XIV Adiós al peón negro

04.08.2019

"La duda y el engaño, el miedo y la ignorancia. Dulce fruto de la más absoluta estupidez "
A. B. Rémeny 

 Salón principal del palacio Baixue. Veintitres días después del ataque.

Rojo y dorado en las paredes y columnas, elaborados grabados y cuadros de maestros pintores adornando la pared detrás del trono y las dos paredes laterales a este, pisos y puertas talladas de brillante y oscura madera, pulida y encerada hasta reflejar el interior del lugar.

Nadie podría alguna vez negar que el lugar era imponente y reflejaba el carácter rígido de su gobernante.

Dentro de la espaciosa sala, varias personas se encontraban de pie y hablando entre ellos. Con elaboradas vestiduras de color gris para los tres cancilleres, verde oscuro para los seis ministros y café para los cuatro generales del palacio, todos se mantenían en una ordenada fila que dejaba libre el camino desde las puertas dobles hasta el trono.

Sin embargo, esta no era la típica reunión matutina de la corte, desde que en medio del grupo uniformado, una solitaria figura con vestiduras violetas y morado oscuro, se mantenía en la posición más alejada del trono. Destacaba no solo por la sencillez de su ropa en comparación con el resto, sino también por el aura ausente que parecía enaltecerlo, pese a ser la persona con el rango más bajo en la sala.

Su largo cabello era sostenido por un brillante pasador de plata, con diminutos cristales azules colgando de los extremos, la palidez en su rostro, fruto del cansancio que implicaba estar herido, resaltaba el color melocotón de sus labios.

Nadie lo quería admitir abiertamente, pero entre comentarios y bromas, era obvio que el erudito Shao era el tema que más les interesaba discutir.

--- Veo que el joven erudito se encuentra mejor --- señaló el ministro de ritos al nervioso ministro de asuntos exteriores.

--- S-sí, así es.--- Respondió Shao Liang mientras mantenía la mirada en el suelo, temeroso de alentar más conversación al respecto.

Podía escuchar a cada funcionario hacer referencias sutiles de lo ocurrido, pero torpe como era e incapaz de contestar las oraciones llenas de dobles sentidos, prefería solo quedarse callado.

Esta ya era una situación frecuente para el pobre ministro desde hace casi tres semanas. Tres muy, pero muy largas semanas.

Como era obvio, Shao Liang había sido informado del estado de su hermano más joven solo unas horas después de que ocurrió el incidente. Como marcaba el protocolo, intentó verlo, pero su majestad negó el acceso a todos, solo los sanadores podían entrar o salir con total libertad de la habitación donde Shao Jiang era atendido.

Él joven amo ha despertado.

Él joven amo se está recuperando.

Esas eran todas las noticias que recibía, hasta hace dos días en que al fin pudo hablar con él.

Shao Liang se encogió otro poco, pensando en cuanto lo regañaría su padre por no cuidar de su hermano menor. Por culpa de su descuido, ahora la familia Shao había caído en la mira de las demás familias nobles, pasando de insignificantes sombras a los principales beneficiados de la familia imperial. A Shao Liang le preocupaba la salud de su hermano, pero conocía a la perfección lo viciosos que podían ser los otros funcionarios, en especial cuando de ganar poder en la corte se trataba.

Nadie en sus cinco sentidos desearía jamás estar bajo la atención de tales personas.

<<Yo me encargaré de esto. No importa lo que se diga, tú solo finge que lo entiendes.>>

Tragó saliva cuando recordó las enigmáticas palabras de Shao Jiang, pronunciadas con una mirada rara en un rostro sonrojado por la fiebre, mirada que en este momento se cruzó con la suya, provocando un escalofrió persistente de incertidumbre. Shao Liang de verdad extrañaba a su segundo hermano. Gentil y amable, Shao Li* siempre había sido capaz de suavizar el duro carácter de Shao Jiang.

¿En cambio él? No, Shao Liang jamás podría lidiar con tan serio hermano menor y mucho menos contradecir sus órdenes. Algo en su hermano menor le aterrorizaba hasta los huesos.

Y mientras Shao Liang sentía como si hubiera una nube negra sobre su cabeza, Jiang Cheng solo miró por un segundo a su "hermano mayor", antes de alejar la vista con indiferencia, su mente concentrada en algo mucho más complejo que el comportamiento sumiso de Shao Liang. Mantuvo sus emociones sujetadas con tanta fuerza, que el control que ejercía era casi violento.

Entre su para nada admirable arranque emocional y el cansancio, recordaba poco de la conversación entre Wei Wuxian y los hermanos Lan.

Por lo que logró entender, Jiang Cheng estuvo a muy poco de ser arrestado por conspiración, pero obtuvo el beneficio de la duda por ser herido tan gravemente, ayudando a menguar las sospechas.

<<La medicina que llevaba el erudito no era el antídoto para el veneno, al menos no del todo. Puede que en verdad no supiera lo que estaba pasando>>

Bien, eso era cómico porque de hecho Jiang Cheng sabía que había veneno en su cuerpo, solo que era uno que él mismo preparó.

Había estado consumiendo distintos tónicos y hierbas desde que llegó a este mundo. Como cultivador, era natural consumir pequeñas dosis de estos para generar inmunidad, fortaleciendo al cuerpo para evitar los efectos más fuertes. Podía ya no tener núcleo dorado, pero las técnicas que conocía como antiguo cultivador, le daba ventaja sobre sus enemigos.

Y si bien debilitó tanto a su cuerpo que comprometió su recuperación, al menos pasó de conspirador a posible víctima.

Jiang Cheng chasqueó con la boca, sobresaltando a algunos de los funcionarios e historiadores que estaban lo bastante cerca para escucharlo.

No estaba contento de admitirlo, pero parte del problema había sido su culpa.

Jamás se imaginó que el idiota de Yao robaría parte de la mercancía que Hao QiangTse interceptaba para Jiang Cheng y que lo llevarían consigo a cada minuto del día, pensando que era algo valioso que podría vender. Mercancía que resultaba no ser más que parte del veneno que los jóvenes de la familia Kuo debían administrarle a él y a su personal y que Yao dejó caer justo después del ataque.

Estando tan absorto en conseguir sus objetivos, que nunca se aseguró de que la mercancía llegara completa, el solo hecho de alejarla de la provincia le había bastado.

Esto en sí mismo no hubiera sido tan malo, pero combinado con la medicina que alguno de sus sirvientes había colocado entre los pliegues de su túnica, en un acto de absoluta preocupación (y estupidez, si a Jiang Cheng le preguntaban), lo habían puesto bajo una atención indeseada.

Por suerte y debido a su pequeña excursión de días atrás, la cabalgata y los cambios de temperatura; que terminaron con él oculto durante casi dos horas en aquel jardín con la ropa humedeciéndose cada vez más por la llovizna; cayó en cama cuatro días enteros por la fiebre.

Al final los sanadores tuvieron que quitarle las costuras, limpiar la herida y volver a coser, otorgándole tiempo para pensar en una solución.

--- Nos alegra verlo tan recuperado.

Jiang Cheng asintió en reconocimiento a uno de los ministros, quien en cuanto notó que el otro no hacía el más mínimo esfuerzo de hacer conversación, se giró con un resoplido indignado, refunfuñando algo sobre eruditos arrogantes y groseros.

Jiang Cheng lo ignoró, la vista perdida en uno de los cuadros que adornaban el lugar, ocultando su expresión y casi escupiendo sangre por la frustración.

En cuanto los sanadores informaron que estaba consciente y lo bastante bien para salir de su habitación, fue llamado a un salón privado donde ambos emperadores y algunos de los soldados de mayor confianza, lo esperaban para interrogarlo sobre el incidente.

<< Es un placer conocerlo, erudito. Seguro tendrá mucho que contar>>

Después de casi cuatro horas de lidiar con la boca sabelotodo de Wei Wuxian y la aguda inteligencia de los hermanos Lan, fue dolorosamente claro que la única razón por la que no fue descubierto, es que ninguno recordaba al verdadero Jiang Cheng. Para ellos, él solo era un joven noble llamado Shao Jiang, un frágil erudito que servía a la corte.

Así que ahora debía buscar una manera de alejar cualquier sospecha sobre su persona; proteger a aquel molesto trío cuya existencia estaba complicando una situación ya inestable; coordinar a sus torpes sirvientes sin delatarse y más importante, descubrir el plan que Huanghuo se traía entre manos.

--- ¡Su majestad imperial del país del este y su majestad imperial del país del noroeste!

Sus lúgubres pensamientos se detuvieron cuando la voz del eunuco imperial resonó en la sala, anunciando la llegada de Song Lan y Lan XiChen.

Sin perder tiempo, cada uno de los presentes hizo una reverencia cuando ambos emperadores entraron al lugar. Jiang Cheng solo pudo tensar la mandíbula al tiempo que su pecho y hombro punzaban por la incómoda posición, intentando con todas sus fuerzas no levantar la mirada y observar estúpidamente a Wei Wuxian y Hanguang-jun, o peor, mirar fijamente a Lan XiChen hasta conseguir que lo mandaran a ejecutar por insubordinación.*

Mantente enfocado.

--- ¡Que el emperador viva mil años! --- exclamaron al unísono, las palabras en referencia a los dos emperadores.

Sobre un palco que hacía sobresalía del resto del salón, un largo asiento de olmo fue ocupado por el emperador Song Lan. LanHuan, en su impecable túnica azul y plata, se colocó al costado del palco principal, en un asiento de elegante construcción puesto ahí para dejar en claro, que si bien no pertenecía a este lugar, su nivel era equivalente al del emperador Song.

Sus dos acompañantes, el segundo príncipe Yun LanZhan y el general imperial Hei WeiYing, se mantenían de pie a los costados y solo un poco por detrás del emperador Yun.

En el medio de la solemne atmósfera, funcionarios y nobles se mantenían inclinados, esperando el permiso de su majestad para enderezar sus posturas.

--- Pueden levantarse --- SongLan recorrió con la vista a los presentes, antes de seguir hablando --- Hace varios días atrás, el erudito Shao JiangCheng, hijo menor de Shao Fu y hermano más joven del ministro de asuntos exteriores, Shao Liang, fue herido de gravedad por un atacante desconocido --- dijo con voz clara y directa, su expresión mostrando la gravedad del incidente --- Ahora que el erudito ha despertado, creemos que este asunto puede llegar a una conclusión satisfactoria.

Jiang Cheng mantuvo la vista abajo en señal de respeto mientras hacía un esfuerzo considerable para no fruncir el ceño o dejar que cualquier otra emoción se reflejara.

Al menos no hay otro imbécil manipulador como Jin GuangYao que arruine todo, se burló de sí mismo, recordando como las constantes burlas de Jin GuangYao lo hicieron descuidarse y terminar herido y con su energía espiritual bloqueada.

Jiang Cheng movió el hombro para tratar de aliviar la incomodidad. Sabía que su presencia aquí era solo por capricho de SongLan, quizá esperando ponerlo nervioso y conseguir alguna pista que antes pasara por alto.

Buena suerte con eso.

--- Ministro de justicia --- continuó Song Lan--- ha pasado tiempo desde que le dimos la tarea de investigar qué fue lo que ocurrió, considerando la información obtenida el día del ataque.

De cabello platinado por la edad, el hombre hizo una pequeña reverencia haciendo que sus ropas verde oscuro crujieran y susurraran en la tensa sala. Jiang Cheng lo observó por el rabillo del ojo, reconociendo de alguna manera esos rasgos en una cara envejecida.

Hong WeiChun.

O como Jiang Cheng le recordaba, el cultivador Yi WeiChun.

Extrañado, se mantuvo atento. No recordaba que WeiChun se hubiera involucrado en la caída de las sectas, de hecho, después del asedio en la cueva destruye demonios en Yiling, donde el cultivador había culpado a Wei Wuxian por la pérdida de su pierna, no volvió a mostrar mayor queja, dedicándose a su secta y a su cultivo.

Sabía que en este mundo Yi WeiChun fungía como el padre de BaiHe, pero si era una rata más o solo un peón... bueno, eso estaba por verse.

--- Su majestad, este ministro ha llevado a cabo una exhaustiva investigación pero temo que no poseo las respuestas que su majestad busca, solo conjeturas y conclusiones que este ministro ha ideado pero de las que no existe prueba alguna. --- ese tono arrogante al hablar crispaba los nervios de Jiang Cheng. Rozó con su pulgar el dije de madera, oculto entre los pliegues de su manga.

Song Lan hizo un gesto con su mano.

--- Habla.

El ministro hizo otra pequeña reverencia.

--- Gracias a la ayuda de su majestad, sabemos que el atacante se encontraba en alguno de los edificios con vista al jardín, aunque no se le pudo capturar. Bien, este ministro junto al comandante Ming, hemos revisado e interrogado a cada soldado a cargo de la seguridad del palacio, pero cada uno de ellos se encontraba en su posición, no lo bastante cerca del jardín para poder disparar o ver al responsable.

El comandante Ming, un hombre robusto y un tanto calvo, dio un paso al frente y reverenció.

---Este comandante ha hablado con cada soldado en la zona --- la voz ronca del comandante tembló un poco --- pero... --- se aclaró la garganta --- pero nadie ajeno al recinto, a parte de su majestad imperial Yun y sus acompañantes, ha cruzado las puertas del palacio.

Una acusación nada sutil.

Los susurros y murmullos escandalizados comenzaron, llenado la sala con un ruido desagradable. Yun LanHuan mantuvo su rostro tranquilo mientras escuchaba, pero el rostro de Jiang Cheng tuvo una pequeña contracción en su mejilla.

¿Así que, convenientemente, nadie a parte de LanHuan y sus acompañantes había entrado al palacio?

Al parecer, la presencia de Lan XiChen había sido un tiro de buena fortuna para la corte de Song Lan. Jiang Cheng esperó, la razón para implicar a Lan XiChen podía ser distinta.

Que todo pareciera apuntar de forma "disimulada" hacia ellos podía ser solo una forma de quitar las sospechas que el emperador Song albergara contra sus ministros y funcionarios. Incluso podía ser parte de las intrigas de la corte entre aquellos que no habían apoyado el tratado de paz entre ambos imperios. Aun con la postura de ambos emperadores a no enemistarse hecha pública hace solo unas semanas atrás, la acusación podía ser una manera de conseguir tensar la relación entre los que apoyaban al emperador y los que no, de comenzar a dividir a la corte imperial.

Jiang Cheng no creía que fuera tan simple. Acusa a Lan XiChen implicaba que elegían sacrificar la reputación de un emperador por encima de un ministro o de un simple erudito, lo que era absurdo.

Sin embargo, era pronto para decidir si era BaiHe quien estaba detrás de ello o era alguien más. De si trataban de afectar la relación entre imperios o solo el equilibrio de poder en la corte imperial.

Cuando la sala quedó de nuevo en silencio, el ministro volvió a tomar la palabra, completamente ignorante de la mirada azul violácea que no perdía un solo detalle.

--- He revisado con el eunuco imperial, en caso de que alguien decidiera entrar haciéndose pasar por un sirviente, pero ninguno de ellos vio algo extraño, solo...

Song Lan levantó una ceja interrogante cuando el ministro se quedó en silencio, parecía no querer seguir hablando.

--- ¿Solo?

El ministro se dejó caer rápidamente de rodillas y pegó su frente al suelo, su cuerpo temblando de forma repentina.

--- Por favor, perdone a este humilde ministro por su impertinencia.

Song Lan hizo un gesto con su mano.

---Habla, no habrá castigo por tus palabras.

Levantando su frente pero no su mirada, la voz del anciano temblaba un poco.

---Es que... los únicos sirvientes que no se encontraban cerca, eran los que acompañaban al emperador Yun. Solo encontramos a uno y se negó a decir una sola palabra.

Tras las titubeantes frases, la armadura del comandante Ming hizo un ruido desagradable cuando este también se dejó caer de rodillas.

--- ¡Este comandante reconoce su error! ---Todos miraron sorprendidos al comandante --- El sirviente que encontramos portaba consigo un arco y una espada en su cintura. Era el deber de este comandante asegurar el palacio, pero no notó que este sirviente llevaba consigo cosas tan peligrosas ¡Por favor, castigue a este comandante por su negligencia!

El silencio llenó el lugar, si era por sorpresa o sospecha, nadie podría decirlo.

Jiang Cheng miró hacia otro lado, en lugar del gesto de exasperación que normalmente tensaría sus rasgos.

Al parecer WeiChun había omitido de forma deliberada cualquier sospecha sobre el primer ministro o sobre él, por fin dando respuesta a la pregunta de quién estaba manejando los hilos detrás.

¿Ese era el plan de BaiHe? ¿Acorralar a Lan XiChen y sus subordinados, para saber si alguno de ellos trabajaba para el rey negro?

Estaba por tomar la palabra, cuando de pronto, una voz animada y despreocupada rompió la atmósfera tensa de la sala, casi haciéndolo levantar la vista.

Hei WeiYing, miró a cada uno de los funcionarios con el deje de una sonrisa brillando en sus ojos aunque su rostro lucía serio.

--- Sus majestades, les ruego disculpen mi torpeza pero creo que la situación no me ha quedado clara --- hizo una pequeña reverencia mientras hablaba.

Song Lan y Yun LanHuan le dieron la palabra con un ademán, la diversión brillando en sus ojos. Ambos conocían el carácter abierto del general desde hace años y confiaban en su aguda inteligencia.

--- Por lo que entiendo, los únicos sirvientes que están bajo sospecha, son los nuestros. No solo por no estar a la vista en el momento del ataque sino también por portar armas --- fingió pensarlo por un segundo--- Tiene razón, comandante, eso es muy sospechoso y debería pedir disculpas por su descuido, sin embargo, tengo una duda. Usted dice que "no notó que llevaban armas" pero también describió que el único sirviente que encontró portaba un arco y una espada en la cintura. --- Fingiendo no ver la hostilidad en varios de los rostros, continuo con voz afable --- disculpe si mi vista es demasiado aguda, pero creo que si una persona no es capaz de notar una larga espada colgando de la cintura, probablemente haciendo ruido a cada paso, junto a un enorme arco que sobresale de sus extremos sin importar como lo acomode uno... --- se encogió de hombros--- bueno, para una percepción tan pobre como esa, sería fácil pasar por alto otros detalles ¿Qué le asegura que realmente no entró alguien sospechoso al palacio sin que lo notara?

El pequeño discurso pareció dejar paralizados a los presentes, plantando la semilla de la duda ¿El comandante había o no visto las armas en el sirviente del emperador Yun? ¿Si descuidó eso, era posible que dejara de lado algún detalle importante que señalara al culpable?

Ese idiota aun hace lo que quiere con las palabras, pensó Jiang Cheng divertido muy a su pesar y pasando la estrechez en su garganta, ¿quién podría pensar que echaría eso de menos?

--- Yo, es que...

--- Eso no es... amm...

Balbuceando y con el rostro rojo, tanto el ministro de justicia como el comandante miraban a Wei Wuxian con ira y frustración.

Ahora saben cómo me sentí cada día de mi vida a lado de este torpe sabelotodo.

--- ¡Que palabras más agudas tiene este joven! --- la voz acaramelada del primer ministro detuvo la ridícula escena que presentaban los otros dos al intentar contradecir a Wei Wuxian --- De verdad es usted hábil al hablar, hábil en verdad, deje a este humilde ministro elogiar la agudeza de su boca. Sin embargo, joven consorte, este ministro se ve en la necesidad de hacer énfasis en lo que el ministro de justicia ha dicho desde el inicio. No hay pruebas concretas y pese a su maravilloso discurso, que fue muy entretenido debo decir, eso no explica dónde estaban los otros sirvientes, como dijo el comandante, solo uno fue encontrado.

Hei WeiYing agradeció con un gesto de su cabeza los elogios del primer ministro, nada en su postura reflejando molestia por el insulto de llamarlo "joven consorte" en lugar de referirse a él con su título de general imperial, o de hacer tanto énfasis en su boca con una vulgaridad disfrazada de cortesía.

Aunque nadie podría decir lo mismo de la mirada helada y cortante de Yun LanZhan o la repentina tensión en los hombros de cierto erudito, así como fue imposible no notar las disimuladas sonrisas de burla entre los funcionarios, las risas ocultas tras alguien fingiendo aclarar su garganta o toser.

Song Lan frunció el ceño, con ira creciente hacia su corte. Había decidido pasar por alto la acusación, confiado en que Yun LanHuan no se dejaría pisotear con tanta facilidad. Pero no solo continuaban presionando, sino que ahora insultaban a uno de los cónyuges de la familia imperial.

Quitando las insinuaciones veladas, reconocer únicamente su estatus como consorte era una manera de demeritar su habilidad como soldado de alto rango y transformarlo, a ojos de la sociedad, en un simple "adorno" bajo el brazo de un noble.

Lo había dejado como un amante de baja categoría que solo buscaba hacerse notar.

Un par de ojos dorados se entornaron, sus manos apretando la empuñadura de su espada. Pero antes de que la situación se saliera de control, Yun LanHuan habló.

--- Sus elogios no pasan desapercibidos, primer ministro. Permítanos contestarle --- la tranquila voz de Lan XiChen atrajo la atención de cada persona y provocó un diminuto escalofrío en Jiang Cheng. Había olvidado la persuasión de aquella voz en estas situaciones hostiles --- Nuestros sirvientes salieron del palacio ese día después del banquete, por un encargo, deberían estar de vuelta en poco tiempo. Si el ministro de justicia lo desea, pueden ser los primeros en hablar con ellos para evitar cualquier duda sobre su paradero o sus actividades en el momento del incidente.

Debido a su cargo menor, Jiang Cheng no pudo levantar la vista para verlo, pero si percibió el cambio en el ambiente antes burlón. Seguro, supuso, Lan XiChen tendría aquella expresión calmada que lo caracterizaba.

Y en efecto la amable sonrisa de Yun LanHuan sorprendió a la corte. Lo habían acusado de conspiración y acababan de insultar a uno de sus generales, pero este aún respondía con total calma ¿Es que acaso nada inmutaba a ese hombre?

--- Son solo siete sirvientes y para tranquilidad del ministro de guerra y del comandante Ming, no porta arma alguna, su exhaustivo entrenamiento bajo el mando del general Wei se centró en la defensa sin armas, así que no necesitan preocuparse de ello.

Haciendo una reverencia, los dos ministros y el comandante aceptaron las palabras del emperador Yun, aunque a regañadientes. Habían deseado usar el carácter del emperador en su contra, quizá provocar una afrenta entre sus subordinados y ellos, después de todo, ningún regente permitiría tal insulto, ¿pero quién podía fingir indignación ante tanta cortesía?

--- Su majestad es un hombre sabio --- respondieron obedeciendo, por fin, el protocolo.

Con un pequeño gesto, Yun LanHuan cruzó miradas con un cansado Song Lan, antes de seguir hablando.

--- En cuanto al otro asunto, esa tarde se le pidió a nuestro más hábil soldado dar una demostración para la corte imperial. Si no le respondió, fue debido a un voto de silencio que hizo como parte de su entrenamiento, faltar a eso sería renunciar a su vida y honor.

El ruido que antes llenara el recinto, como diminutos insectos volando alrededor de uno, se desvaneció gradualmente.

Nadie parecía saber cómo responder, se miraban entre sí como esperando que alguien levantara el brazo y acusara al emperador de intentar engañarlos.

Hong WeiChun apretó los puños debajo de sus mangas mientras el comandante Ming desviaba la mirada al primer ministro, sin más opción que aceptar las palabras del joven emperador.

Levantándose de su posición de rodillas, Hong WeiChun puso sus manos al frente y se inclinó, su acción siendo igualada por un nervioso comandante Ming.

--- Por favor, perdone a estos funcionarios por sospechar de tan digno guerrero --- la voz del ministro de justicia era como uñas rozando la piedra, forzada y áspera, salía de entre su tensa mandíbula en un murmullo casi ininteligible.

Jiang Cheng casi dejó que una sonrisa burlona curvara sus labios. Sin drama ni exageradas reacciones, ese hombre había desarmado toda esta burda escena con solo unas palabras.

Aún es él. Aunque no tenga recuerdos, aún es él.

Decidiendo que esta situación ya se había alargado más de lo necesario, Jiang Cheng puso sus manos al frente antes de inclinarse un poco.

SongLan, un tanto sorprendido de que el frágil erudito quisiera hablar en medio de una situación tan complicada, le dio la palabra.

--- Su alteza imperial, este erudito reconoce su error. --- la voz de Jiang Cheng era digna y tenía un pequeño toque de autoridad que embelesó a más de uno --- Poco antes del día del ataque, este sirviente en su calidad de hijo de la familia Shao, recibió un mensaje donde se le pedía una reunión con uno de los comerciantes de la provincia --- Jiang Cheng observó sutilmente al primer ministro, su mirada burlándose de su repentina palidez --- Acorde con lo que decía el pergamino, la persona tenía información sobre los asaltos en la frontera sur. Este erudito envió un mensaje la noche antes de la visita, pidiendo la autorización de su majestad para traer al informante al palacio --- Fingió pensar en ello un poco. Aunque esta información ya la conocían ambos emperadores, parecía que Song Lan esperaba que lo repitiera frente a la corte, su mirada tan atenta que era casi un peso tangible sobre Jiang Cheng. ¿Realmente esperas que cometa un error en mi versión?, SongLan, ¿qué tan ingenuo crees que soy? --- me informaron que encontraron a la paloma muerta en medio del bosque y sin el mensaje de respuesta que envié. Puede que el ataque fuera con la intención de evitar que hablara con su majestad sobre este asunto.

Como era de esperar, los murmullos entre los funcionarios comenzaron de nuevo, la duda y el escepticismo goteando entre cada frase. Como Jiang Cheng había pensado, fue el primer ministro quien tuvo el valor de hablar en voz alta, después de todo, la mayoría de sus "negocios" estaban en la frontera sur.

--- Increíble explicación, erudito Shao Jiang --- Con los ojos brillando de forma desagradable, el primer ministro sonrió con lasciva. Este niño, tan lleno de terco orgullo, me va a divertir por un largo tiempo --- demasiado increíble si me pregunta, este ministro podría pensar que lo ha practicado, aunque sé de la gran lealtad del erudito que le inhibe de tal deshonra. Díganos joven Shao Jiang, ya que ha tenido tanto tiempo para meditar al respecto en su lecho de herido, ¿podría explicarnos entonces, cómo el atacante entró y salió del lugar sin que nadie lo notara?

Jiang Cheng miró directo al rostro burdo del primer ministro, su propia expresión en blanco, aunque el borde de su boca conservaba un toque de burla.

