Prólogo: Fuera del libro

16.04.2021

JiangCheng gimió un poco mientras la consciencia llegaba poco a poco a él, su cuerpo pesado y adolorido de una forma que jamás había sentido, como si en lugar de músculos hubiera pesados bloques de piedra.

Lo primero que notó, fue que estaba tirado boca abajo sobre una superficie lisa y fría que poco a poco se calentaba bajo su mejilla. Su oído fue el siguiente en regresar. Ruidos extraños de gritos femeninos y relámpagos, algunas risas y maldiciones de esas mismas voces... y debajo de todo ello, justo a su lado, una respiración pesada y un leve quejido masculino.

Abrió los ojos con esfuerzo, pero su vista estaba borrosa y se mantuvo así sin importar cuanto parpadeó.

Dándose por vencido, de nuevo intentó cambiar de posición, pero el más leve movimiento se sentía como si su cabeza fuera golpeada con una roca y su cuerpo punzaba con oleadas de dolor.

Se dejó caer con un gruñido, tratando de recordar cómo había terminado en esta situación, qué había estado haciendo antes mientras el retumbar de los relámpagos hacían temblar el suelo y aumentaban su malestar.

Y mientras Jiang Cheng trataba de ser paciente con su adolorido cuerpo, la persona a su lado por otro lado se mantuvo tranquilo desde el comienzo, controlando su respiración mientras los síntomas de desorientación y mareo se calmaban, su cuerpo inmóvil mientras cada extremidad se asentaba hasta recuperar un poco de movilidad.

Pasaron así casi veinte minutos, removiéndose cada poco hasta que con pesados movimientos, ambas figuras se fueron incorporando del piso con lentitud.

JiangCheng con su vista por fin clara, miró la oscura habitación mientras intentaba enderezar su espalda, su ropa rígida y más pesada de lo que recordaba, la tela sintiéndose áspera contra su piel.

Este lugar era como un sinsentido absoluto, las antes sombras multicolores y extrañas daban forma a libros con cubiertas extrañas, papeles por todos lados, espadas y dagas arrojadas sin cuidado por el suelo y los muebles... pedazos de tela y encaje que no sabía lo qué eran pero que aun le hizo desviar el rostro con una mueca incómoda, también había otros objetos que no estaba cerca de descubrir lo que eran pero que descartó como inofensivos por el momento.

Con un sonido ahogado, enderezó su cuerpo con un poco más de ligereza, sus músculos un poco más flexibles conforme el tiempo transcurría.

Fue un poco cómico cómo no miraron a la persona a su lado hasta que casi se enderezaron por completo, el sonido de la tela y el leve destello de blanco haciendo a JiangCheng abrir los ojos con sorpresa.

--- ¿Líder Lan?

Lan XiChen asintió con suavidad, su propia expresión tan desconcertada como la de JiangCheng.

--- Líder Jiang. ---Lan XiChen miró a su alrededor mientras le ayudaba a terminar de incorporarse --- ¿Dónde estamos?

El jade recordaba estar en reclusión, era ya su segundo día y pensaba cuanto tiempo necesitaría para poner en orden sus ideas y sentimientos tras lo ocurrido con sus hermanos jurados, cuando un terrible mareo le invadió, la fuerza del malestar haciéndole caer sobre su espalda y perder su voz, su visión se distorsionó hasta que solo podía distinguir unas sombras de otras por el leve cambio en sus tonalidades.

No podía recordar nada más después de ello. Pero ahora estaba en este extraño y pequeño lugar en compañía de la persona más inesperada.

--- No lo sé. --- El líder del clan Jiang masajeó sus sienes con una mirada hostil tan común en él que Lan XiChen apenas la notó.

--- ¿Qué es lo último que recuerda?

JiangCheng no soportaba el dolor en su cabeza, pero igual intentó pensar en la pregunta del jade.

--- Estaba en muelle de loto... --- frunció el ceño cuando se dio cuenta que no podía recordar qué estaba haciendo o si había estado en compañía de alguien más --- no sé que ocurrió después de salir del salón principal.

--- En realidad salía del altar familiar --- corrigió una voz femenina frente a ellos. --- . Les recomendaría tomarlo con calma, obtener un cuerpo real puede ser difícil de asimilar aunque sean cultivadores.

