepararemos un gran banquete.
Con una seca despedida, Jiang Cheng se fue, recibiendo comentarios y preguntas similares a lo largo de todo el camino.
Aun antes del ataque de hace siete años, la presencia del jade había transformado todo el territorio, ganándose el aprecio de muchos cuando fue obvio que su poder, en conjunto al de Jiang Cheng, hacían de Yunmeng uno de los lugares más seguros para los pobladores. Cultivadores o no, la llegada de algún fantasma, demonio o estafador era inconcebible.
Nadie se atrevería a tocar a un poblador que este bajo la protección de los dos cultivadores de Yunmeng, decían.
Y hablando de dicho cultivador demoniaco.
Lan XiChen sonrió a Jiang Cheng mientras los sanadores terminaban de curar su pecho y uno de sus brazos, los pequeños cortes apenas más grandes de dos pulgadas.
Había salido a buscar algunos de los textos prohibidos que aún guardaba en el exterior, cuando un grupo de cultivadores lo tomó desprevenido. Usó a Liebing para acabar con ellos, pero liberarse de las restricciones requirió más esfuerzo del que esperaba. Al final, despertó a solo uno de ellos y lo usó para que rompiera la cuerda que lo ataba.
Estaba por terminar cuando su hermano le había dado alcance, la tensión en el normalmente inexpresivo rostro, dejo en claro lo poco contento que estaba de verlo de nuevo siendo atacado. Su querido hermano no era partidario de la violencia, pero su postura con respecto a los ataques furtivos había sido tajante.
Lan XiChen suspiró.
Había prometido a Jiang WanYin que no saldría herido pero había sido inevitable. Y sabía, por la dura mirada que le dio, que tendría que dar una larga explicación por faltar a su palabra, poco importaba que fueran heridas menores e insignificantes.
--- Bonita túnica --- dijo Jiang Cheng con voz seca mientras lo veía volver a vestirse una vez terminada la curación, en lugar de preguntar por sus heridas.
La tela negra y azul marino resaltaban la palidez de la piel de Lan XiChen, el corte y los amplios pliegues daban a sus movimientos el toque etéreo que lo hacía tan reconocible.
Lan XiChen tocó una de sus mangas.
--- WangJi lo ha traído. Él y el joven Wei Wuxian mandan sus saludos, parece que vendrán la siguiente semana, en calidad de líderes de secta.
Jiang Cheng asintió.
--- Parece que la secta Lan está teniendo problemas para aceptar a más cultivadores. A este punto o expanden su territorio o comienzan a expulsar discípulos.
El ataque de hace siete años había dividido las posturas de las sectas con respecto a lo que definían como "justo y correcto", así que las grandes cuatro sectas seguían creciendo a gran velocidad por aquellos que compartían sus puntos de vista, fueran a favor, en contra o en algún punto neutro.
La secta Jiang no era la excepción.
Pensaba en ello cuando Jiang Cheng notó los lotos bordados en oscuro hilo violeta, tanto en el borde de la ropa como en la cinta de la frente.
Alzó una ceja interrogante.
--- ¿Planeas explicar el diseño de esa prenda o tendré que preguntar?
Lan XiChen sonrió con ligereza, poco preocupado por la amenaza implícita.
--- Preferiría explicarle cómo fui herido. --- respondió mientras salían del edificio.
El bufido lleno de arrogancia le hizo mirar al otro con un brillo divertido en los ojos.
--- Ya sé cómo te has herido y ya envié a alguien a limpiar tu desastre. --- Y a terminar con los que escaparon, pensó, pero se abstuvo de agregar.
--- No es necesario.
Con un gesto de su mano, Jiang Cheng acomodó mejor a Sandu, que colgaba de su cintura.
Los discípulos que entrenaban en el amplio campo entre los edificios principales, fingieron no ver a los recién llegados. Todos aquí conocían lo posesivo que podía ser el jade, así que se habían acostumbrado desde hace mucho a limitar sus interacciones con sus líderes cuando estaban juntos.
--- Dejarlos en el territorio vecino no es una solución, --- Jiang Cheng sintió los dedos del jade jugueteando con su cabello, lo alejó con un golpe de su mano --- he ordenado que rasguen los símbolos de sus sectas en las ropas y envíen los cuerpos de vuelta a su lugar de origen.
Lan XiChen volvió a juguetear con los largos mechones, más que satisfecho.
El líder Jiang podía ser hosco en su carácter durante el día, pero aún dejaba suelto su cabello porque sabía que Lan XiChen lo prefería así.
--- Eso es casi una declaración de guerra.
--- No es casi una declaración, es una advertencia clara y directa.
--- Una algo imprudente, ¿no se supone que debo pasar desapercibido?
Un gruñido lleno de mezquino enojo.
--- Al parecer ya saben que estás vivo y aquí, solo están jugando a fingirse ignorantes, enviando a sus cultivadores de menor rango esperando que tengamos compasión o quizá para culparnos de crueldad y asesinato. No pueden hacer una declaración abierta porque ninguno de los clanes o sectas tiene suficiente fuerza o valor de enfrentar a la secta Jiang.
Aún faltaba un grupo que había salido a patrullar, así que debían esperar a su llegada.
Subieron a sus espadas para llegar a una de las torres de vigilancia, la vista del basto paisaje, tan luminoso como lúgubre su conversación.
