Prólogo

08.03.2020

El tiempo es lo que la vida al humano: despiadado, cruel y no sabe de distinguir entre lo justo y lo inevitable.

Eso era algo que muchos entendían tarde o temprano, pero para las personas que vivían en medio de aquella montaña, el tiempo se había transformado en un buen amigo que siempre traía consigo regalos valiosos, uno solo debía dar a cambio un poco de su paciencia.

Hoy por desgracia, el tiempo no parecía tan amable como en los anteriores años. Esta vez, los enfrentaba a un pasado que habían deseado dejar atrás y olvidar, como aquel que deja de lado un sueño desagradable.

Dentro de la pequeña sala, un grupo de hombres mantenía un serio debate desde hace dos días, sin poder llegar a una resolución. No importó cuanto se discutió, peleó o meditó, la respuesta que se les ofrecía no les agradaba en lo más mínimo.

Wei Ying frunció los labios como si hubiera mordido una fruta agria, sus brazos cruzados al frente dejando en claro su reticencia.

--- ¿De verdad no lo notaste antes?

Nie Huaisang puso esa expresión infantil de duda mientras jugueteaba con una larga pluma de exóticos colores.

--- Hermano Wei, ¿de verdad crees que quiero perder una de las reliquias de mi familia? Cada una fue el arma de un líder de clan, representan el linaje de la familia Nie.

Jiang Cheng bufó con escepticismo, su ceja levantada con arrogancia y desdén.

--- No uses esa razón barata, las sectas desaparecieron hace demasiado tiempo.

Nie Huaisang se encogió de hombros mientras bajaba la pluma y se sentaba en el largo y cómodo sillón detrás suyo.

--- No hablé de reliquias de sectas, hablé de reliquias familiares. Hermano Cheng, esos sables son lo más parecido a una tumba que cuidar. No sería tan negligente con eso, puse muchas medidas de seguridad... pero que el hermano Cheng lo diga así... creí que no quedaba duda de que mi familia es lo más importante para mí.

El suave recordatorio agregó una capa más pesada de tensión.

Los ojos de Lan WangJi y Wei Ying se entornaron, pero cuando la mirada de Lan XiChen se desvió, intentando ocultar las sombras que aún lo perseguían, JiangCheng se puso furioso.

Desde hace mucho que Huaisang había dejado de fingir que era un manso cordero, pero el desagradable recordatorio solo hizo mandar toda la diplomacia al infierno.

Jiang Cheng estaba harto e iba a matar a este bastardo a golpes, pero antes de dar más de un paso, la mano de su compañero lo detuvo.

--- Está bien --- murmuró Lan XiChen solo para los oídos de JiangCheng --- WanYin, estoy bien.

Lan XiChen mantuvo la mirada en esos ojos violeta, ambos comunicándose sin necesidad de palabras, acostumbrados como estaban a conocer al otro mejor que a sí mismos.

Después de un par de respiraciones, JiangCheng se soltó con un gesto brusco pero ya no hizo más intentos de agredir a Nie Huaisang. Mismo que estaba muy entretenido observando la interacción de los otros con una peculiar expresión de burla y desinterés.

Cuando todo se calmó un poco, volvió a hablar.

--- Hermano Wei, hermano Cheng, yo tampoco estoy contento con la situación, pero no veo como solucionarlo.

WangJi --- Tu hermano también escapó.

--- Cierto.

Lan XiChen --- Es la primera vez que una de sus reencarnaciones se parece tanto a él.

--- También es cierto. --- con un suspiro exagerado, se levantó --- Sé que parece conveniente, pero si mi único deseo fuese el recuperar a mi hermano, lo haría sin tener que preguntar a nadie, ¿por qué crear una situación tan caótica para eso?

Wei Ying hizo el mismo gesto escéptico que JiangCheng ya mostraba.

--- Curiosa elección de palabras. Podemos suponer entonces que tienes más de un objetivo.

Nie Huaisang negó con la cabeza con infantil exageración.

--- Ninguno que me lleve a profanar los sables de mi familia. --- con fastidio, arrojó la pluma lejos y la sustituyó por el siempre exasperante abanico. --- No quiero a Jin GuangYao en el palacio, lo odio tanto como ustedes.

Wei Wuxian --- Lo has perseguido en cada vida y lo has hecho morir en todas.

Lan WangJi --- No lo odias, estás obsesionado.

--- ¿Y? No por eso lo quiero en el palacio.

El bajo suspiro de Lan XiChen fue algo con lo que el resto se sintió identificado.

Si bien era desagradable estar de acuerdo con el escurridizo Nie Huaisang, nadie estaba muy feliz con la idea de buscar a la nueva reencarnación Jin GuangYao y traerlo al palacio.

Por desgracia, su reticencia era tan fuerte como la resignación de que la actual reencarnación de Jin GuangYao era la única solución viable a su problema.

--- La pregunta real es: ¿quién irá por él? --- Nie Huaisang se abanicó --- Y antes de que lo digan, yo no puedo, porque le cortaré la garganta apenas lo vea.

El silencio se llenó de hostilidad... de nuevo.

Esto aún tardaría tres días más en solucionarse.

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