Alertas, ambos miraron en dirección a la ventana de donde los relámpagos caían en una tormenta eléctrica extraña. Por alguna razón, ninguno de los dos había notado la oscura silueta hasta que habló, como si no hubiera estado ahí hasta hace unos segundos atrás.

Sin embargo, parpadearon incómodos cuando pudieron ver a la mujer con claridad. Vestía una túnica corta que apenas cubría su torso y con una imagen extraña en ella que no parecía el símbolo de ninguna secta, con un diminuto pantalón que apenas cubría lo necesario. Tenía tanto de su cuerpo expuesto que dejaba muy poco a la imaginación.

Ninguno de los dos líderes de secta estaba acostumbrado a tales muestras indecentes de un cuerpo femenino, pero ya que esta persona podía ser un enemigo, mantuvieron la vista en ella pese a su primer instinto de mirar a otro lado.

--- ¿Quién eres? --- JiangCheng ya tenía una mano sobre Sandu. Lan XiChen no se movió pero tampoco lo necesitaba, Shouyue estaba lista.

Era verdad que sus cuerpos todavía estaban rígidos pero su cultivo parecía estar intacto.

La mujer mostró una sonrisa extraña, alegre pero con un toque vago que mantuvo pensativo a Lan XiChen, quien la observaba buscando alguna señal que la identificara, algún rasgo que le resultara familiar y explicara cómo es que estaban los tres aquí.

Era pequeña, casi delicada, pero había algo extraño en ella y en su escasa ropa, algo que te hacía sentir como si mirara algo que ellos no podían, algo a la lejanía.

Tenía su largo cabello negro amarrado en una trenza descuidada. Sentada sobre lo que parecía una mesita de noche llena de tiras de tela y recuadros de algún material brillante y colorido muy parecido al acero de sus espadas, pero flexible como un trozo de papel. Uno de sus tobillos se recargaba en la rodilla opuesta, sobre su regazo y a su alrededor había varios libros abiertos... y en blanco en varias secciones.

Con una sonrisa casi boba, seguía ojeando el libro en su regazo, delineando con su dedo los espacios en blanco entre las líneas de negra tinta, aunque su mirada seguía en ellos.

--- En verdad que me engañó, ---dijo en lugar de contestar al líder Jiang, antes de mirar a Lan XiChen --- no te culpo, yo también he confiado en las personas incorrectas y sí, también las apuñalé, aunque yo me divertí más que tú.

El Lan se tensó visiblemente, era obvio a qué y quién se refería.

JiangCheng entornó los ojos, nada contento de que su pregunta fuera ignorada.

--- No lo repetiré.

--- Y no lo necesitas --- la mujer cerró el libro con un sonoro golpe, antes de arrojarlo a la desordenada cama, un trueno y un lejano grito de guerra callándolos por un segundo --- Pero siempre haces cosas que no necesitas hacer, ¿no es así? El famoso y cruel líder de la secta Jiang, al que todos temen pero aquel al que nadie puede ver. ---la mujer jugó con un mechón suelto de su trenza mientras sonreía con burla --- aquel que es tan insignificante que la gente sigue su camino sin siquiera importarle dejarlo atrás.

JiangCheng apretó la mandíbula con furia cuando las palabras de la mujer, aunque incomprensibles, lo hicieron enfadar. Sin mayor advertencia, la atacó.

--- ¡Líder Jiang! --- la advertencia de Lan XiChen fue innecesaria.

Solo un movimiento, la mujer solo necesitó un movimiento para detener el brillo despiadado de Sandu. Sosteniendo la hoja entre el dedo índice y medio con la facilidad de quién sostiene una pluma.

Riendo, la joven admiró la espada, como si los intentos de JiangCheng para que soltara el filo fueran inexistentes.

--- Brilla --- murmuró.

--- ¿Qué..?

Antes de poder decir o hacer algo más, la puerta tras ellos se abrió con brusquedad. Una hermosa mujer de largo y abundante cabello rojo y brillantes ojos verdes llenaba el marco, vestía tan poco como la otra mujer, exponiendo curvas pronunciadas y exuberantes. La mujer rezumaba sensualidad por cada poro mientras miraba el interior de la antes sombría habitación, ahora iluminada por la luz del pasillo.