--- Es suficiente, --- Jiang Cheng lucía feroz --- ya no fingiremos.
Lan XiChen tomó al líder Jiang del brazo cuando la fresca sombra del toldo los cubrió, haciéndole girar en su dirección. Observó satisfecho como las mangas de ambos se tocaban, el oscuro color haciendo juego entre sí.
Los tonos púrpura y lavanda del uniforme de la secta, habían sido cambiados por un negro profundo y un violeta oscuro que solo era perceptible en la brillante luz del sol, de otra forma, parecía un traje completamente negro.
La túnica con mangas sueltas y caída hasta los tobillos, fluía alrededor del líder Jiang con aire majestuoso. Una imitación de su cinta de la frente haciendo juego con la cinta que sostenía las trenzas del líder Jiang en una media coleta.
--- Aún no ha dicho nada de mi nueva túnica, ¿tanto le desagrada?
Un corto silencio y un cruce de miradas.
Alzando la mano, Jiang Cheng sostuvo la barbilla del jade con una lenta sonrisa en su boca.
--- ¿Quién mencionó algo sobre desagrado?
La sangre de Lan XiChen corrió caliente cuando pudo apreciar el brillo sensual en los ojos azul violáceo.
Este hombre jamás se dejaría dominar, tan cómodo asumiendo el liderazgo tanto en sus deberes como en la privacidad de su relación.
El jade sonrió de vuelta, absteniéndose de recordarle que había rogado entre lágrimas hace solo unas horas atrás. Quizá hoy intentaría atarlo a la mesa del salón principal, sería muy agradable escuchar sus gemidos y gritos ahogados resonando en el amplio espacio.
Como si leyera sus pensamientos, Jiang Cheng entornó un poco los ojos.
--- ¿Entonces lo aprueba? --- Lan XiChen acarició la estrecha cadera, su voz insinuante.
--- No solo lo apruebo, ya que saben que estas vivo y aquí, --- Jiang Cheng bajó la mano hasta tocar el cinturón del jade, donde colocó una esférica campanilla plata, tirando del cordón para ajustarlo con una fuerza deliberada que atrajo las caderas más cerca una de la otra. - será mejor dejar en claro a que clan perteneces.
Besando la tentadora curva de esos labios, el jade mordió un poco el borde hasta dejar una marca rojiza, pero cuidando no romper la piel.
Le daría un buen uso a esa boca arrogante esta noche.
--- Mi hermano te apoya y Jin ZiXuan ha ofrecido su ayuda después de lo que él llamó "un acto cobarde de las sectas", no podrán acercarse sigilosos de nuevo.
Separándose como si no hubiera incitando al jade hace solo unos segundos atrás, Jiang Cheng se sentó en el borde de la baranda, encogiéndose de hombros mientras el jade tomaba lugar a su lado, de pie y separado por dos palmos en una cómoda distancia.
Sus posturas sin rastro alguno del sensual coqueteo anterior.
--- Parece que ninguno de la secta Jin estuvo involucrado, según mi hermana, los que participaron fue apenas una docena y todos dejaron la secta Jin antes del enfrentamiento. No hay más traidores en ella --- se encogió de hombros --- así que con tres de los cuatro grandes clanes apoyándote, nadie tiene la fuerza o el valor de enfrentarnos.
La oscuridad en el interior de Lan XiChen se mantuvo tranquila cuando las miradas se cruzaron, adormecida por el vínculo entre ambos cultivadores.
--- Pero el cuarto clan es liderado por los hermanos Nie, son los únicos que podrían impulsarlos a luchar pese a la diferencia de poder.
Ante las palabras del jade, Jiang Cheng miró al frente, a las largas extensiones de tierras y lagos que eran su territorio. Sus ojos se entornaron con ira contenida, como si pudiera ver al enemigo a la lejanía.
--- Aun tengo cuentas pendientes contra cierto hermano Nie.
--- Tratarán de terminar lo que no pudieron hace siete años.
El chasquido de Zidian rodeó a Jiang WanYin, los destellos violetas enfatizados por una oscuridad viciosa.
--- Que se atrevan.
Fue todo lo que dijo mientras el azul de sus ojos era sustituido por un brillo carmesí muy familiar, el color de la sangre y el fuego entremezclados en uno.
El lejano gruñido de innumerables cadáveres encadenados en la profundidad de los lagos, haciendo reír al jade.
FIN
NOTA:
*Ritual de purificación: el nombre varía de acuerdo a la traducción, en la novela original refiere a rituales que practicaban algunos cultivadores para controlar y evitar la desviación de Qi, (como es el caso de JC). Estos evitan que al morir se transformen en espectros o fantasmas.
Terminé!!!
¿Les ha gustado?
No quise profundizar más y hacer un fic de esto, porque es un preludio de lo que leerán en "Inmortal", no tanto como cultivadores demoniacos, pero si en su carácter y en otros aspectos que aún no voy a revelar aquí. Aunque me hubiera gustado profundizar sobre cómo los sentimientos de Jiang Cheng cambian o por qué las sectas deciden apoyar a Lan XiChen, pero eso alargó el fic varios capítulos y prometía alargarlo aun más, así que tuve que renunciar a ello y resignarme a resumirlo, esperando que se entienda un poco.
En fin.
Muchas gracias por leer y por seguir a este loco escritor, les estaré agradecida toda la vida.
!!!!!!!!!!