I Primer movimiento: Peón

"Serán elegidos, serán nombrados. Cada sombra aparecerá en el tablero y sus amos elegirán sus destinos. Comienza el juego"
A. B. Rémeny
En cuanto Zhao Wu vio salir al terrateniente de la casa, tomó la bandeja que había preparado y entró al estudio... solo para vacilar a los pocos pasos, con sus piernas repentinamente rígidas ante la expresión sombría del joven amo.
Desde que despertara de su caída hace varias semanas atrás, la actitud del joven amo Jiang había cambiado drásticamente. De ser un joven de 19 años orgulloso y con una expresión malhumorada, pasó a convertirse en un chico de porte rígido y noble, con una lengua afilada y una mente aguda.
Después de los primeros días, todos en la casa pronto habían aprendido a temer esa expresión fría y el ceño fruncido. A excepción de un grupo de ellos, casi todos los sirvientes huían apenas el joven amo ponía un pie fuera de su habitación.
Por desgracia, él, como sirviente personal del joven amo Shao, tenía el deber de acompañarlo y seguir cada una de sus órdenes.
Así que aquí estaba, nervioso después de escuchar la conversación detrás de la puerta, tal y como ordenara el joven amo Shao, algo terriblemente inusual para un sirviente pero que no tenía más opción que obedecer.
Respirando profundo para tranquilizar su asustado corazón, caminó a su lado y colocó la bandeja en la mesa, sirviendo una taza de té con un casi imperceptible temblor en las manos.
Jiang Cheng por su parte, lo miró por un segundo sin notar su cautela, antes de tomar la taza y dar un sorbo, su gesto ausente mientras su mente parecía absorta en algún pensamiento.
--- Zhao Wu --- el aludido saltó un poco dentro de su propia piel cuando el silencio fue roto por esa voz grave y autoritaria --- ¿Qué piensas de la visita del terrateniente?
Zhao Wu se sorprendió un poco ante la pregunta, casi olvidando bajar la mirada para no faltarle el respeto al joven amo. Preguntándose si estaba siendo sometido a alguna especie de prueba, habló con cautela.
--- Joven amo, no es adecuado...
--- No te estoy preguntando si es adecuado --- fue la cortante respuesta --- Te pedí que escucharas porque sé que tienes la inteligencia y la habilidad para notar lo que otros no, también sé de tu lealtad a la familia Shao.
--- Aún si es así, joven...
--- Habla.
Zhao Wu tragó saliva con dificultad, debatiéndose entre la grata sorpresa de que su amo le tuviera en tal alta estima para considerarle digno de confianza y el temor de obedecer solo para ser castigado por impertinencia.
Ante el prolongado silencio, Jiang Cheng por fin miró al pálido hombre.
Su ceño se frunció cuando comprendió que este no era su segundo al mando, aquel que había estado acostumbrado a obedecer sus órdenes sin dilación, quién siempre había dicho lo que pensaba si eso era lo que Jiang Cheng le pedía.
Masajeando su sien derecha para darse a sí mismo un poco de paciencia, lo intentó de nuevo, la explicación saliendo de su boca con reticencia por la falta de costumbre.
Como líder y heredero de la secta Jiang, jamás necesito explicarse ante nadie más que sus superiores o sus padres. Esto era algo nuevo para él.
--- Eres el único que no puede ser persuadido --- Jiang Cheng dudó un poco antes de continuar, demasiado consciente de que necesitaba ayuda contra las dificultades que venían pero sin estar seguro de cómo obtenerlo en lugar de solo ordenarlo. Al final se decidió por ser directo, no había mucho más y se negaba a tratar artimañas absurdas con sus propios subordinados. --- No tengo a nadie más en quién confiar en la finca.
Zhao Wu se sorprendió por las sombras en los ojos del joven amo, sus miradas cruzándose cuando por el desconcierto olvidó sus modales.
Parecía mucho mayor que sus 19 años, como si hubiera visto lo peor del mundo y perdido toda esperanza. Era un sentimiento tan triste, que Zhao Wu juró que su propio corazón fue apretado con fuerza cuando las miradas se cruzaron.
Por primera vez en semanas, el temor que le inspiraba el joven amo disminuyó, sustituido por un naciente sentido de deber, como si su tarea más importante fuera alejar esa mirada vacía. Zhao Wu respiró profundo e hizo una pequeña reverencia antes de responder.
--- Este sirviente piensa que la visita del terrateniente es demasiado conveniente.
Jiang Cheng, completamente inconsciente de lo que habían expresado sus ojos, volvió a acariciar su anillo. No era Zidian, pero el peso le reconfortaba, le recordaba porqué tenía que seguir controlando la ira interminable que corría por sus venas.