Ambos cultivadores se tensaron, preguntándose si se trataba de algún nuevo enemigo.

Alternando la mirada entre ambos, la mirada de la mujer se volvió apreciativa, en especial cuando notó la larga espada que su hermana aún sostenía.

--- Ahora entiendo porque no respondes, pero bueno, si tuviera tal calidad de hombres en mi habitación, tampoco saldría.

La mujer de cabello negro por fin soltó a Sandu, haciendo tambalear un poco a JiangCheng cuando recuperó su espada. Incómodos por la atención de ambas mujeres, los dos líderes se miraron entre sí.

Les habían dejado sus armas, no les habían atado y sus molestias físicas disminuían por segundos. Considerando la facilidad con que la mujer había sostenido la espada, era obvio que no les importaba que ellos despertaran, tenían la fuerza para detenerlos.

¿Pero qué eran estas dos mujeres?

¿Demonios? ¿Monstruos?

--- Creí que tu compañero no te dejaría venir después de lo que ocurrió. --- dijo la morena.

La pelirroja hizo un gesto despectivo con la mano.

--- Mi bebé no puede enojarse conmigo... ¡brillante!

Sin apenas alertar del movimiento, la mujer estaba frente a un sorprendido Lan XiChen y había desenfundado a Shouyue con la facilidad de un cultivador experimentado. El jade intentó recuperar su espada, pero de nuevo, solo una ráfaga de aire y la pelirroja ya estaba de nuevo en la puerta, abrazando la fina espada contra su pecho y siseando en dirección al Lan.

--- ¡Mía!

Ambos se paralizaron cuando pudieron notar cosas que antes pasaron por alto. Los antes ojos verdes se arremolinaban ahora con brillantes vetas platinadas, sus orejas eran puntiagudas y en su boca, dos pequeños colmillos asomaban.

--- ¿Qué son? --- la casi inaudible pregunta del líder Jiang hizo eco de los pensamientos del Lan.

Lan XiChen intentó llamar a Shouyue, pero al igual que JiangCheng, el arma no pudo librarse de la sujeción de la mujer. Quien por cierto, volvió a sisear cuando sintió el tirón en el arma.

--- Dije que es mía, acércate y te arrancaré los brazos.

Cerrando la puerta con fuerza, dejó a ambos cultivadores boquiabiertos mientras la otra mujer jugaba con algo entre sus manos, embelesada cuando el brillo de un relámpago hizo relucir el esférico objeto.

JiangCheng toco su cintura cuando lo reconoció. ¡Era su campana de claridad! Debió quitársela cuando la otra mujer abrió la puerta.

--- Tú...

Cuando el relámpago se apagó, el brillo de la campana también. La mujer miró desconcertada el objeto, como si saliera de un trance en que no había sido consciente de caer.

Después, con una mueca, guardó el objeto en su... los dos cultivadores fingieron no ver como el redondo metal desaparecía entre el escote de la mujer, aunque el ceño y la mirada fulminante de JiangCheng no despareció con tanta facilidad.

--- Suficiente de tonterías, se hace tarde y es su culpa ---la morena se acercó a la cama y rasgó una de las mullidas almohadas, las plumas cayeron sin orden a su alrededor mientras hablaba --- tu sobrino tendrá una vida plena, aquel par es feliz por fin, aquellos están muertos y el resto seguirán con su monótona vida.

--- Suficiente.---interrumpió JiangCheng sin comprender una sola palabra de la mujer --- no pienso soportar más esto.

Era obvio que estaban en este lugar desconocido y sin arma alguna que pudiera servirles, pero ninguno de los dos estaba dispuesto a quedarse de brazos cruzados. Si podían contenerla, quizá podrían obtener respuestas.

Con un rápido cruce de miradas entre los dos cultivadores, advirtiendo las intensiones de Jiang Cheng de capturar a la mujer, se movieron con la sincronía que el campo de batalla durante la guerra, les enseñó.