--- Me temo que al igual que el ministro de justicia, solo podría intentar concluir basado en mi imaginación --- Hong WeiChun fulminó con la mirada a Shao Liang, ¿es que acaso no podía controlar a su molesto hermano menor? --- Podría decir que, ya que la mañana del banquete se le dio acceso no solo a los funcionarios y militares, sino también a sus acompañantes, familiares y sirvientes, el atacante pudo haber aprovechado la oportunidad; pero este humilde noble tampoco desea insinuar información de manera irresponsable --- el comandante Ming enrojeció por la vergüenza.

--- Entonces su conclusión es.

Jiang Cheng fingió dudar su respuesta.

--- No tengo una, en su lugar, creo que se debería investigar más sobre la posible causa. Si encontramos la razón detrás del ataque, dar rostro al responsable o responsables, será más sencillo.

En este punto, el primer ministro iba a intentar presionar más al chico, cuando la resonante y grave voz del emperador Song lo detuvo.

--- Ministro de asuntos exteriores.

Shao Liang tembló tanto mientras se inclinaba, que sus dientes castañearon.

--- Su majestad.

--- Si nuestra memoria no nos engaña, es su deber vigilar el bienestar de la gente en las fronteras, ¿por qué entonces, un informante sintió la necesidad de acudir al erudito en lugar de a usted?

Shao Liang se dejó caer de rodillas, pegando la frente en el suelo y con el sudor cayendo de su sien.

<<- Cuando Song Lan se dirija a ti, solo finge que lo entiendes. >>

¡¿A esto se había referido su hermano cuando hablaron esta mañana?!

--- Por-por favor, majestad, tenga compasión de este torpe ministro. Me temo que la situación con las tribus en el norte ha desviado la atención de la mayoría de mis administradores, hay poco personal en el sur y en el este.

Jiang Cheng se relajó.

Esto bastaría para confirmar su versión de los hechos y alejar la atención de BaiHe de Lan XiChen... Yun LanHuan, ahora podría volver a las sombras y continuar controlando la corte. Quizá usaría a su hermano para acorralar al primer ministro.

--- En ese caso y ya que ha sido su idea --- Song Lan hizo un gesto al mayordomo imperial, quien caminó con un brillante pergamino hasta el erudito --- Se asignará al erudito Shao JianCheng, en su calidad de hijo más joven de la familia Shao y erudito de la corte del imperio Song, a cuidar de los intereses del imperio en la frontera sur y de tener suerte, poder contactar de nuevo al desaparecido informante. --- miró a Yun LanHuan --- Esperamos que nuestro semejante no tenga ningún inconveniente en cuidar de este noble, después de todo, los caminos de comercio con el sur son parte de su territorio.

Los ojos de Jiang Cheng se abrieron por la conmoción.

¡¿qué acababa de escuchar?!

Song Lan no se estaría refiriendo a la capital del noroeste, ¿o si? justo el lugar que cruzaba la ruta de comercio principal entre los tres imperios; la que conectaba la provincia Lan*, la capital del imperio de Lan XiChen... y la frontera del sur.

--- El erudito será bien recibido.

Todavía sin comprender del todo, Jiang Cheng levantó un poco la vista, lo suficiente para vislumbrar la sonrisa satisfecha que curvaba los labios de Lan XiChen.

Una trampa.

Jiang Cheng había caído en la trampa de ambos emperadores.





NOTAS:

*Shao Li es una referencia sutil a Yanli. Recuerden que la mayoría de los aspectos del pasado son muy similares entre los dos mundos, como en este caso, donde tanto Shao Li como YanLi eran de carácter amable y ayudaban a controlar a JC, pero el género es distinto y la causa de muerte también cambió.

*Los emperadores chinos, por ser la máxima figura de autoridad y cargar con ellos el mandato del cielo, no cruzaban mirada más que con su consorte imperial o con personas de su elección. Mirar el rostro del emperador sin permiso, era acreedor a la pena de muerte.

* Provincia Lan, JC menciona que hay unos Lan que no son esos Lan y era a eso a lo que se refería. Esta provincia pertenece a una familia con el mismo apellido pero ninguno de ellos era del clan de Gusu.

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