--- ¿Conveniente?
Presuroso, Zhao Wu se colocó de frente al escritorio del joven amo para que este viera cuán honesto estaba siendo.
--- Existen rumores de que la familia Kuo hace poco obtuvo el favor del primer ministro, al permitir que dos de sus hijas sean las acompañantes de la esposa de este.
Una leve mueca de desagrado que expresó más que las palabras.
Dicho de otra forma, vendió a sus hijas como amantes del primer ministro, pensó Jiang Cheng con disgusto.
---También se dice que uno de los hermanos menores del terrateniente está comprometido con la hija del general Nie.
Ante eso el ceño de Jiang Cheng cambió a uno de sospecha. La secta Qinghe Nie era ahora una familia dedicada a la milicia, los tres hijos mayores de Nie Huaisang ocupaban distintos rangos dentro del ejército imperial, pero su única hija, la menor de ellos, era una doncella que muchos esperaban cortejar. Había escuchado innumerables menciones hacia la belleza de la chica, tanto en sus visitas al palacio o como en los eventos en casas de otros nobles, celebrados durante el último mes. Sin embargo, no la conocía.
--- No es oficial ---recalcó, incapaz de recordar si hubo alguna presentación.
En este lugar, los compromisos eran motivo de grandes fiestas. Las únicas excepciones eran aquellas uniones que no traían beneficios para la familia o que eran "vergonzosas", según los estándares sociales. Que para Jiang Cheng eran más estándares que reglas de clan Lan, para lo banales y numerosas que eran.
Ahora, si era esa preciada hija la que estaba en vísperas de un compromiso...
--- Solo es un rumor, parece que aún no deciden los términos del compromiso, pero se ha visto al tercer joven Kuo cortejando a la dama Nie.
--- Comprendo entonces --- reflexionó Jiang Chen --- que la familia Kuo está intentando subir su posición social. --- Con el favor del primer ministro y un lazo matrimonial con una familia en la milicia, su hijo escalaría con mucha facilidad. Seguro usaría a sus sobrinos como carne de cañón para evitar que este muera en el campo de batalla. Una de las esquinas de la boca de Jiang Cheng se tensó --- A la larga, obtener un puesto en la corte sería sencillo.
Zhao Wu asintió.
--- Si además obtiene el favor del joven amo, gana una línea de defensa ante cualquier guerra y asegura una buena relación entre su familia y los ministros.
Jiang Cheng le dio la razón en parte de ello, pero no era tan ingenuo. La familia Kuo era solo una pieza en este complejo juego.
Si su enemigo empleaba el mismo método del pasado, usarían a la familia Kuo para destruir la provincia a su cargo. Sin el ministro de asuntos exteriores, y con acceso al primer ministro y al ejército imperial, desestabilizar el poder del país sería sencillo. Su enemigo estaba usando a la familia Kuo y al primer ministro para sembrar raíces profundas en el palacio imperial.
Pensó un poco en qué haría primero.
En el pasado, solo habría tomado su espada y asesinado a toda la familia Kuo, pero ellos no eran el único enemigo a enfrentar, así que tendría que dejar de lado ese carácter impulsivo y pensar con cuidado en lo que haría.
No le costó tanto como quería creer, convencerse de que mantener un perfil bajo era la mejor opción. Después de todo, había enfrentado una guerra con solo vestigios de su secta; soportó el rechazo y la burla por ser un líder demasiado joven, "cuyo único mérito era haber tenido padres respetables y una secta ya famosa desde antes de la guerra"; y finalmente, se contuvo ante los comentarios viciosos del mundo de la cultivación cuando Wei WuXian cayó en desgracia antes de morir.
Tristemente, Jiang Cheng estaba un tanto acostumbrado a mantener un perfil silencioso ante las humillaciones de otros.
Acariciando el borde de su taza en un gesto inconsciente, su expresión se afiló.
Sabía que mantener un perfil bajo no era lo mismo que ser vulnerable, tantos años de liderazgo afilaron su habilidad para mantener una detallada lista de ofensas por cobrar por parte de quienes se atrevían a ofenderlo. Sabía esperar por la oportunidad para devolver las humillaciones y sabía hacerlo de forma tan contundente que nadie se atrevió a decir nada.
No ganó su reputación como el temible Sandu ShengShou solo capturando cultivadores demoniacos.
Hazlos rogar por la muerte, pero no les otorgues su deseo.
Con eso en mente, Jiang Cheng dejó que una sonrisa llena de crueldad curvara sus labios. Era momento de comenzar a formar su propia fuerza en las sombras.
--- Dime, Zhao Wu, ¿qué tan hábil eres con la espada?