JiangCheng intentó atraparla cuando esta le daba la espalda, confiado cuando pudo confirmar de nueva cuenta la diferencia de tamaños y la falta de cultivo en ella... pero apenas dio dos pasos y extendió la mano, cuando en un movimiento borroso y demasiado rápido para defenderse, la mujer lo tumbó sobre su espalda con una facilidad humillante. El movimiento del jade no tuvo mejor suerte, solo sintió un agarre increíblemente fuerte sobre su muñeca antes de que el mundo girara, su espalda estrellándose contra el suelo.

En segundos y sin lograr detener el discurso de la joven.

--- Todos tuvieron un cierre o están muertos, todos menos ustedes dos.

Levantándose, volvieron a intentarlo.

Una y otra vez, los dos intentaron con pergaminos, hechizos y movimientos, haciendo volar pedazos de yeso, madera y hojas de libros. Todos fueron detenidos o evitados con facilidad pasmosa y aún la mujer se las arregló para seleccionar algunas de las plumas que salían volando con sus movimientos. Varios muebles fueron rotos, las paredes rasgadas o chamuscadas.

--- Esa historia fue buena, --- murmuró la chica con la mirada perdida. Esquivándolos, levantó un frasco pequeño, un pequeño collar, un marco de madera con alguna imagen en ella --- me hace pensar en cuantas posibilidades tienen juntos. ---puso todo cerca del marco de la ventana entre movimientos y golpes, arreglándoselas para mantenerse intacta pese al reducido espacio.

JiangCheng atacó el lado derecho de la mujer, usándose como distracción para permitir que el jade se acercara por el otro lado.

Fue una terrible idea.

El brazo de JiangCheng crujió de forma escalofriante cuando la mujer fracturó el hueso, el grito pasado por alto por los demás habitantes del lugar. Sin vacilar, la joven derribó al jade con tanta fuerza que el aire salió de sus pulmones con un sonido seco. Con la misma inercia, la mujer se puso encima del ancho pecho.

--- Jamás ---dijo la joven con una voz profunda que les hizo detenerse, la brillante espada sacada de algún lugar, en contra de la garganta del jade --- vuelvas a intentar tocarme, ¿entendido?

La mujer había pasado de un bufón que se burlaba de ellos, a una asesina de ojos platinados que los miraba con frialdad. Lan XiChen dejó caer los brazos a sus costados, reconociendo la derrota.

JiangCheng se intentó reincorporar, pero las punzadas de su brazo le obligaron a quedarse quieto.

--- Bien, ¿en qué estaba? --- Levantándose y regresando a su lugar junto a la ventana como si la mitad del cuarto no fuera un desastre absoluto, miró a los dos cultivadores con una nueva sonrisa, toda la pelea olvidada --- Cierto, deben ser puntuales.

Buscando entre los escombros, sacó un nuevo libro, ahora maltratado, con peculiares colores en la portada, un toque azul magenta y una silueta delineada en negro.

--- Van a necesitarse el uno al otro, distintos e iguales, cercanos y extraños --- abrió el libro hasta el final, donde varias páginas en blanco se movían con un aire de origen desconocido.--- quiero un objeto que represente a los siete y a sus consortes. Oh, y de ese arcángel, es caliente como el infierno.

Ninguno de los dos comprendía nada de lo que quería decir, pero tampoco pudieron hacer más que mirarla con un distinto tipo de desconcierto, antes de que un repentino mareo les hiciera tambalear.

Sintieron un tirón en el interior de sus pechos, como miles de hilos invisibles que los arrastraban hacía lo desconocido. La vista de ambos cultivadores comenzó a nublarse de nuevo, la debilidad los invadió como una ola inevitable de gran fuerza.

--- Lamento lo del brazo, pero no durará mucho.

La vaga voz de la mujer fue lo último que escucharon antes de perder la consciencia.

--- ¡Mi espada! Ey, malditas ladronas cobardes, ¡devuélvanme mi espada!

La mujer de negro cabello dejó escapar una risa divertida mientras dejaba caer el libro al suelo. Debería buscar otra habitación.




NOTA:

No diré qué libro es todavía, si lo saben, no lo digan. ;) 

Todos los derechos reservados bajo la ley de protección de Derechos de Autor.
Queda prohibido el uso, obtención o modificación del material contenido en esta página para cualquier fin.
Creado con Webnode Cookies
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar